Día 299: The (Uncanny) X-Men vol. 1 #129. Enero de 1980
Regresamos haciendo nuestro agosto con Uncanny X-Men 129. Nos espera nada menos que la primera aparición de Kitty Pryde, de Emma Frost, de Sebastian Shaw y del Club Fuego Infernal.
Banda sonora: Kitty Pryde tiene un póster de KISS en su habitación. Curiosamente, la banda neoyorquina se quitó las máscaras el mismo año 1980, con su disco Unmasked. "Is that You?" -se pregunta KISS- Sí, es Kitty:
https://www.youtube.com/watch?v=A7NbbNdQ9oU
Créditos: Chris Claremont (argumento, guion); John Byrne (argumento, dibujo); Terry Austin (tinta); Tom Orzechowski (rotulación); Bob Sharen (color).
Portada de John Byrne, Terry Austin y John Constanza.
Vaya momento para volver ¿verdad? Nos habíamos quedado hace meses a punto de alcanzar las 300 reseñas. De momento vamos con la 299. Se trata de uno de los números más míticos de la Patrulla-X. Iremos tranquilamente desde el trágico desenlace de Proteo. En los episodios anteriores, Proteo y, de paso, su padre, habían perdido la vida. La Patrulla-X decide regresar a la Mansión, aunque en esta ocasión Sean Cassidy cursa baja, ya que prefiere quedarse junto a Moira, quien prácticamente acaba de decubrir que Banshee estaba vivo.
El irlandés tampoco se engaña y sabe bien que sus cuerdas vocales están dañadas. Es un tema que se tocó recurrentemente en pasados números, y que ahora muestra sus consecuencias. Tampoco Lorna, Alex y Jamie acabarán uniéndose al equipo, quedándose en la Isla Muir de momento.
Cuando el Pájaro negro atraviesa los cielos, adelanta al avión en el que viaja Jason Wyngarde. Este no pierde la oportunidad para interferir en la mente de Jean, provocándole otro de sus "saltos temporales". Jean aparece en un barco junto a su prometido Jason.
Jean buscaba una posible explicación de estos viajes extraños en la manipulación de Proteo. Ahora que ya no existe, cree que está viviendo la vida de alguna de sus antepasadas. Perro nosotros sabemos que se equivoca. Tras encontrarse con el "grumete" Scott, vuelve al presente.
Ya hemos comentado, en anteriores entregas, que el reencuentro entre Jean y Scott había resultado un tanto frío. Pero Claremont les da aquí espacio para reconectar emocionalmente, con momentos románticos que se nos debían ya desde hace bastantes números. La complicidad de la parerjita está fuera de dudas. Lo de Scott con Colleen Wing parece agua pasada. Lo de Jason es otra cosa... solo que Jean se engaña pensando que está viviendo momentos que pertenecen a otra persona.
Al llegar a Westchester, la Patrulla detecta un intruso en la Mansión. Sin embargo, no se trata de un intruso, precisamente. Es el mismo Profesor Xavier, quien ha vuelto alertado por los peligros de la Fuerza Fénix que había percibido en Chandilar. Este detalle lo oculta Chuck, claro.
El reencuentro no es muy feliz que digamos. Pronto xavier se pone a entrenar a su Patrulla con dureza, reprochando a Scott de paso que no haya sido capaz de ser el líder que los mutantes necesitaban. Trata a los héroes como si fueran niños. Hasta le pone negativos a Lobezno.
En esta discusión estamos, cuando las alarmas de Cerebro avisan de la presencia de dos nuevos mutantes: uno en Chicago y el otro en Nueva York. Charles divide el equipo. Jean y Scott irán a NY en tanto el resto se dirige a un suburbio de Chicago llamado Deerfield.
Pero ojo: estas conversaciones están siendo vistas por los miembros de un tal Club Fuego Infernal (¡¡primera aparición oficial!!), quien ha plantado cámaras en Cerebro, utilizando para ello a Halcón de Guerra. Lo recordaréis porque fue un villano de segunda en TXM#110.
El plan del Club es captar a los mutantes detectados por Cerebro antes de que lo haga Xavier. Una tal Emma Frost será la encargada de viajar a Chicago. Vemos que hasta Jason Wyngarde es miembro de la organización, lo que de repente destapa nuevas capas en esta historia-río. No me digáis que no hace una ilusión tremenda el descubrir, o bien releer, estas historias, con el debut de tantos personajazos, incluido Sebastian Shaw, que tantos dolores de cabeza nos dará en el futuro. Entre las misiones del club también está el neutralizar a la Patrulla-X.
Emma Frost, conocida entonces como la Reina Blanca del Club Fuego Infernal, acude primero a Chicago, a sugerir a los padres de Kitty Pryde, una chica de trece años, que se apunte a su exclusiva Academia de Massachussets. Primera aparición también de Carmen y Terri Pryde.
La chica -es increíble pensar que tiene la edad de mi hija- tiene recurrentes dolores de cabeza. Ello se debe a que está desarrollando sus poderes mutantes de entrar en fase. Sin darse cuenta, atraviesa el suelo de su habitación, yendo a parar al piso inferior.
Kitty está viviendo una situación dura. En plena preadolescencia, sus padres se están separando. Y piensa que, en el fondo, ellos solo quieren librarse de ella, enviándola a alguna escuela especial. Justo cuando Frost sale de la casa, llega Charles Xavier con sus pupilos.
Este conjunto de viñetas tiene una enjundia tremenda. No perdamos detalle: Lobezno ya detecta algo raro en Emma. El cruce de la Reina Blanca con los X-Men presenta una tensión innegable. Además, observamos que Kitty ya se siente atraída por Coloso. Vamos, que aquí hay mucha salsa.
Mientras Xavier habla con los Pryde, sus alumnos llevan a Kitty a tomar algo. Otro momento cumbre de estas viñetas presenta el comienzo del desarrollo de la fuerte amistad que Kitty y Ororo desarrollarán. Todo esto mientras Coloso se escandaliza del Penthouse que ojea Logan.
A la Patrulla no le duran mucho los momentos de este tipo. Y efectivamente, un grupo de hombres en armaduras metálicas irrumpen en el bar y atacan a los héroes. Al principio, estos llevan las de perder, pues sus poderes son contrarrestados por las defensas de los contrincantes.
Asimismo, vemos como el poder de Kitty se activa por instinto, al ver el peligro: atraviesa la pared del local y acaba en la calle. Ororo asume que la chica habrá huido. La verdad es que los oponentes de los mutantes no demuestran ser gran cosa una vez que se descubre su secreto.
Las armaduras de sus enemigos estaban preparadas para contrarrestar los poderes de mutantes específicos. Coloso, Ororo y Lobezno solo tienen que cambiar de adversario para derrotarlos. Están pensando en interrogarlos cuando quedan insconscientes tras un ataque psíquico de Frost.
Tras introducir a los cautivos en el vehículo del Club Fuego Infernal, Claremont nos quiere mostrar que la Reina Blanca es mala de verdad. No perdona el fracaso de sus lacayos, así que mata a los contendientes de la Patrulla caídos en combate haciendo explotar sus armaduras.
Emma, sabedora de que tienen a mutantes importantes atrapados, no se preocupa por Kitty, quien no aparece por ningún lado. Frost está segura de que, con los X-Men fuera de juego, hallar a la cría no será un problema. Y tanto: ¡como que Kitty se ha colado en el vehículo infernal!
¿Qué más se puede pedir? Pues todavía algo más. El fin de este ejemplar nos promete el debut de ¡Dazzler! en el próximo capítulo. No sé vosotros/as, pero estos cómics son una verdadera delicia. Podría leerlos cien mil veces sin cansarme. ¡No se pierdan la próxima entrega!