La huella nunca me ha parecido una gran película. Buena, pero no top.
Una curiosidad, extravagante,obsesiva, con giros y giros y giros, es como un concurso entre Batman y Sherlock Holmes. Puesta en escena teatral, se solventa con dos actores y un foco, no hacen falta escenarios, vestuario ni secundarios. Ritmo rápido y labia.
Frente a un mastodonte hasta cansino de revindicar porque no le hace falta, como El padrino, se me queda en una chuchería de je, qué inteligente semos, y poco más.