Los Muertos Vivientes #23: De susurros a chillidos
En la web:
Los Muertos Vivientes #23: De susurros a chillidos "Llevan piel como si fuera una máscara"
Los Muertos Vivientes #23: De susurros a chillidos contiene
The Walking Dead #127-132.
Volumen anterior:
Los Muertos Vivientes #22: Un nuevo comienzoAVISO: La reseña que vas a leer a continuación no contiene ningún spoiler del volumen en cuestión, pero sí que podría contener spoilers relacionados con números anteriores.En este volumen, nos alejamos de Rick y Alexandria para centrarnos en
Carl y la
Cima, y la situación está bastante tensa; por un lado tenemos la amenaza de los
Susurradores y por otro, inestabilidad en el gobierno de
Maggie.
La parte del intento de usurpación del poder por parte de
Gregory y el cómo ha llevado la situación
Maggie, me ha parecido lo menos interesante de este arco argumental y quizás ha quedado en nada muy pronto, quien sabe si volverá a salir el tema más adelante.
Pero lo que a mí me ha robado el aliento es la parte de los
Susurradores, que me ha hecho devorar el tomo.
Jesus consigue capturar a una de ellos, que resulta ser una adolescente llamada
Lydia.
Carl, entabla amistad con ella y descubre cómo funciona este grupo y su retorcida ideología. En ciertos momentos, resulta macabro el comportamiento de
Lydia, y no es de extrañar, ya que los
Susurradores se han rebajado al nivel de animales en cuanto a las normas de convivencia, y es desgarradora la experiencia que relata
Lydia.
Carl, como adolescente que es, se deja llevar y olvida toda la madurez que parece que había adquirido en estos años, actuando de manera impulsiva y seguramente, poniendo en peligro al grupo.
Al parecer
Kirkman quiere enfrentar dos ideas totalmente contrarias; la civilización por un lado, y lo salvaje por otro. Creo que estos Susurradores van a suponer una amenaza que quizás les venga grande, y pondrán en jaque este nuevo mundo. Me gusta especialmente la forma que tiene de cambiar de repente de planteamiento y de personajes, creo que hace que la lectura sea más ágil y que no caiga en lo repetitivo. Es sorprendente cómo de fondo va introduciendo problemas cotidianos mientras sucede la trama principal, por ejemplo, en este tomo, me ha dejado mucha intriga el asunto entre
Rosita y
Eugene.
Puede que no me haya terminado de convencer la confianza tan repentina que siente
Carl por
Lydia. Es cierto que las hormonas ayudan a ello, pero después de todo lo que ha pasado, esperaba que fuera más desconfiado. Lo que está claro es que va a ser el medio conductor de lo que venga en el futuro, y será por esto por lo que
Kirkman lo ha mostrado así, para poder seguir con la trama que tenía en mente. Veremos.