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Autor Tema: Marvel Limited Edition 26. Waiting for Pato, Inhumanos, Namor, Invasores, C.Marv  (Leído 136028 veces)

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Desconectado Litlle John 1

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Si se tratara de un sistema de precios con algún tipo de lógica y coherencia se puede suponer que, a razón de una BM de 160 páginas a 13,95 €, el MLE tapa blanda de 250 páginas debería rondar los 21,80 €.

Pero yo no sé de ediciones, diferencias entre formatos y costes de producción,  más el consabido margen de beneficio...

Desconectado istorki

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Estrenar esa linea a mas de 24,95 es hacer un "Power Pack" sinceramente!!!

Ni un céntimo más, NO PASARÁ  :birra:

Desconectado Polonori

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Espero que los MLE tapa blandita no alberguen en sus entrañas sección de correo...  :sospecha:
UMY 2023 al Forero Revelación

Desconectado istorki

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Pero eso es muy fácil, no se lee uno la página, yo creo que dan contexto los correos y resultan entrañables y graciosos aveces, quitarlos es empeorar la edición, esa es mi opinión ojo, para mi no son extras, son "contenido" del cómic book original.

Supuestamente el material procede de los MLE así que si los tenía el MLE los tendra el BMLE
« última modificación: 22 Abril, 2024, 18:43:47 pm por istorki »

Desconectado Awapaw

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Tapa blanda, series que ya han salido en MLE, y 30€ las 250 páginas? Pues lo va a comprar panete.
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Desconectado Jtull

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Tapa blanda, series que ya han salido en MLE, y 30€ las 250 páginas? Pues lo va a comprar panete.

En serio , pensabais otra opción del tándem Panini/SD?

Os leo y ya íbamos por tomitos a 21€ y pico ...¡¡ despertad,  coño!!!


Cita de: marvelfran NOW! en Hoy a las 16:26:38
Al cesar lo que es del cesar,y a Englehart lo que es de ...jtull!!!

Desconectado istorki

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24,95... Tampoco hay que pasarse de optimista  }:)

Desconectado Kyle Richmond

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Si los MLE en tapa blanda salen más caros que los tomos en tapa dura la línea está muerta antes de empezar.

Desconectado Awapaw

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Está claro!
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Desconectado Grayson

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Si los MLE en tapa blanda salen más caros que los tomos en tapa dura la línea está muerta antes de empezar.

Las BM color salen más caras que los tomos en tapa dura.  :callado:

Desconectado Heroecaído

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Si los MLE en tapa blanda salen más caros que los tomos en tapa dura la línea está muerta antes de empezar.

Las BM color salen más caras que los tomos en tapa dura.  :callado:

Además, van a reeditar tomos que ya están agotados. No hay alternativa.

Conectado Querubo

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Si los MLE en tapa blanda salen más caros que los tomos en tapa dura la línea está muerta antes de empezar.

Las BM color salen más caras que los tomos en tapa dura.  :callado:

Además, van a reeditar tomos que ya están agotados. No hay alternativa.

Si estuvieran disponibles, me extrañaría que los editarán.
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Desconectado rockomic

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Los Defensores: Marvel Limited Edition 6: La Mano de los Seis Dedos (1981-1982)




Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-los-defensores-marvel-limited-edition-6-la-mano-de-los-seis-dedos-1981-1982/


Tras las etapas comandadas por David Anthony Kraft y Ed Hannigan, englobadas respectivamente en el cuarto y quinto tomo de esta colección, esta sexta entrega significa el debut en los Defensores de un guionista que se va a quedar durante largo tiempo, J. M. DeMatteis.
De esta forma, el presente tomo recoge la primera parte de la etapa DeMatteis. Una primera parte que cuenta con una total estabilidad en el equipo de autores puesto que Don Perlin acompaña al nuevo guionista en todos los números incluidos. Perlin, que ya había entrado como dibujante estable en el tramo final del anterior volumen, se quedará también más allá de los límites del tomo que tengo entre manos.
En lo referente al apartado del entintado, la estabilidad también es alta al ocuparse de ello Joe Sinnott en casi todos los números incluidos.

Sin embargo, el tomo se inicia con un par de relatos ajenos a la colección madre protagonizados por Halcón Nocturno. Se trata de dos historias cortas, a modo de complemento, procedentes de un número del volumen 2 de Tales to Astonish (serie dedicada a las reediciones), y del #101 de Marvel Team-Up. En realidad, entre ambos relatos viene intercalada la historia principal de ese mismo número de Marvel Team-Up, que tiene como invitado al propio Halcón nocturno, pero dejo su análisis para la reseña de su correspondiente tomo.
Al respecto de los dos relatos de Halcón Nocturno, decir que el primero es obra de Naomi Basner y Alan Kupperberg, y enfrenta al Defensor a Cyrus Black, mientras que el segundo está realizado por Mike W. Barr y Steve Ditko, en una historia que cuenta como Halcón Nocturno ayuda a una niña discapacitada. En cualquier caso, dos relatos insignificantes que ni siquiera merecen la pena a nivel gráfico.

Entrando ya en la colección de los Defensores, la etapa DeMatteis empieza con mal pie con dos números autoconclusivos bastante flojetes. Principalmente, porque dos guiones que daban para saga completa acaban resueltos en un solitario episodio cada uno, sin posibilidad de desarrollar las historias de forma apropiada.
En el primero de ellos, el ente cósmico Eternidad acude al Doctor Extraño tras haber puesto en peligro la existencia del propio universo. Resulta que Eternidad decidió crear identidades de sí mismo y dispersarlas con el fin de aplacar su soledad, pero resulta que tres de estas identidades le cogieron gusto a esto de vivir sus vidas como humanos y no regresaron a su cuerpo madre. De entrada, canta un poco que un ser omnipotente como Eternidad sea capaz de meter la pata de forma tan caprichosa.
El caso es que Extraño reúne a los primeros espadas del no-grupo para ir al encuentro de las tres porciones de Eternidad reconvertidas en humanos, dando lugar a la clásica aventura, ya vivida en anteriores ocasiones, en la que el grupo se divide en tres subgrupos que se desplazan a diferentes escenarios. Los lugares concretamente son, un templo indio, una aldea al norte de Rusia y una isla griega, mientras que los Defensores viajantes, a pares, son Gata Infernal, Hijo de Satán, Hulk, Halcón Nocturno, Namor y Valquiria. Apenas una página para cada una de las tres aventuras, mensaje final moralista y balance más bien pobre.

El segundo episodio no es mejor. Un Namor controlado mentalmente por una falsa Lady Dorma decide guiar a sus tropas atlantes a invadir la superficie. Nebulón, ya conocido de estas páginas, resulta ser el villano detrás de todo.
Lo único relevante de estos primeros episodios está en la novedad aplicada a Halcón Nocturno. Kyle Richmond experimenta un extraño cambio en su naturaleza por el cual queda totalmente paralizado durante el día. De este modo, su horario de acción como superhéroe queda reducido al espacio de tiempo entre el ocaso y el alba. La enfermera que queda al cuidado de Kyle, Luann Bloom, nos guarda alguna sorpresa, aunque ya para el próximo volumen.

J. M. DeMatteis, por cierto, no da continuidad a la idea emprendida por Ed Hannigan en la parte final de su etapa, según la cual los Defensores pasaban a tener un cuartel general en la residencia de Patsy Walker. El guionista se busca una excusa para quitarse de encima, tanto la casa, como su ama de llaves Dolly Donahue, y traslada al grupo al Sancta Sanctorum de Stephen Extraño, haciendo Wong las veces de mayordomo.

Pasando a la siguiente aventura, afortunadamente la cosa mejora mucho respecto los dos primeros episodios. DeMatteis se embarca en algo mucho más grandilocuente, la saga de la Mano de los Seis Dedos. Una línea argumental sobre satanismo dividida en siete capítulos, el último de los cuales es doble coincidiendo con el número 100 de la colección. Contando seis dedos por seis demonios, a razón de uno por capítulo, la saga es un desfile de gran parte de los personajes del UM con vínculo demoníaco o encarnaciones del mal, ya sean héroes o villanos.
Dentro de los Defensores, gozan de especial protagonismo en la historia el Hijo de Satán y una Gata Infernal que resulta poseída por los demonios de la Mano. Eso mientras dos nuevas piezas se unen al no-grupo, el Exterminador de Demonios, viejo conocido del grupo, y la Gárgola (Isaac Christians). Este último hace aquí su primera aparición en el Universo Marvel para unirse casi automáticamente a los Defensores. También vemos cómo van pasando, en calidad de personajes invitados, Drácula, el Motorista Fantasma y el Hombre-Cosa.
Ya en el tramo final de la saga, Namor, Hulk, Estela Plateada y Clea se unen al Doctor Extraño, la Valquiria, la Gata Infernal, el Hijo de Satán, Halcón Nocturno, la Gárgola y el Exterminador de Demonios, completando así una de las alineaciones más numerosas del no-grupo hasta la fecha.
Pero eso no es todo, porque en el acto final de la saga irrumpen las verdaderas estrellas de la función tras la amenaza de la Mano de los Seis Dedos: Satán y sus otras manifestaciones conocidas hasta el momento en este Universo de ficción, Mefisto, Thog y Satannish.
El episodio doble final, bajo el seductor título de "El Infierno en la Tierra", precisamente vuelve a convertirse en otra aventura por capítulos en diferentes escenarios y con los Defensores divididos en grupos. Nula originalidad, pero diversión asegurada.
En la explicación final de la saga, DeMatteis también aprovecha para brindar algo de sentido a las dos primeras y autoconclusivas historias, creando un vínculo con la saga que parece más producto de la improvisación que otra cosa.

En resumen, una saga que ni mucho menos pasa por ser memorable, pero su colorido abanico de demonios, arcángeles, posesiones, dimensiones oscuras y demás parafernalia ocultista, bajo una esencia en realidad juguetona y cándida, convierten la experiencia en un muy buen entretenimiento. Y me da la sensación de que el trabajo de Don Perlin tiene mucho que ver en esta percepción. Ya sabemos que Perlin es un dibujante limitadito técnicamente, pero no es menos cierta su habilidad para imprimir dinamismo a las historias que narra, como ya pudimos comprobar, por ejemplo, en su etapa como dibujante del Hombre Lobo. Además, el entintado de Joe Sinnott soluciona aquí, en parte, la papeleta estética de sus trazos.

La post-saga abre la puerta a una serie de episodios que tocan aspectos personales de los Defensores. En especial, un bonito número de distensión en el que los Defensores que siguen en la brecha tras la saga llegan a reflexionar experimentando diferentes historias del mundo real.
Pero también un episodio dedicado a Halcón Nocturno, quien descubre, con ayuda de Clea, el verdadero origen de su parálisis diurna. Una historia que recoge el guante del Marvel Team-Up 101, incluido al inicio del presente tomo. Un hilo en torno a la desdichada antigua novia de Kyle, Mindy Williams, que prepara el terreno para lo que nos encontraremos un poco más adelante.

El siguiente en la lista en rastrear el origen de su condición es la Gárgola. El que fuera Isaac Christians va en busca de su pasado a su ciudad natal acompañado por el Exterminador de Demonios, la Gata Infernal, la Valquiria y Clea, pero resulta que toda la localidad ha sido poseida por una extraña nube viviente llamada Null. Una criatura cuya particularidad es que odia la vida, de modo que empuja a todo ser viviente a lanzarse a la muerte. Un relato de terror que no está nada mal.

La siguiente aventura lleva a varios Defensores a una dimensión habitada por demonios al rescate de la mujer del Exterminador de Demonios. Un número discreto que al menos sirve para dar la bienvenida a un nuevo integrante de los Defensores, ni más ni menos que la Bestia. La aventura abre también la veda de los héroes invitados, una constante en los arcos argumentales de lo que resta de tomo. El también vengador Hombre Maravilla es el primero de la cuenta.

El siguiente superhéroe invitado es Míster Fantástico, a quien acude el Doctor Extraño para ayudar a la Bestia a recuperar la mente de su novia. Vera Cantor había quedado en estado de no-vida tras lo sucedido en la colección de los Vengadores, en la trama de la Piedra de la Resurrección. Los tres protagonistas deben entrar en la propia gema, dando lugar a otro viaje dimensional, esta vez a un mundo en el que todo parece estar hecho de cristal.
Una aventura que acontece en paralelo al via crucis personal del Hijo de Satán en los dominios de su padre. DeMatteis aplica un extraño matiz afectuoso a Satán que deriva en el regreso de Daimon a los Defensores, sumándose a la aventura en el mundo de la gema. En resumidas cuentas, el guionista va insertando parafernalia ética un tanto banal en un arco que se sustenta únicamente en el despliegue fantástico.

El siguiente paso consiste en un crossover con la colección del Capitán América, aprovechando que también estaba a cargo de J. M. DeMatteis. El dibujante del episodio correspondiente al Capi es Mike Zeck.
La trama viene a resolver el hilo referente a Halcón Nocturno y Mindy Williams de hace unos pocos números. Una organización criminal que aglutina espías y militares pretende iniciar una guerra psíquica contra la URSS valiéndose de potentes telépatas como arma. El ingenio, construido a semejanza de la División PES de SHIELD, emitirá una descarga de energía mental que freirá los cerebros de todos los ciudadanos soviéticos, librando así al mundo de una potencia contraria a los postulados democráticos.
El planteamiento trae al recuerdo la idea del Imperio Secreto en cuanto a organización de salva patrias que siguen doctrinas fascistas. En el caso que nos ocupa, alcanzar la paz por medio de una guerra o imponer la democracia aniquilando a quien esté en desacuerdo.
El héroe invitado en esta ocasión, además del Capitán América, es un Daredevil que, literalmente, pasaba por allí. El cuernecitos se une al Doctor Extraño, la Bestia y el Hijo de Satán al rescate de sus compañeros de grupo Gata Infernal, Valquiria, Gárgola y Halcón Nocturno.
El arco es entretenido y se vale de algunas buenas ideas y de golpes de efecto en el plano emocional, resultando en la aparente muerte de dos Defensores, pero, siendo objetivos, en su conjunto no pasa de correcto. También creo que la ausencia de Joe Sinnott en dos números resta capacidad expresiva a los lápices de Don Perlin. El dibujante no logra crear el efecto dramático deseable en el número final del arco y en el episodio lacrimógeno que le sigue. Un número, éste, con funeral incluido al que acuden los históricos Defensores más algunos invitados como el Capitán América, Thor y Spiderman.

Los golpes de efecto no terminan aquí, puesto que la saga que cierra el volumen resucita ni más ni menos que la histórica trama relativa a la Valquiria y el cuerpo de Bárbara Norriss en el que reside. Una línea argumental en la que DeMatteis cuenta con la ayuda de Mark Gruenwald en los argumentos.
Con el cuerpo de Norriss destruido, el espíritu de Brunilda necesita otro contenedor antes de autoconsumirse y la única opción para salvarla consiste en recuperar el cuerpo original de la Valquiria. Pero la solución plantea dos problemas. El primero representado por la inevitable villana de la saga, la Encantadora, responsable primera de todo ello. La traicionera asgardiana amenaza a los Defensores con destruir el cuerpo de Brunilda, que yace atrapado en los pozos de Niffleheim, si el grupo no accede a ir en busca de la legendaria Rosa de la Pureza. El segundo problema es de carácter ético. El cuerpo original de la Valquiria alberga el alma de la propia Bárbara Norriss, en estado de absoluta pérdida de la razón, lo que obligaría a sacrificar el alma de Bárbara, algo a lo que la mitad del grupo no está dispuesto.
En cualquier caso, una aventura que sólo podía tener un final: ver, al fin, a la Valquiria dentro de su propio cuerpo. Posiblemente estamos ante el mejor guion de todo el volumen.

También me parece una idea interesante darle forma a un estado afectivo como es el amor. Si en el Universo Marvel ya existían manifestaciones físicas o cósmicas de conceptos como la Muerte, la Consciencia o la Eternidad, ¿por qué no crear un Amor? Más dudas ofrece todo lo relacionado con la Rosa de la Pureza y su mundo, o la razón por la cual la Encantadora, maestra de la seducción, necesita seducir al mismísimo Amor, pero la idea al menos da para alguna bella escena.
Entre los Defensores participantes, por cierto, se encuentra Spiderman, el superhéroe invitado de turno que, sin ningún tipo de explicación, se había quedado con el grupo tras el funeral.

El número que cierra el tomo termina con otro momento de calma con el fin de resituar las piezas en la casilla de salida. Mientras la Valquiria viaja a Asgard para rendir cuentas con Odín por abandonarla durante siglos, Patsy marcha en busca de su pasado tras las dudas surgidas a raíz de la saga de la Mano de los Seis Dedos.
Pero es el viaje de Extraño en busca de los extraviados Namor, Hulk y Hellstrom el que nos deja la imagen más potente. Un espectacular cliffhanger, caprichosamente presentado en la última viñeta del tomo, que nos emplaza a la siguiente entrega de la colección.


Conclusión.

Más o menos al nivel del anterior, las historias que rellenan este sexto volumen de los Defensores sobreviven como divertimento totalmente despreocupadas de su no paso a la posterioridad.
Así es como considero que hay que tomarse un tomo recopilatorio que nos deja una entretenida saga central y mucho colorido, pero que pasa un poco de puntillas por la historia de Marvel.

Desconectado Heroecaído

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Los Defensores: Marvel Limited Edition 6: La Mano de los Seis Dedos (1981-1982)




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Tras las etapas comandadas por David Anthony Kraft y Ed Hannigan, englobadas respectivamente en el cuarto y quinto tomo de esta colección, esta sexta entrega significa el debut en los Defensores de un guionista que se va a quedar durante largo tiempo, J. M. DeMatteis.
De esta forma, el presente tomo recoge la primera parte de la etapa DeMatteis. Una primera parte que cuenta con una total estabilidad en el equipo de autores puesto que Don Perlin acompaña al nuevo guionista en todos los números incluidos. Perlin, que ya había entrado como dibujante estable en el tramo final del anterior volumen, se quedará también más allá de los límites del tomo que tengo entre manos.
En lo referente al apartado del entintado, la estabilidad también es alta al ocuparse de ello Joe Sinnott en casi todos los números incluidos.

Sin embargo, el tomo se inicia con un par de relatos ajenos a la colección madre protagonizados por Halcón Nocturno. Se trata de dos historias cortas, a modo de complemento, procedentes de un número del volumen 2 de Tales to Astonish (serie dedicada a las reediciones), y del #101 de Marvel Team-Up. En realidad, entre ambos relatos viene intercalada la historia principal de ese mismo número de Marvel Team-Up, que tiene como invitado al propio Halcón nocturno, pero dejo su análisis para la reseña de su correspondiente tomo.
Al respecto de los dos relatos de Halcón Nocturno, decir que el primero es obra de Naomi Basner y Alan Kupperberg, y enfrenta al Defensor a Cyrus Black, mientras que el segundo está realizado por Mike W. Barr y Steve Ditko, en una historia que cuenta como Halcón Nocturno ayuda a una niña discapacitada. En cualquier caso, dos relatos insignificantes que ni siquiera merecen la pena a nivel gráfico.

Entrando ya en la colección de los Defensores, la etapa DeMatteis empieza con mal pie con dos números autoconclusivos bastante flojetes. Principalmente, porque dos guiones que daban para saga completa acaban resueltos en un solitario episodio cada uno, sin posibilidad de desarrollar las historias de forma apropiada.
En el primero de ellos, el ente cósmico Eternidad acude al Doctor Extraño tras haber puesto en peligro la existencia del propio universo. Resulta que Eternidad decidió crear identidades de sí mismo y dispersarlas con el fin de aplacar su soledad, pero resulta que tres de estas identidades le cogieron gusto a esto de vivir sus vidas como humanos y no regresaron a su cuerpo madre. De entrada, canta un poco que un ser omnipotente como Eternidad sea capaz de meter la pata de forma tan caprichosa.
El caso es que Extraño reúne a los primeros espadas del no-grupo para ir al encuentro de las tres porciones de Eternidad reconvertidas en humanos, dando lugar a la clásica aventura, ya vivida en anteriores ocasiones, en la que el grupo se divide en tres subgrupos que se desplazan a diferentes escenarios. Los lugares concretamente son, un templo indio, una aldea al norte de Rusia y una isla griega, mientras que los Defensores viajantes, a pares, son Gata Infernal, Hijo de Satán, Hulk, Halcón Nocturno, Namor y Valquiria. Apenas una página para cada una de las tres aventuras, mensaje final moralista y balance más bien pobre.

El segundo episodio no es mejor. Un Namor controlado mentalmente por una falsa Lady Dorma decide guiar a sus tropas atlantes a invadir la superficie. Nebulón, ya conocido de estas páginas, resulta ser el villano detrás de todo.
Lo único relevante de estos primeros episodios está en la novedad aplicada a Halcón Nocturno. Kyle Richmond experimenta un extraño cambio en su naturaleza por el cual queda totalmente paralizado durante el día. De este modo, su horario de acción como superhéroe queda reducido al espacio de tiempo entre el ocaso y el alba. La enfermera que queda al cuidado de Kyle, Luann Bloom, nos guarda alguna sorpresa, aunque ya para el próximo volumen.

J. M. DeMatteis, por cierto, no da continuidad a la idea emprendida por Ed Hannigan en la parte final de su etapa, según la cual los Defensores pasaban a tener un cuartel general en la residencia de Patsy Walker. El guionista se busca una excusa para quitarse de encima, tanto la casa, como su ama de llaves Dolly Donahue, y traslada al grupo al Sancta Sanctorum de Stephen Extraño, haciendo Wong las veces de mayordomo.

Pasando a la siguiente aventura, afortunadamente la cosa mejora mucho respecto los dos primeros episodios. DeMatteis se embarca en algo mucho más grandilocuente, la saga de la Mano de los Seis Dedos. Una línea argumental sobre satanismo dividida en siete capítulos, el último de los cuales es doble coincidiendo con el número 100 de la colección. Contando seis dedos por seis demonios, a razón de uno por capítulo, la saga es un desfile de gran parte de los personajes del UM con vínculo demoníaco o encarnaciones del mal, ya sean héroes o villanos.
Dentro de los Defensores, gozan de especial protagonismo en la historia el Hijo de Satán y una Gata Infernal que resulta poseída por los demonios de la Mano. Eso mientras dos nuevas piezas se unen al no-grupo, el Exterminador de Demonios, viejo conocido del grupo, y la Gárgola (Isaac Christians). Este último hace aquí su primera aparición en el Universo Marvel para unirse casi automáticamente a los Defensores. También vemos cómo van pasando, en calidad de personajes invitados, Drácula, el Motorista Fantasma y el Hombre-Cosa.
Ya en el tramo final de la saga, Namor, Hulk, Estela Plateada y Clea se unen al Doctor Extraño, la Valquiria, la Gata Infernal, el Hijo de Satán, Halcón Nocturno, la Gárgola y el Exterminador de Demonios, completando así una de las alineaciones más numerosas del no-grupo hasta la fecha.
Pero eso no es todo, porque en el acto final de la saga irrumpen las verdaderas estrellas de la función tras la amenaza de la Mano de los Seis Dedos: Satán y sus otras manifestaciones conocidas hasta el momento en este Universo de ficción, Mefisto, Thog y Satannish.
El episodio doble final, bajo el seductor título de "El Infierno en la Tierra", precisamente vuelve a convertirse en otra aventura por capítulos en diferentes escenarios y con los Defensores divididos en grupos. Nula originalidad, pero diversión asegurada.
En la explicación final de la saga, DeMatteis también aprovecha para brindar algo de sentido a las dos primeras y autoconclusivas historias, creando un vínculo con la saga que parece más producto de la improvisación que otra cosa.

En resumen, una saga que ni mucho menos pasa por ser memorable, pero su colorido abanico de demonios, arcángeles, posesiones, dimensiones oscuras y demás parafernalia ocultista, bajo una esencia en realidad juguetona y cándida, convierten la experiencia en un muy buen entretenimiento. Y me da la sensación de que el trabajo de Don Perlin tiene mucho que ver en esta percepción. Ya sabemos que Perlin es un dibujante limitadito técnicamente, pero no es menos cierta su habilidad para imprimir dinamismo a las historias que narra, como ya pudimos comprobar, por ejemplo, en su etapa como dibujante del Hombre Lobo. Además, el entintado de Joe Sinnott soluciona aquí, en parte, la papeleta estética de sus trazos.

La post-saga abre la puerta a una serie de episodios que tocan aspectos personales de los Defensores. En especial, un bonito número de distensión en el que los Defensores que siguen en la brecha tras la saga llegan a reflexionar experimentando diferentes historias del mundo real.
Pero también un episodio dedicado a Halcón Nocturno, quien descubre, con ayuda de Clea, el verdadero origen de su parálisis diurna. Una historia que recoge el guante del Marvel Team-Up 101, incluido al inicio del presente tomo. Un hilo en torno a la desdichada antigua novia de Kyle, Mindy Williams, que prepara el terreno para lo que nos encontraremos un poco más adelante.

El siguiente en la lista en rastrear el origen de su condición es la Gárgola. El que fuera Isaac Christians va en busca de su pasado a su ciudad natal acompañado por el Exterminador de Demonios, la Gata Infernal, la Valquiria y Clea, pero resulta que toda la localidad ha sido poseida por una extraña nube viviente llamada Null. Una criatura cuya particularidad es que odia la vida, de modo que empuja a todo ser viviente a lanzarse a la muerte. Un relato de terror que no está nada mal.

La siguiente aventura lleva a varios Defensores a una dimensión habitada por demonios al rescate de la mujer del Exterminador de Demonios. Un número discreto que al menos sirve para dar la bienvenida a un nuevo integrante de los Defensores, ni más ni menos que la Bestia. La aventura abre también la veda de los héroes invitados, una constante en los arcos argumentales de lo que resta de tomo. El también vengador Hombre Maravilla es el primero de la cuenta.

El siguiente superhéroe invitado es Míster Fantástico, a quien acude el Doctor Extraño para ayudar a la Bestia a recuperar la mente de su novia. Vera Cantor había quedado en estado de no-vida tras lo sucedido en la colección de los Vengadores, en la trama de la Piedra de la Resurrección. Los tres protagonistas deben entrar en la propia gema, dando lugar a otro viaje dimensional, esta vez a un mundo en el que todo parece estar hecho de cristal.
Una aventura que acontece en paralelo al via crucis personal del Hijo de Satán en los dominios de su padre. DeMatteis aplica un extraño matiz afectuoso a Satán que deriva en el regreso de Daimon a los Defensores, sumándose a la aventura en el mundo de la gema. En resumidas cuentas, el guionista va insertando parafernalia ética un tanto banal en un arco que se sustenta únicamente en el despliegue fantástico.

El siguiente paso consiste en un crossover con la colección del Capitán América, aprovechando que también estaba a cargo de J. M. DeMatteis. El dibujante del episodio correspondiente al Capi es Mike Zeck.
La trama viene a resolver el hilo referente a Halcón Nocturno y Mindy Williams de hace unos pocos números. Una organización criminal que aglutina espías y militares pretende iniciar una guerra psíquica contra la URSS valiéndose de potentes telépatas como arma. El ingenio, construido a semejanza de la División PES de SHIELD, emitirá una descarga de energía mental que freirá los cerebros de todos los ciudadanos soviéticos, librando así al mundo de una potencia contraria a los postulados democráticos.
El planteamiento trae al recuerdo la idea del Imperio Secreto en cuanto a organización de salva patrias que siguen doctrinas fascistas. En el caso que nos ocupa, alcanzar la paz por medio de una guerra o imponer la democracia aniquilando a quien esté en desacuerdo.
El héroe invitado en esta ocasión, además del Capitán América, es un Daredevil que, literalmente, pasaba por allí. El cuernecitos se une al Doctor Extraño, la Bestia y el Hijo de Satán al rescate de sus compañeros de grupo Gata Infernal, Valquiria, Gárgola y Halcón Nocturno.
El arco es entretenido y se vale de algunas buenas ideas y de golpes de efecto en el plano emocional, resultando en la aparente muerte de dos Defensores, pero, siendo objetivos, en su conjunto no pasa de correcto. También creo que la ausencia de Joe Sinnott en dos números resta capacidad expresiva a los lápices de Don Perlin. El dibujante no logra crear el efecto dramático deseable en el número final del arco y en el episodio lacrimógeno que le sigue. Un número, éste, con funeral incluido al que acuden los históricos Defensores más algunos invitados como el Capitán América, Thor y Spiderman.

Los golpes de efecto no terminan aquí, puesto que la saga que cierra el volumen resucita ni más ni menos que la histórica trama relativa a la Valquiria y el cuerpo de Bárbara Norriss en el que reside. Una línea argumental en la que DeMatteis cuenta con la ayuda de Mark Gruenwald en los argumentos.
Con el cuerpo de Norriss destruido, el espíritu de Brunilda necesita otro contenedor antes de autoconsumirse y la única opción para salvarla consiste en recuperar el cuerpo original de la Valquiria. Pero la solución plantea dos problemas. El primero representado por la inevitable villana de la saga, la Encantadora, responsable primera de todo ello. La traicionera asgardiana amenaza a los Defensores con destruir el cuerpo de Brunilda, que yace atrapado en los pozos de Niffleheim, si el grupo no accede a ir en busca de la legendaria Rosa de la Pureza. El segundo problema es de carácter ético. El cuerpo original de la Valquiria alberga el alma de la propia Bárbara Norriss, en estado de absoluta pérdida de la razón, lo que obligaría a sacrificar el alma de Bárbara, algo a lo que la mitad del grupo no está dispuesto.
En cualquier caso, una aventura que sólo podía tener un final: ver, al fin, a la Valquiria dentro de su propio cuerpo. Posiblemente estamos ante el mejor guion de todo el volumen.

También me parece una idea interesante darle forma a un estado afectivo como es el amor. Si en el Universo Marvel ya existían manifestaciones físicas o cósmicas de conceptos como la Muerte, la Consciencia o la Eternidad, ¿por qué no crear un Amor? Más dudas ofrece todo lo relacionado con la Rosa de la Pureza y su mundo, o la razón por la cual la Encantadora, maestra de la seducción, necesita seducir al mismísimo Amor, pero la idea al menos da para alguna bella escena.
Entre los Defensores participantes, por cierto, se encuentra Spiderman, el superhéroe invitado de turno que, sin ningún tipo de explicación, se había quedado con el grupo tras el funeral.

El número que cierra el tomo termina con otro momento de calma con el fin de resituar las piezas en la casilla de salida. Mientras la Valquiria viaja a Asgard para rendir cuentas con Odín por abandonarla durante siglos, Patsy marcha en busca de su pasado tras las dudas surgidas a raíz de la saga de la Mano de los Seis Dedos.
Pero es el viaje de Extraño en busca de los extraviados Namor, Hulk y Hellstrom el que nos deja la imagen más potente. Un espectacular cliffhanger, caprichosamente presentado en la última viñeta del tomo, que nos emplaza a la siguiente entrega de la colección.


Conclusión.

Más o menos al nivel del anterior, las historias que rellenan este sexto volumen de los Defensores sobreviven como divertimento totalmente despreocupadas de su no paso a la posterioridad.
Así es como considero que hay que tomarse un tomo recopilatorio que nos deja una entretenida saga central y mucho colorido, pero que pasa un poco de puntillas por la historia de Marvel.

Muy buena reseña, Oskarosa. No sé si pasar de este tomo y cerrar la colección, teniendo en cuenta que los dos anteriores los tengo en aún en la pila de  pendientes. No parece que me esté perdiendo gran cosa y está claro que los momentos gloriosos de la colección se fueron con Gerber. Veremos.

Desconectado oskarosa

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Muy buena reseña, Oskarosa.

Querías decir rockomic;)

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