¡
Día 142: X-Men: The Hidden Years #6. Mayo de 2000
Banda sonora: en los 2000, R.E.M. también se apuntó a la moda de versionar canciones de John Lennon. Ya llevamos tres desde que hacemos Los Años Perdidos. En este caso, vamos con "#9 Dream", coincidiendo con campaña para ayudar a los afectados por la guerra en Darfur.
https://www.youtube.com/watch?v=9IoDEbAQSb0
Créditos: John Byrne (guion, dibujo, rotulación); Tom Palmer (tinta); Gregory Wright (color).
Portada de John Byrne.
La historia no nos deja respirar, y esto más que un arco es un río, como en los viejos tiempos. Bobby ha llegado a la Tierra Salvaje. Extenuado por el esfuerzo, cae desmayado, como es regla no escrita en estos últimos capítulos de la serie. Unos pteranodontes van a comérselo. Pero entonces un señor con un palo aparece en la escena y lo evita, ahuyentando a los depredadores. ¿Quién será? El hecho de que tenga la tentación, apenas controlada, de absorber la energía de Bobby, me pone sobre la pista obvia de que se trate del Dr. Lykos.
Hay que recordar que Lykos había caído por un agujero de madriguera de conejo... que diga, por un barranco, hacia la Tierra Salvaje, en la serie clásica de The X-Men. La Patrulla-X fue a recuperar el cuerpo, pero nunca lo encontró. ¿No estaba muerto, sino de parranda?
Habrá que esperar al siguiente capítulo para saberlo con seguridad. Aquí nada mas se dice del asunto. Mientras tanto, candy Southern ha convencido astutamente a Charles Xavier para que no lo borre la mente. Su novio Warren se daría cuenta y a ver cómo se lo explica luego a él...
¿Cuál es la agenda de Candy? ¿Qué quiere realmente? Xavier duda de si Candy es ella misma o está siendo manipulada mentalmente por alguien. Aunque Candy le acusa de paranoico, se nos enciende alguna bombilla con esta sospecha que desliza Byrne. Nos quedaremos pensando en esas cosas, porque, con la acción tan dividida, tenemos que volver con Bestia, quien ha despertado y contempla ahora a Ororo, diosa de los vientos, y a sus fieles.
Malas noticias: Ororo sí creo la Tormenta, al principio, pero cuenta que, luego, alguien le robó parte de sus poderes, descontrolando los elementos. ¡La Tierra podría estar en peligro! ¿Quién es ese alguien? Byrne no se hará de rogar y nos lo presentará en las siguientes viñetas.
Se trata de un tal "Diluvio" -primera aparición-, y ha encontrado a Cíclope antes que Jean, quien también lo andaba buscando. Al menos ahora sabemos que la parejita también fue a parar al mismo lugar de África que Bestia. Se trata de un mutante capaz de absorber poderes.
O al menos, eso parece. Al quitarle la capucha a Cíclope, los rayos de energía de sus ojos se liberan con toda su potencia, haciendo las funciones de una bengala, ya que Bestia y Ororo, además de Jean, pueden detectar dónde está Scott. La primera en llegar es Jean.
Diluvio observa, un tanto indiferente, los poderes de esta nueva mutante y, aunque fascinado por ellos, la derrota con relativa facilidad. Lo mismo ocurre con Bestia y Ororo cuando llegan, poco después. Los tres despiertan atados en el clásico poste, en el lecho seco de un río.
En realidad, no es el lecho seco de un río. O no lo es en origen. Ororo dio instrucciones a la población local para que excavaran un canal, que luego ella, utilizando sus poderes, llenaría de agua para facilitarles la vida. Pero cuando Diluvio apareció, absorbió, de alguna forma que todavía no se explica, los poderes de Ororo, provocando una tormenta mundial, cuyos efectos ya hemos visto en el capítulo anterior. Ahora inunda el lecho con un torrente para ahogar a los héroes. ¡Qué malo es!
Pero este no es el final del cómic: le habíamos perdido la pista al Ángel. Ahora vemos que cae sobre un arrastrero. Y ya es casualidad, porque la tripulación ya ha visto caer a más de un ángel del cielo. Antes llegó Avia, a la que habíamos perdido la pista en el #5. A falta de una explicación, los marineros ponen a Warren junto con la nhugari. Y, con una dedicatoria de Byrne a Cockrum, "padre" de Ororo, acaba el tebeo, con mucha incertidumbre.
También aparecen Lorna, Alex Summers y Ka-Zar, quienes ya han llegado al volcán de la Tierra Salvaje. Sin embargo, su papel es más secundario, ya que siempre parecen ir con retraso, tras los pasos de los hombres-X. Lo mismo ocurría en el número anterior. Da la impresión de que Byrne no sabe que hacer con ellos. Aunque tengo la impresión de que todo acabará por confluir más pronto que tarde.
En otro orden de cosas, es interesante el que Byrne represente a Ororo como alguien que se cree una diosa. Recordemos que es así como la hallaría Xavier, años más tarde, sin que supiera que era mutante. Pero Diluvio sí parece saber la verdad.
¿A que apetece seguir leyendo? Pues no os perdáis el próximo capítulo, aquí, como siempre.