Durante meses, con más paciencia que entusiasmo, me he leído una pila de tebeos que compré hace años y con ello cierro la etapa de los N52 y quién sabe si de todo lo que haya sacado y vaya a sacar DC desde ese momento pre Rebirth.
No hay ni mucho tiempo ni muchas ganas, pero a lo mejor alguien lo encuentra útil. Con esa esperanza, ahí va:
JUSTICE LEAGUE DE JOHNS:
Etapa que va de menos a algo que no es tan poco. El origen es horroroso, ya lo comenté en su día. Mira que la nueva formación tiene todo el sentido del mundo para mí, pero el resto es para echarse a llorar. Algunos culpaban a Johns, otros más listos o con más experiencia decían que era Lee. A mí no me cabe duda de que viendo el currículo de cada uno y cómo siguió esta serie, es más culpa del segundo que del primero.
Pasado el nefasto pero necesario nuevo origen para el nuevo universo, el resto de la serie es, por lo general, de un anodino que duerme. Tienes sus momentos, sí. A mí lo que más me gustó es el cruce con Forever Evil. Y sí, horror de Finch, tópicos de los 90 y de siempre y más, y más, y más... pero al menos pasan cosas y que le quiten el foco a los héroes, tiene su gracia. Como la tiene que Johns aproveche de vez en cuando para ridiculizar a Batman.
El cierre con la Darkseid War me tuvo entretenido los primeros números, cuando se van repartiendo las cartas. Cuando empieza el juego, es más de lo mismo que se ha visto en todo lo anterior. Una ristra de tortas sin sentido cogida con cuatro pinzas para que parezca un argumento. De aquellas Johns estaba más preocupado por meter cabeza en el cine. El germen de la Josstice League, qué cosas.
Si a todo esto le unes que apenas ves dinámica de grupo y que los personajes están desdibujados, con un acercamiento tremendamente superficial (se salva un poco Cyborg), al final no ves ni humanidad ni historia por ningún sitio. Bah, etapa de lo más olvidable.
JUSTICE LEAGUE DARK:
Tiene un comienzo muy embarullado con una confusa historia de Milligan. Con todo y con eso, esos pocos nº son lo mejor. Ni Lemire ni DeMatteis le cogen el pulso. Vamos, yo creo que ni se lo quieren coger. Piloto automático, cobrar a fin de mes y a todo lo demás, que le den.
Solo la parte de Milligan transpira algo se magia, esoterismo, brujería... el resto son tíos pegando hostias y tirando rayos, que en lugar de tener su origen en armaduras molonas y fisiologías alienígenas, las tienen en que te dicen que son magos.
Constantine y todo lo que impregna, y litealmente lo impregna todo, es un auténtico rollo macabeo que da ganas de tirar el tebeo a la mierda. El tira y afloja con Zatanna se supone que vertrebra la serie es de telenovela barata. Curiosamente sí veo más dinámica de grupo en esta serie, pero al final todo es puro aburrimiento y muy, muy exagerado. Primero porque las historias no tienen miga y segundo porque los personajes parecen gilipollas sobre todo teniendo en cuenta que algunos de ellos tienes más años que la abuela de Dios, pero sobre todo, como digo más arriba, es de escándalo la desidia de los autores.
¿Alguien que se haya leído la etapa ha contado cuántas veces se enfrentan a un ser (con un diseño artístico que lo acerca más a los teleñecos que a los superhéroes) que ha despertado después de siglos para devolver a realidad a un estado previo de oscuridad? ¿Y cuántas recurren a un nuevo hechizo supermegapeligroso que si sale mal la espicha hasta el apuntador? ¿Y cuántas el capullo, porque con esa insistencia no puede tener otro nombre, de Deadman dice que a un muerto no se le puede hacer nada y posee a un bicho que lo repele en agónicos estertores? Sí amigos, esto pasa una y otra, y otra, y otra vez en la serie. Leído un arco, leído todos. Vaya vergüenza. Ah, que se me olvidaba: y Swamp Thing que por qué coño le han vuelto a invocar si su consentimiento... ¡qué pasada!
JUSTICE LEAGUE OF AMERICA:
Con diferencia, la que más me gustó. Sin que me gustara demasiado, dicho sea de paso. Cómo se monta el equipo me recordó mucho a los Dark Avengers de Bendis. Y aquellos me molaron; más que nada de lo que Bendis hizo con el título de Avengers. Todo el preámbulo a Forever Evil tiene su aquel, más que nada por el misterio que se va desvelando poco a poco. Al menos los tiempos están bien medidos. La relación Trevor y Waller está bien llevada a costa de confirmar de que el Trevor de este universo es un lelo de primera. Y luego, los números de Matt Kindt están muy curiosos. Los eventos de Forever Evil son solo el marco para contar la historia de una Stargirl apadrinada por Martian Manhunter, que oye, cuando hablamos de un tío tan capaz como Kindt, mal no va a salir con casi toda seguridad. Es la típica historia de la aprendiz que en su camino iniciático tutelada por su maestro y de este que se redescubre a través de su pupila; y bueno, qué queréis que os diga, a mí me gustó.
Y nada, junto a esto me leí las series de Pandora y Phantom Stranger. La primera, directamente prescindible sin pestañear. Mira que la premisa es de las que me gustan, emparentarla con Vandal Savage parecía de lo más sensato, pero... aburrimiento, intrascendecia... La de Phantom Stranger sí que tiene algunos nº que están bastante mejor. La serie al final no tiene gran cosa, sobre todo lastrada por tanto cruce, pero tiene más consistencia desde el momento en que el protagonista está mejor definido que casi cualquier otro personaje de todos los tebeos mencionados antes. Lamentablemente al final se va diluyendo, se pierde en unos arcos bastante ridículos y bah, para qué seguir.
Ah, que no se me olvide, también me leí la historia de los tres pecadores de la pradera, el Trinity of Sin con Pandora, Stranger y The Question. DeMatteis, que escribía por aquel entonces simultáneamente la Justice League Dark, sí, esa de los entes que despiertan tras eones dormidos para devolver la realidad a un estado previo de oscuridad, pues DeMatteis, digo, con dos cojonazos como cocos, nos planta una historia de un ente que despierta tras eones dormido para devolver la realidad a un estado previo de oscuridad.
Pues nada, ahí tenéis unas impresiones tan vaga, tan vagas, que no os van a reventar nada de las historias, con lo cual, tan mal no está.
Y desde luego, los N52 no ofrecieron su mejor cara ni por asomo en estas colecciones.