Rompiendo la ritmo tan lento de lectura de tebeos y reculando en cuanto a lo de leer a corto plazos historias pijameras, me he puesto esta última semana de vacaciones con una tebeo IM PREZIONANTE que le compré recientemente a precio de risa a Producte
(peaso de vendedor).
Creo que no exagero si digo que es el tebeo gayumbero que más he disfrutado; y de largo. A mí Waid me gusta mucho, pero aquí es que revienta el molde. Me ha parecido un Peter David a un nivel que ni al propio David le he leído, salvo quizá en algunos de sus primeros números en Hulk.
Me ha encantado todo de la historia. El humor, el retrato psicológico de los personajes, la interacción entre los mismos, la trama y esa magia que solo desprenden los tebeos de la Golden Age adaptada a nuestros tiempos con una maestría que yo no había visto hasta ahora. Muy por encima del Avengers Forever de Busiek o el Superman Secret Origin de Johns, por ejemplo, que también me gustaron mucho.
Para mí es algo secundario lo bien que Waid se vale de las primeras aventuras sesenteras de la JLA para redefinir el origen del grupo, pero no por ello me parece menos brillante y de gran mérito. No hace mucho que me leí una docena de aquellos números de Gardner Fox. Y sin duda lo que me parece más valioso e importante de esta revisión es que se plasma la que para mí es la mejor concepción de lo que debe ser un superhéroe y sobre todo un grupo de ellos: iconos que transmitan unos valores positivos dentro de unas aventuras locas y muy divertidas.
Frente a esto, cuando alguien se toma demasiado en serio meter a un tío vestido tan ridículamente como Flash, Batman, Daredevil o Spiderman en tramas de ciencia ficción, noir o lo que sea, no puedo evitar sentir que algo chirría. ¿Un detective vestido de ratón? Psss, no es lo que más me motiva al ponerme a leer algo. Eso sí, sin quitarle ningún valor a estas obras ni al disfrute que experimento con algunas de ellas, que precisamente de ese Batman más adulto hay algunas que me encantan. Lo que quiero decir es que si Bruce Wayne no se vistiese de ratón volador, me gustarían más.
Es por ello que esta JLA: Year One me ha gustado tantísimo. Waid desde el principio contempla al superhéroe como lo fue en su origen. Lectura divertida para niños. Hace chistes sobre su traje, sus poderes, su doble vida, etc. Y desde ahí parece que lo descompone para volver a montarlo, bajándolo del pedestal del icono intocable y convertirlo en un personaje lleno de miedos e inseguridades que irá superando a lo largo de la historia para ofrecer un final luminoso, optimista y de crecimiento personal. GL aprende a ser humilde, Flash descubre su liderazgo, Black Canary se hace adulta, Martian aprende a confiar para que confíen en él y Aquaman, bueno, Aquaman creo que es quien menos aporta a la historia y viene a ser un resumen de alguno de los logros de sus compañeros. Esta JLA es, en definitiva, un cuento hermosísimo llevado al terreno de los superhéroes.
De esta forma de acercarse a los pijameros, en absoluto resulta una historia plana. Pocas veces he visto interactuar a los miembros de un grupo con tanta naturalidad y humanidad. Las aventuras disparatadas contra villanos tan bizarros como los propios héroes son solo el marco para diálogos en los que las dudas, las confianzas, las decepciones y las sorpresas entre los personajes fluyen perfectamente, atrapándome y haciéndome empatizar con un marciano con capa, una muchacha con peluca o un tío con picaportes amarillos en las orejas, como casi ninguna vez.
Y por si fuera poco, además del proceso de fundación del grupo a través del establecimiento de vínculos sólidos entre los personajes la historia ofrece la subtrama de Vandal Savage, Locus y la invasión final por parte de los extraterrestres, que no por previsible, deja de ser atractiva. Muy bien ensamblados y presentados, los giros, las sorpresas y el desenlace.
Y para concluir tengo que decir que el punto más emocionante, carismático, brillante y revelador de la histroria es precisamente cuando todas las tramas y temas convergen en una viñeta. El momento en el que todo está perdido, cuando solo parece existir la posibilidad de salvar el mundo convirtiéndose en unos genocidas... ese momento "superamigos", todos detrás de Martian Manhunter, cogidos de los hombros como en la final de un Mundial, es lo MÁS DE LO MÁS que yo jamás haya leído en un tebeo de superhéroes. Ahí queda retratada a la perfección, en mi opinión, la esencia icónica del superhéroe que sirve de ejemplo a los demás.
Y Waid lo que lo sabe, porque el muy cabrón sabe que ha escrito un tebeo de mil pares, que ha llevado la historia a su cénit, que tiene entre manos al grupo de superhéroes más icónico de la historia, al que abrió el camino a todos los demás.. sabiendo todo esto, suelta el tío por boca de Hal: That's not about Avenge... it's about Justice!!!
Puto amo
Waid, gracias por escribir este tebeo. Y a Produce gracias por guardármelo