Pues anoche terminé el libro El sueño del fevre (me ha gustado bastante) y no paro de pensar sobre un tema.
¿Por qué creo que los libros me gustan más y sigo comprando cómics sin parar? Digo que me gustan más básicamente por el desarrollo de personajes o enfatizar las descripciones en las que quiere el autor.
Seguramente si este libro fuera trasladado al cómic no le cogería el mismo cariño a los personajes ya que imagino que serían 150/200 páginas.
Nos/Me decanto más por los cómics solo por apreciar el arte?
Ahora ya voy entendiendo porque prefiero las series más o menos largas.
¿Y qué te ha parecido El sueño del Fevre? A mí me gustó bastante, y da para un buen análisis. Su acercamiento casi científico al vampirismo es curioso, pero lo mejor es la ambientación en esa época del
antebellum (etapa previa a la Guerra de secesión); parece que cuando los autores americanos quieren ambientar sus historias en una época pasada, con sustancia, a falta de una Edad Media como la europea, se van siempre a mediados del s. XIX, a lo Huckleberry Finn. De hecho, la ambientación sureña, el protagonismo del Misisipi, etc. lo emparenta con la obra de Twain, y, metiéndonos más de lleno en el género, con la saga vampírica de Anne Rice, que se publicó poco antes que El sueño del Fevre. El caso es que a Martin el paralelismo vampiros/ humanos y blancos/negros (o mestizos, cuarterones, etc.) la funciona de maravilla en su novela, unos siempre tratando de prevalecer (cuando no esclavizar) a los otros, y el personaje que funciona como agente mediador (en este caso, York) es una herramienta narrativa muy eficaz. En fin, el libro se lee con mucha avidez, como todo lo de Martin, y además en este caso la historia de amistad que vertebra la novela está muy bien desarrollada.
Sobre el debate libros/cómics, pues no sé, yo intento tener siempre un equilibrio, sobre todo en cuanto al tiempo de lectura dedicado, porque comprar, compro más cómics (quizá porque me faltan más clásicos esenciales del tebeo que de la literatura en mi colección; libros no he dejado de comprar en ninguna etapa de mi vida, pero durante muchos años no compré cómics e imagino que ahora estoy compensando). En todo caso, yo intento ser igual de selectivo con los libros que con los cómics, porque cada vez tengo menos tiempo y nada me da más rabia que dedicarlo a una obra con la que sienta que estoy desperdiciando los pocos ratitos de ocio que me quedan al final del día.