He leído Fin de guardia.
Con esto finalizo la trilogía protagonizada por Bill Hodges, que ha estado bastante bien. Ya lo he mencionado en otras ocasiones, y no me gustaría reiterarme demasiado, pero me gusta mucho este King maduro como escritor, capaz de transmitir tantas emociones a través de sus personajes. Quizá la historia en sí misma no sea gran cosa, aunque debido al volumen de páginas que escribe este hombre ya es todo un auténtico prodigio que sea capaz de confeccionar novelas que resulten cuanto menos lecturas amenas, entretenidas y con argumentos tan adictivos una vez te sumerges en la lectura, pero creo que en líneas generales es muy disfrutable. Yo, al menos, el disfrutado bastante con esta trilogía, aunque debo advertir que no es de género negro com ose ha publicitado, o al menos a mí no me lo parece, sino más bien una combinación de novel de detectives y policíaca. Muy bien escrita, eso sí, con una mirada muy actual a temas muy candentes. En esta, por ejemplo, subyace una importante crítica a un problema social tan grave como el alto índice de suicidio en Estados Unidos y en otros puntos del planeta. Solo por eso, ya tiene un importante valor, porque también intenta transmitir un mensaje luminoso a esos miles de jóvenes que se ven arrastrados por el deseo de acabar con su vida.
Para mí, el punto más fuerte de esta trilogía, y de esta última entrega, incluida, es sin duda la construcción y evolución de los personajes. Una vez te sumerges en las propuestas de King, es prácticamente imposible no sentir cierta conexión con los protagonistas, lo que provoca que durante la lectura te mantengas pegado al sillón para saber como se va a desenvolver la historia. La primera entrega es quizá la más previsible, aunque no por ello está carente de interés. La segunda adquiere por momentos un ritmo trepidante, y en esta tercera tenemos un ritmo más pausado, sobre todo en la recta final. Si bien es cierto que se intuye cual va a ser el desenlace, más o menos, realmente no tiene mayor importancia, porque sigue resultando interesante ver como llegamos a la meta y a ese final de guardia, que da un importante significado a un título bastante inspirado. En mi opinión, es una trilogía que ha ido de menos a más, llegando a su punto álgido en esta entrega que tiene un broche final perfecto, algo triste y dramático, pero que difícilmente se puede concebir de otra forma. Con el paso de los años, hay que admitir que Stephen King ha pulido uno de sus mayores defectos, esos finales anticlimáticos de los que en muchas ocasiones nos hemos quejado algunos de sus lectores constantes.
Por último, querría recalcar la importancia de leer esta novela antes de El visitante, un error que yo he cometido sin darme cuenta. Hay un spoiler importante, además de la participación de uno de los personajes, que llegado a cierto punto pues quizá nos hace entrever cual es el final de la historia, o algunos puntos de la trama. No es algo demasiado molesto realmente, pero si se puede evitar mucho mejor. En Quien pierde paga no tuvo mayor importancia, pero aquí sí que la tiene. Además, este tercer libro sirve un poco de puente a lo que vemos en esa novela que casi la podemos considerar un spin-off. Es decir, es esa evolución que hace King de comenzar su trilogía como una historia de detectives, o policíaca, si se quiere, hasta llevarla a un punto en el que tiene cabida lo sobrenatural. También hay cierta evolución en la forma de escribir del autor, mejorando uno de los aspectos que en sus últimas novelas había decaído un poco, y es ese suspense propio de algunas de su obras, que te hace querer pasar una página tras otra sin tomar apenas aliento. En la segunda y tercera parte de la trilogía se aprecia bastante este aspecto y, sobre todo, en El visitante, donde la intriga es el motor principal del a historia en muchos casos. A todo ello habría que sumarle que tenemos a un escritor directo, con novelas que rondan las 400 o 500 páginas, pero con historias sin demasiados rodeos o mamotretos demasiado largos en los que se acaba diluyendo un poco la trama. Este es quizá el aspecto más importante, sobre todo en un tiempo en el que una novela de King parece que no podía tener menos de 700 u 800 páginas, como mínimo. En definitiva, una lectura interesante, con mensaje social incluido, que quizá no nos deja una de las mejores obras del autor, pero sí una bastante notable y una lectura muy recomendable.