Lo de no ponerse de acuerdo con las letras en los lomos de diferentes formas, según un profesor en la Universidad (lo comentaba un poco en broma) era culpa de Napoleón y de los malditos británicos. Antes se hacía un poco como le daba la gana a cada editor o escritor, pero desde la época napoleónica lo que se hacia por tradición latina (abajo a arriba) o anglosajona (de arriba a abajo) paso de costumbre a norma casi obligatoria irreconciliable para diferenciarse del "rival" cultural.
Ahora vuelve a ser al gusto del editor, la mayoría en España de abajo a arriba por costumbre, aunque lo curioso es que todas las normas internacionales, incluidas las de la Unión Europea lo que recomiendan poner las letras de arriba a abajo. Esa recomendación debería ser casi de obligado cumplimiento para ediciones públicas e institucionales, pero no lo hacen.