Día 66: The X-Men #38. Noviembre de 1967
Banda sonora: escuchemos "Waterloo Sunset" de The Kinks (1967) en la esperanza de que al Amo Mutante encuentre también su propio Waterloo.
https://www.youtube.com/watch?v=N_MqfF0WBsU
Créditos: Roy Thomas (guionista); Don Heck, Werner Roth (dibujo); George Bell, John Verpoorten (tinta); ¿? (color); L.P. Gregory, Sam Rosen (rotulación).
Algunas ediciones de España:
Biblioteca Marvel: La Patrulla-X nº 6 (primera historia) y
Biblioteca Marvel: La Patrulla-X nº 10 (segunda historia)Marvel Gold. La Patrulla-X Original nº 2 (primera historia) y
Marvel Gold. La Patrulla-X Original nº 3 (segunda historia)Ficha USA:
https://fichas.universomarvel.com/usa/uxm38.html#Continúa la saga de Factor Tres: la Patrulla-X intenta advertir a rusos y americanos de la amenaza del Amo Mutante, pero no va a ser fácil.
A partir de este número, hay un cambio fundamental en la serie: habrá dos historias en lugar de una. Las primeras 15 páginas dedicadas a la aventura principal mientras en las otras 5 se repasan los orígenes de los mutantes. El cambio al parecer vino motivado por las bajas ventas.
Vamos con la
PRIMERA HISTORIA., que prosigue la trama de Factor Tres. Recordemos como estaba el tablero: los mutantes se habían librado del rayo del olvido del Amo Mutante, pero cuando logran llegar a la sala central de la base de Factor Tres, allí ya no queda nadie. El fatídico plan está en marcha. El plan era, recordemos: 1) atentado con bomba en una reunión de líderes soviéticos y echarle la culpa a los americanos; 2) lanzar misiles a Rusia desde una base de EEUU; 3) Provocar la 3ª Guerra Mundial; 4) Que Factor Tres gobierne sobre los despojos del planeta.
Es más, los malos, que ahora han cambiado de cuartel general, vuelan la antigua y desértica base con explosivos, pero la Patrulla logra escapar gracias a que Bestia consigue sentir la bomba con sus sensibles pies
¡Qué suerte que Factor Tres se haya dejado dos platillos volantes en la base! La Patrulla los pilla y vuelve a la Escuela Xavier.
De hecho, el Cambiante le hace ver al Amo Mutante las pocas luces de dejar allí las aeronaves, pero el jefazo no se lo toma muy bien y le amenaza. Aquí ya vemos las primeras fisuras en los villanos, pero el Cambiante de momento obedece, atemorizado por el poder de su superior.
En la Escuela, los jóvenes discípulos de Xavier han descubierto que, por suerte, Cerebro ha detectado los dos lugares donde se desarrollará el siniestro plan del Amo Mutante: la base de los misiles y el encuentro soviético. Impresionante. A estas alturas deberíamos preguntarnos qué no hace Cerebro
Al menos reconocen que ha sido por suerte. Vaya Deus ex Machina más in your face. El caso es que, a falta de X-Cóptero y con el avión sin gasolina, la patrulla usa los platillos y parte hacia ambos lugares señalados por el Amo Mutante para desencadenar su maldad.
Jean, Hank y Warren van a impedir el atentado con bomba en la fortaleza comunista. Por supuesto, los malvados rojos no les van a creer y les atacan. A eso se añade que el Amo Mutante ha enviado allí al Desvanecedor y a la Mole.
Atención porque lo que viene es canelita en rama: el Desvanecedor amenaza a Warren con su pistola de gas, pero Ángel se mueve rápidamente provocando que el Desvanecedor se ponga nervioso y se dispare a sí mismo el gas, que también alcanza a la Mole gracias a que Jean, con su telequinesis, le pasea por la cara el humo al desafortunado Fred Dukes. Esto no solo roza, sino que soba, el esperpento
.
A todo esto, la Patrulla descubre que Factor Tres usa androides. Algunos de los que llevaban la Mole y el Desvanecedor como apoyo, explotan después de ser derrotados. ¿Podrían ser androides aquellos que Scott derribó con sus rayos en el número anterior? A lo mejor todavía no ha tenido su primera experiencia matando gente, después de todo...
Al final, la Mole y los héroes acaban en una celda, presos de los comunistas, después de rodear a los buenos. La Mole ya estaba KO con el gas pero el Desvanecedor logra escaparse teleportándose. Encima de que van a salvarles, los soviéticos creen que la Patrulla son unos asesinos occidentales.
Mientras tanto, Bobby Scott han ido a la base americana a alertar del lanzamiento inminente de sus misiles. Como era de esperar, los militares no les creen, así que a los héroes no les queda otra que ponerse a destrozar los misiles antes de que sean lanzados.
Esto a los soldados no les sienta nada bien, y la emprenden a tiros con los mutantes. ¿Lograrán eliminar los misiles? Hacen lo que pueden, pero hay demasiados proyectiles. Habrá que seguir leyendo para saber qué pasa en este frente.
En todo este tiempo, por cierto, Xavier no ha estado ocioso y, tal vez porque percibe crecientes dudas en la lealtad del Cambiante, intenta hacerle desistir del plan, diciéndole que un apocalipsis atómico no hay lugar para los mutantes tampoco, aunque solo consigue un buen bofetón.
Al final, ninguno de los dos grupos de la Patrulla ha conseguido su objetivo. El Amo Mutante se relame anticipando su éxito cuando, en unos minutos, la bomba estalle y los misiles sean lanzados. ¡Tendremos que esperar a otro número más para saber cómo acaba esto! Noooooo!!!
Además, seguimos sin saber quién se esconde detrás de ese casco raruno.
Esta historia me resulta bastante emocionante y llena de acción, pero debo reconocer que la resolución de ciertos nudos para que la trama avance son absolutos disparates, y eso hace que pierda bastantes puntos, dado lo absurdo de muchas situaciones.
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Vamos con la
SEGUNDA HISTORIA, dibujada por Werner Roth. Se trata del arranque de los orígenes de la Patrulla-X por lo que realmente no se entra en detalles sobre ninguno de sus miembros, aunque Cíclope sí que aparece. Lo curioso es que la historia comienza con un narrador situado en el presente, mientras el dibujo hace zoom sobre el fichero de Xavier dedicado a la Patrulla-X. A partir de aquí, todo transcurre en el pasado.
Los agentes del FBI Fred Duncan y Bill (no consta apellido) están viendo una grabación de un misterioso mutante que, lanzando una especie de rayo rojizo, es capaz de pulverizar un aparato de aire acondicionado que cae al fracturarse la grúa que lo sujetaba, salvando con ello a los transeúntes.
El problema es que, unos instantes antes, un rayo también rojo (aunque en la escena se muestra de color amarillo) ha roto la grúa que sujetaba el aparato. Al parecer, el responsable pudo haber sido el mismo Cíclope, al que se le descontrolan los poderes por accidente (al menos, eso piensa Fred Ducan; Bill llega a sugerir que tal vez lo hizo intencionadamente).
El chico, que no es otro que Scott Summers, tiene que huir para evitar un linchamiento. El odio y temor hacia los mutantes se ve que venía de lejos.
Por otro lado, la historia muestra a Xavier, aislado por completo del mundo exterior, solo, en su escuela. Al leer una noticia sobre el incidente mutante en el periódico, sale de su ensimismamiento y se dirige a buscar a Fred Duncan en Washington.
Xavier se cuela en las oficinas del FBI en Washington DC sorteando a los guardias con su telepatía, a los que hace olvidar que ha estado allí. Bill y Fred reaccionan con desconfianza cuando ven a un calvo en silla de ruedas de repente en medio de su oficina hablándoles.
Intentan deshacerse de él, pero Xavier porfía en su telepatía, deteniendo todos sus ataques, hasta que al final logra convencer a los agentes de que, con él apoyándoles, puede localizar a mutantes como el del vídeo, y llevarlos por el buen camino. Xavier advierte a ambos de que, si los mutantes son perseguidos, podrían convertirse en la amenaza que algunos temen. Los agentes aceptan, y aquí comenzará la alianza entre Xavier y Washington que ya hemos visto en no pocos números de la Patrulla-X hasta ahora.
Aunque la historia solo tiene cinco páginas, da para algunos detallitos. Por ejemplo, Fred Duncan salió ya en The X-Men #2 comunicándose con Xavier. Aquí sabemos al fin cómo se conocieron.
En segundo lugar, vemos que ya desde antes de formarse la Patrulla-X, de hecho, desde que la gente tiene noticia de la existencia de los mutantes, ya desconfían de ellos. En las primeras historias de The X-Men, algunos periódicos los elogiaban incluso. Parecía como si su reputación hubiese ido cayendo con el tiempo, a medida que crecía la desconfianza y miedo hacia los mutantes. Sin embargo, vemos que ya mucho antes ese miedo estaba bastante extendido. No hizo falta que Magneto asaltara Cabo Ciudadela.
En fin, estas historias a mí al menos me suponen un valor añadido para romper con una narración de 20 páginas que a veces era muy árida y tenía mucho relleno, para pasar a condensar mucha información importante en unas pocas páginas. Por mi parte, celebro este cambio. ¡Seguimos!