Trillium #2: Sistemas binarios
Este segundo capítulo es menos denso que el anterior, donde, sobre todo en la parte de Nika, teníamos mucho texto para explicarnos aquel contexto. Esta vez, la distribución de página es mucho más sencilla e idéntica entre la grapa y el TPB; se alternan páginas desde el punto de vista de Nika (fondo detrás de las viñetas con motivos espaciales) con páginas desde el punto de vista de William (fondo detrás de las viñetas con motivos vegetales). Además, en las viñetas de Nika, vemos algunas circulares, mientras que en el caso de William son todas rectas.
Con esta disposición, vemos cómo no se entienden nuestros protagonistas, pero creen haberse visto antes, como si estuvieran enlazados por una especie de historia común o destino concurrente. Poco a poco, y mediante toscos dibujos, averiguan más o menos de dónde, o mejor dicho, de cuándo vienen cada uno. Pero la cosa no parece muy firme hasta que surge una palabra; Trillium.
Es cuando se menciona la flor, y no cuando Nika la ingiere, que desaparecen los fondos de viñetas, dándonos a entender de que a partir de ese momento comienzan a estar en sintonía. El Trillium, la flor de tres pétalos que es la única esperanza de la humanidad en 3797, es un nexo de unión conocido para ambos, pero que además, cuando Nika lo consume cierra la conexión mutua de manera total para que lo sepan todo el uno sobre el otro y de repente sean bastante afines. En este aspecto es cierto que, como dice Kaulso, todo pueda parecer demasiado fácil, pero yo lo veo de otro modo; los protagonistas parecen vivir vidas paralelas, o estar conectados de alguna manera, de hecho, simplemente viéndose, quieren creer que se han visto en algún otro momento y cuando se tocan tiene un breve recuerdo común, pero a partir de la ingesta del Trillium, Nika lo sabe todo sobre William (de dónde viene, su pasado, cómo se siente...) y William sobre Nika, y yo me pongo en esa situación, y tener ese profundo conocimiento sobre la mente de otro, es pura empatía, y me parece totalmente normal que se sientan de repente tan unidos.
Pero Nika tiene obligaciones más urgentes y se vuelve por la puerta que se acaba de abrir en el templo (después de que se coma el Trillium), y a partir de ese momento, vuelven a estar separados y con ello los fondos detrás de las viñetas vuelven a aparecer. Como último detalle, el tiempo que ha pasado en 1921 Nika (varias horas) sólo ha sido un minuto en 3797, por lo que el tiempo avanza de distinta manera, y por otro lado, el hermano de William, Clayton sigue vivo.
Este capítulo me gusta más que el anterior, porque ahora ya los portagonistas empiezan a importarme un poco más, y la historia se pone interesante por qué harán a partir de ahora.
Por supuesto, como la mayor parte de la historia transcurre en 1921, el colorista es José Villarrubia, excepto en un breve flashback y cuado Nika vuelve a 3797.