He leído
Moonshine Vol. 5.
Casi un año después del anterior volumen, por fin llega el último tomo de la serie realizada por Brian Azzarello y Eduardo Risso, que regresa en sus compases finales al género negro, pese que siempre esté presente el terror y lo sobrenatural. Reconozco que me ha gustado mucho y he disfrutado bastante con este desenlace que incluye una escena final cargada de dramatismo, la cual, en mi opinión, encaja muy bien con el desarrollo de la trama y los personajes. Y es que esto no podía tener un final feliz por mucho que hubiésemos querido. No obstante, pese a buen clímax final y al arrollador ritmo del último arco argumental, debo admitir que ciertos aspectos de la historia no me han terminado de convencer y me han parecido algo confusos. Partiendo, por ejemplo, del propio Lou Pirlo, cuyas acciones están llenas de sin sentido. Es decir, el propio personaje admite que es propenso a hacer locuras y que toda su vida está marcada por su particular forma de hacer las cosas. Sin embargo, creo que en esta fase final sus motivaciones se diluyen en exceso, por una parte parece que busque venganza, por otra redención, pero todos sus actos no parecen tener un objetivo claro, ni se termina de explicar por qué hace lo que hace. Después su relación con Tempest es, valga la redundancia, tempestuosa, llena de caos y desconcierto, una especie de amor desenfrenado que no puede controlar cuando ambos están juntos. Todo es muy visceral, que no digo que no pueda ser así por el desarrollo propio de los personajes, pero yo creo que hacían falta algunas explicaciones sobre las motivaciones de los personajes en ciertos momento. Meterse dentro de su mente con la voz en off está bien, pero ha faltado algo de consistencia argumental en ciertos aspectos de la historia que parece estar denominada por el propio caos de los personajes.
A pesar de estos pequeños detalles, que quizá también influya el espaciado ritmo de lectura que ha tenido la colección, sobre todo por esos al menos dos parones largos, que me obligó a releerme los primeros tomos, a mí me ha gustado mucho la forma en la que hab cerrado la serie sus autores, en una combinación perfecta de género negro y terror sobrenatural. Más género negro, en mi opinión, que sobrenatural, aunque no han faltado las dosis de ambos géneros en un simbiosis interesante. Si bien es cierto que podríamos decir que la serie no ha tenido una calidad lineal, con algunos pequeños altibajos, una vez concluida debo decir que se encuentra en un notable alto. Quizá mi valoración final disminuya un poco influido por el ritmo de publicación, por los vaivenes argumentales donde no parece estar claro la dirección a seguir, pero en líneas generales me ha parecido una obra de una calidad alta con la que he disfrutado mucho y me atrevería a decir que es una lectura muy recomendable, como otras obras de este tándem creativo.
Aunque prefiero no desvelar demasiado de la trama, indicar que la última línea argumental se desarrolla en Nueva York, situándose en un momento histórico importante, con los últimos compases de la ley seca. Lou Pirlo regresa en una misión suicida para
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Además, se produce el reencuentro entre
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También entra en escena
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La cosa se complica aún más cuando Lou
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Un galimatías argumental que desembocará en un final trágico a la altura de los protagonistas de la obra. Asimismo, tendremos un interesante descubrimiento final sobre el pasado de Lou,
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En definitiva, una obra interesante, compleja en ocasiones, con sus virtudes y sus defectos, pero de una calidad muy alta que a mí, personalmente, me ha merecido la pena mucho su lectura y me ha gustado bastante. Quizá no es todo lo redonda que se podría esperar, pero está bastante bien y aborda distintos géneros, llegando a fusionarlos con bastante intensidad. Por lo tanto, os invito a aullar a la luz de la Luna con un buen vaso de whisky, porque la noche es joven y al día siguiente todo se olvida. O si no, que se lo pregunten a Lou Pirlo.