He leído
Coleccionable La Espada Salvaje de Conan Nº 15.
Retomo la lectura de la colección tras
anterior comentario.
Comenzamos con el capítulo final de la adaptación de
Conan el Bucanero, cuya conclusión nos lleva a un nuevo enfrentamiento entre Conan y Thoth-Amon, posiblemente uno de los más directos hasta el momento. Además, destacar que esta aventura nos ha dejado a Zarono el Negro, un enemigo con el que se las verá en más ocasiones el cimmerio durante su etapa como pirata. Me gusta mucho esta historia, donde confluyen todos los elementos del género y la piratería. Por cierto, volvemos a tener otra oportunidad de que Conan se convierta en el rey que ha soñado que sería, pero él no cree que ese momento haya llegado aún. Sinceramente, creo que pudo ser rey mucho antes de la revolución de Aquilonia, pero quizá por su juventud indomable nunca se dejó llevar por la ambición y la codicia, a pesar de haber tenido oficios que podríamos denominar poco honrados. Curiosa dicotomía.
A continuación nos encontramos con
"La Estrella de Khorala", la adaptación de un relato escrito por L. Sprague de Camp y Björn Nyberg, aunque en los créditos figura por error Lin Carter. Una errata, por cierto, que se ha trasladado a la edición española. Este escritor sueco no se prodigó demasiado, aunque lo volveremos a ver en esta colección más adelante, pero se caracteriza por ser uno de los primeros que se atrevió a continuar la obra de Howard con la novela
The Return of Conan, la cual sería revisada por el propio de Camp antes de ser publicada, la cual sería rebautizada como "Conan el Vengador". El relato engarza con los hechos ocurridos en "Sombras en Zamboula" (
tomo número 6), narrando las peripecias del bárbaro protagonista en su intento de devolver el anillo a alguien que quiera pagar su incalculable valor. De ese modo, se ve envuelto en un complot por el trono de la capital de Ophir. Es curioso, porque, una vez más, a pesar de que el protagonista busca un beneficio personal, acaba apoyando una causa justa. Aunque también hay que decir que no sabemos si actuaría de forma distinta si su benefactor no fuese una mujer tan bella. De todas formas, hay que añadir que se nos presenta a la reina Marala como una mujer en apuros, que finalmente se acaba convirtiendo en una aliada respetada por el cimmerio. Por cierto, sus caminos se volverán a cruzar años más tarde, cuando Conan sea rey de Aquilonia y ella sea conocida como la Condesa Albiona, como se pudo ver en la adaptación de "Conan el Conquistador". No obstante, esta historia se publicó varios años después de su segundo encuentro con el cimmerio, por lo que se emplea la retrocontinuidad. De todas formas, uno de los aspectos más interesantes del relato es que se revela el verdadero origen del anillo y sus "poderes", más allá de la leyenda que cuentan de él. Hasta ahora podemos hablar de personajes o incluso enclaves que son desarrollados dentro de este universo de ficción que creó el escritor tejano, pero en esta ocasión prácticamente se construye una aventura para desarrollar la historia de un objeto. De ese modo, se puede apreciar como todos los implicados en transmitir la obra de Howard, ya fuera en relatos continuistas o en adaptaciones al cómic, eran unos auténticos enamorados de la Era Hiboria, además de que cuidaban hasta el más mínimo detalle.
El apartado gráfico corre a cargo de Sal Buscema, entintado por Tony DeZúñiga. Mientras el filipino será una constante en esta entrega, tenemos el relevo puntual del menor de los Buscema que consigue mimetizar bastante bien el estilo de su hermano. Quizá la gran diferencia se encuentre en la dulcificación del rostro, ya que John Buscema tiene un trazo que transmite mucha fuerza sobre todo a la hora de representar la rudeza del bárbaro. No obstante, la presencia del artista filipino creo que consigue matizar un poco la ausencia, salvo que las mujer de John Buscema han demostrado tener una belleza sobrenatural en esta revista. Sal es un buen dibujante, no lo hace nada mal, pero está lejos del talento natural de su hermano en ciertos aspectos, lo cual no quiere decir que en este caso en concreto lo haga nada mal, porque no pienso que sea así. Pero sí es cierto que si se compara con lo que ofrece el tomo en la historia anterior y posterior, pues es obvio que no está al mismo nivel.
Finalmente,
"La gema de la torre" nos devuelve al que prácticamente se ha convertido en el equipo estrella de la revista, que son el trío formado por Thomas/Buscema/DeZúñiga, adaptando un relato de L. Sprague de Camp y Lin Carter, dos escritores muy prolíficos que estudiarían a fondo la obra de Howard y trabajaron mucho en su continuación. además, volvemos a una de mis etapas favoritas, con Conan ejerciendo como bucanero, aunque en esta ocasión no es el capitán de un barco, sino su segundo al mando. Algo que como suele ser habitual no dura demasiado. El relato incluye una isla misteriosa, un brujo, una gema valiosa y un monstruo en apariencia indestructible. Todo perfectamente agitado da como resultado una entretenida historia que combina también la fantasía heroica con la piratería. Y es que si bien es cierto que Conan se desenvolverá en una amalgama de géneros que van desde el terror hasta la caballería medieval, sus mejores resultados se obtienen de la combinación de todos ellos, o por lo menos de algunos. También hay que decir que la presencia de altas torres que escalar en dos números tan cercanos en la revista canta un poco, pero creo que el encanto de esto radica en utilizar los elementos típicos sin caer en los tópicos demasiado. Una fina línea entre la originalidad y el plagio que de momento podemos decir que Roy Thomas lo consiguió sobradamente durante su estancia en la colección. Y con ese apoyo gráfico no creo que se pueda pedir más.