CAPÍTULO XII: LA ERA HIBORIA (II)
11.000 a.C. – 10.000 a.C.
El nacimiento de los guerreros.
Nace Conan, hijo de Corim y Greshan, en el seno del clan del Halcón de las Nieves, en Cimmeria. Mientras se produce el nacimiento tiene lugar una batalla entre el clan y los habitantes de Vanaheim.
Nace Red Sonja, en una de las estapas del reino de Hyrkania.
El bárbaro y la hechicera.
Conan se une a un grupo de guerreros aesires que viaja enfrentándose a los nativos de Vanaheim, comandado por Njal.
La hechicera Vammatar, mantenida joven gracias a su magia, secuestra un batallón de aesires además de a Rann Njalsdatter, la hija de Njal, sometiéndoles a torturas que llevan en algunos casos a la muerte.
Conan viaja hasta Hiperbórea con el grupo de guerreros y logra entrar en el castillo de Vammatar, rescatando a Rann y prendiendo fuego al lugar.
Mientras el grupo huye, la hechicera emplea su magia para reanimar los cuerpos de los aesires muertos y enviarlos tras ellos. Los muertos vivientes logran capturar a todos los guerreros, asesinando a algunos en el proceso, pero gracias a Conan, Rann consigue escapar. Vammatar encierra a todos en su castillo, mientras que utiliza a Conan como mascota sexual.
Un día después, Vammatar obliga a los guerreros a luchar contra sus antiguos aliados muertos, pero en mitad de la batalla aparece Rann junto a todo un ejército de aesires. Tras liberar al grupo de Njal, todos juntos logran reducir las fuerzas de Vammatar y huir del castillo.
El renacimiento del Señor de los Vampiros.
En Estigia, Thot-Amon se enemista con una pareja de hermanos practicantes de magia llamados Morophla y Uathacht, a quienes lanza una maldición que les obliga a consumir sangre para no verse convertidos en polvo. Repudiados por todo el mundo, ambos hermanos se establecen en un valle de la región de Zamora, dónde construyen una fortaleza a la que denominan la Torre de Sangre y comienzan a alimentarse de los viajeros que se aventuran por la zona.
Tras un período de tiempo en el valle, observan que en algunos puntos concretos emana una niebla que poco a poco transforma a los seres humanos en criaturas monstruosas. Morophla comienza a experimentar con los afectados y crea un ejemplar con tendencias caníbales al que llama Dromek y al cual encierra por considerarlo demasiado peligroso. Finalmente logra crear una raza de hombres-murciélago salvajes que pone a sus órdenes.
Conan y Red Sonja se adentran en el valle dónde habitan Morophla y Uathacht, y poco después son incapacitados por la magia del primero y llevados hasta la Torre de Sangre. A pesar de que ambos hermanos se sienten atraídos sexualmente por sus prisioneros, deciden dejar a un lado esos pensamientos y emplearlos para sus fines.
Pensando que su hermano se aprovechará de Red Sonja mientras que le prohíbe a ella hacer lo mismo con Conan, Uathacht se deja llevar por la rabia y lanza a Red Sonja al calabozo dónde habita Dromek, pero Conan la sigue y logra matar a la bestia.
Decidiendo que lo mejor es separar a ambos guerreros, Morophla utiliza a Conan en un ritual mágico para fertilizar a las hembras de los Dregs, las criaturas monstruosas en que se han convertido los humanos sobre los que ha experimentado y de los que se ha alimentado durante siglos.
Un día después Conan le pide a Uathacht que les deje libres a ambos a cambio de convertirse en su amante. La hechicera accede y les libera, pero rápidamente se deja llevar por su odio hacia Red Sonja y la ataca con un cuchillo. Haciendo uso de su destreza en combate, Sonja logra retorcerle el brazo y apuñarla con su propia arma, causándole la muerte.
Conan y Sonja tratan de escapar de la Torre, pero Morophla les descubre y trata de detenerlos conjurando varias de las criaturas a las que ambos guerreros se han enfrentado a lo largo de los años, extraídas de su memoria. Mientras Conan lucha, Sonja esparce libros y pergaminos por la sala y les prende fuego, incendiando toda la estancia. Mientras ambos guerreros huyen, Morophla es consumido por las llamas.
Tratando de huir por la fachada de la Torre, Conan y Sonja pierden asidero y caen al vacío, siendo salvados finalmente por los hombres-murciélago, quienes les agradecen haber acabado con sus amos. Tras dejarles en tierra, los hombres-murciélago parten en libertad. En el futuro acabarán instalándose en las Montañas Llameantes de Krosha.
Varnae despierta en su sarcófago tras miles de años en animación suspendida. Incapaz de salir de él por sí mismo al hallarse enterrado, emplea sus poderes mentales para contactar con algunos de los hombres-murciélago antaño siervos de Morophla, que acuden a su llamada y le liberan. Tras esto vuelve a emplear sus poderes para someterlos completamente a su voluntad para utilizarlos como agentes.
Varnae se instala en las Montañas Llameantes de Khrosha.
Varnae tiene una visión en la que ve a un grupo de mercenarios siguiendo un camino. Durante una de sus paradas, uno de los mercenarios encuentra uno de los pergaminos indestructibles que conforman el Darkhold.
Sabiendo que en el Darkhold existe un conjuro capaz de destruir a los vampiros, Varnae usa sus poderes mentales para crear la imagen de una atractiva mujer que dice poseer un tesoro para atraer a los mercenarios, liderados por Amalric de Nemedia, a su base.
Conan y Red Sonja, acompañados por un viejo aliado del primero llamado Zula, son capturados por los hombres-murciélago de Varnae cuando se adentran en las Montañas Llameantes de Khrosha.
Varnae les cuenta a Conan y sus alidos quién es, y se regocija al descubrir que la población desconoce la exisencia de Chthon, Valka y el resto de seres adorados durante los tiempos de Atlantis, los únicos que podrían ser invocados contra él.
Tratando de escapar, Conan y sus compañeros atacan a los hombres-murciélago, pero son derrotados y arrojados a un profundo foso. Varnae revela que, una vez acuda el grupo de mercenarios de Amalric, realizará un enorme sacrificio de sangre con todos sus prisioneros y transformará a los hombres-murciélago en una estirpe de auténticos vampiros.
Conan, Sonja y Zulan logran salir de su confinamiento y llegar al exterior, dónde ven a Amalric siendo atacado por uno de los siervos de Varnae, quién le arrebata el pergamino del Darkhold que porta. Red Sonja logra herir al hombre-murciélago y le sigue, siendo detenida por un ataque de Varnae, mientra la criatura sucumbe a su herida y se desploma soltando el pergamino. Mientras Conan acude en ayuda de Sonja y se enfrenta a Varnae, Zula se hace con el pergamino y comienza a recitar en voz alta uno de los hechizos del mismo. Dándose cuenta, el señor de los vampiros ordena a sus hombres-murciélago que le maten, pero Sonja protege a Zula durante el tiempo necesario para completar el hechizo. Dado que este incluye invocaciones a Chthon y Valka, logra provocar un gran daño a Varnae, que se ve obligado a huir arrojando a Conan con todas sus fuerzas. El cimmerio es salvado por el sacrificio de un hombre-murciélago que amortigua su caída.
Liberados del control de Varnae, los hombres-murciélago piden permiso a Conan para marcharse y dar sepultura a sus compañeros caídos, tras lo cual se marchan hacia el interior de las cavernas de las montañas.
Zula decide quedarse con el pergamino del Darkhold para protegerlo.
El viaje del pergamino oscuro.
Un brujo llamado Natohk decide tomar el reino de Khoraja, creyendo que su princesa, Yasmela, es la reencarnación de una antigua amada suya. Para ello reúne a un ejército e inicia una guerra.
Los dirigentes de Khoraja contratan a un batallón de mercenarios procedentes de Nemedia, entre los cuales se hallan Conan, Red Sonja y Zula.
Natohk comienza a minar los sueños de Yasmela de pesadillas. Temerosa, la princesa pide ayuda al dios Mitra, que le insta a salir a las calles de Khoraja y convertir al primer hombre que se encuentre en el líder de su imperio. A su salida a la ciudad, Yasmela se encuentra con Conan, a quien nombra dirigente de sus ejércitos.
Durante una batalla, Conan observa un pequeño grupo de las fuerzas de Natohk que se separa del resto, y temiendo que se trate de una trampa ordena a sus hombres que les ignoren y sigan luchando con el grueso del ejército. Sin embargo, el Conde Thespides de Khoraja piensa que el cimmerio es un cobarde, por lo que hace caso omiso de sus órdenes y sigue al grupo con algunos hombres más. Una vez los alcanzan, Natohk hace acto de presencia y mata a los soldados cubriéndolos con un polvo que les hace areder.
Con la trampa revelada y Natohk al descubierto, Conan dirige su ejército hacia el lugar, pero el brujo aprovecha la coyuntura para ir al lugar dónde se encuentra Yasmela y capturarla. A continuación invoca a Yun-Yothga, el dragón-camello que le concedió como montura el Demonio-mono, y ambos se alejan montados sobre él.
Al ver huir a Natohk, Zula emplea el pergamino del Darkhold para conjurar un hechizo. Al oír el nombre de Chthon, el Demonio-mono decide huir y da fin a su alianza con Natohk, lanzándolo a él y a Yasmela del dragón-camello.
Natohk y Yasmela caen en las ruinas de Kuthchemes. Dándose cuenta de que su obsesión por la princesa ha mermado sus poderes, decide renovarlos alimentándose de su alma, pero Conan llega al lugar a tiempo, matando al hechicero clavándole su espada en el pecho.
En el exterior, el Demonio-mono trata de escapar a bordo del dragón-camello, pero Red Sonja y Zula se encaraman a este y se enzarzan con él. El Demonio-mono arrebata el pergamino del Darkhold a Zula y proclama que lo empleará para sus propios fines, pero el guerrero responde rápidamente le ataca con su espada, logrando finalmente empujarlo a las fauces del dragón-camello. Este muerde accidentalmente el pergamino, y la explosión mágica resultante hace desaparecer a dragón y demonio. Sonja y Zula aterrizan a salvo y Zula vuelve a recoger el pergamino, que no muestra ningún rasguño.
Separados de Conan, Zula y Red Sonja atraviesan el Desierto de Kharamun hasta llegar a la ciudad de Zamboula.
En el mercado de Zamboula, mientras tratan de encontrar alojamiento, Zula y Sonja son capturados por los hombres de Totramsek, cuyas runas mágicas le han vaticinado la llegada del pergamino del Darkhold.
Una vez ante Totramsek, éste arrebata el pergamino de la bolsa de Zula y ordena la muerte de los guerreros mientras trata de realizar los primeros hechizos. Debido a su falta de práctica y determinación, los hechizos no surten ningún efecto. Sonja y Zula logran derrotar esta vez a los hombres de Totramsek y se encaran con él. Zula le arrebata nuevamente el pergamino y lee un hechizo que les ponga a salvo. Los guerreros se desvanecen y aparecen de nuevo en el mercado, y un instante después el pergamino desaparece de las manos de Zula, quién no vuelve a verlo jamás.
El destino de la corona de Set.
Un ladrón llamado Ninus encuentra un antiguo mapa que indica la localización de la isla dónde los Hombres Serpiente depositaron milenios atrás la Corona Cobra, aunque él ignora la existencia del artefacto místico y no lo emplea.
Ninus se convierte en sacerdote del dios Mitra en la ciudad de Zingara.
Ninus, necesitando fondos para sus proyectos, decide encargar a alguien que vaya a la isla que aparece en el mapa en busca de los tesoros que en ella se encuentran. Para tal fin se pone en contacto con Conan, quien actúa ahora como mercenario.
Mientras se dirige al punto de encuentro con Conan, es sorprendido por Menkara, un sacerdote de Set que se encuentra en Zingara acompañado por un corsario llamado Zarano. Alarmado por la presencia de un adorador de Set, totalmente prohibidos en la ciudad, intenta huir en busca de ayuda, pero Zarano le hiere de muerte con su espada, arrebatándole después el mapa de la isla. Menkara se queda con él para estudiarlo.
Conan encuentra al herido Ninus, quién le narra lo ocurrido. El cimmerio decide encontrar a los culpables.
Menkara y Zarano son enviados por un noble de Zingara y adorador de Set llamado Villagro a secuestrar a la hija del rey Ferdrugo, Chabela, y conseguir con ello convertirse él mismo en monarca.
El dios Mitra advierte a Chabela de las intenciones de Villagro y escapa, haciéndose a la mar para huir lejos de Zingara. Menkara y Zarano descubren lo ocurrido y persiguen a Chabela en su propio barco.
Conan localiza a Menkara y Zerano y les sigue también en su propio bajel.
Durante el tiempo en alta mar, Menkara dedica gran parte de su tiempo a estudiar el mapa de Ninus. Tras comprender que se trata de una isla que según la leyenda posee muchos tesoros, da la orden de abandonar la persecución y navegar hacia ella.
Menkara y Zarano llegan a la isla. El primero siente la presencia de fuerzas oscuras, por lo que conjura un hechizo de protección que les permite a ambos adentrarse en la isla sin ser detectados. Durante su búsqueda pasan cerca del ídolo de Tsathoggua, el Dios Sapo, dónde fue depositada la Corona Cobra milenios atrás. Al desconocer este hecho y no encontrar nada de interés, prosiguen su camino.
Conan llega a la isla y se adentra en ella en busca de sus objetivos, llegando hasta el templo dedicado a Tsathoggua. Al carecer de la protección mágica de Menkara, la presencia de Conan causa que el ídolo de la deidad cobre vida para eliminarle. Incapaz de dañarle con su espada, el cimmerio huye hacia un acantilado, desde el cual se lanza a una profunda laguna rodeada por arrecifes de coral. El ídolo, incapaz de detener su avance a tiempo, cae torpemente por el borde del acantilado y su cuerpo rocoso se destruye al impactar sobre los arrecifes. Conan regresa al templo e inspeccione el hueco dejado por el ídolo, dónde halla la Corona Cobra.
En dirección hacia su nave, Conan observa un barco encallado en la costa que no había advertido anteriormente. Tras acercarse al lugar descubre que los ocupantes son Chabela y un grupo de marineros que la han acogido durante su huida. Conan ofrece su ayuda para huir y todos juntos se hacen a la mar en su navío en dirección a Zingara.
Poco después, Menkara y Zarano también abandonan la isla, acompañados por una gran cantidad de tesoros y objetos místicos, como el Libro de Skelos.
Conan, Chabela y los marineros, tras sufrir un período de ausencia de viento, deciden para en las cercanas tierras de Kushite, dónde son acogidos por un antiguo aliado del cimmerio, Juma.
Durante su estancia en Kushite, un grupo de guerreras amazonas le arrebata a Conan la Corona Serpiente, huyendo con ella a su lugar de origen.
Menkara y Zarano, dándose por vencidos en la búsqueda de Chabela, viajan hasta Estigia para hablar con Thoth-Amon en busca de información sobre los artefactos conseguidos en la isla.
Thoth-Amon entra en cólera cuando Menkara le describe el altar de Tsathoggua y afirma que no encontraron nada de interés junto a él, comprendiendo en ese instante que han estado en la isla dónde se hallaba la Corona Cobra.
Consternado, Thot-Amon se retira y en solitario emplea su magia para localizar la Corona Cobra, descubriendo que se halla en la tierra de las Amazonas. Usando de nuevo sus poderes, viaja hasta allí y se la arrebata a Nzinga, reina de las Amazonas, de las manos.
Thot-Amon aparece en Zingara junto a Menkara y Zarano y con la Corona Cobra obliga a Ferdrugo a abdicar en presencia de Villagro. Sin embargo, en vez de traspasar el poder a este último, Thoth-Amon se autoproclama nuevo rey.
Conan llega junto a Chabela a Zingara y se dirigen hacia el castillo.
Villagro, atónito al ver como sus planes no se han cumplido, aprovecha el momento en que Thoth-Amon se coloca la corona real para acercarse rápidamente y hacerse con la Corona Cobra, la cual de inmediato coloca sobre su cabeza. Thoth-Amon, asistido por la magia de Menkara, enfrenta su poder al de Villagro, quien debido a su inexperiencia fuerza los poderes de la Corona Cobra hasta su límite, sobrecargando sus capacidades y dejándola completamente inservible. Thoth-Amon aprovecha esto para asestar el golpe definitivo y noquear a Villagro.
Conan entra en el salón real acompañado por un batallón de soldados. Debilitado por su batalla con Villagro, Thoth-Amon decide usar su poder para huir. Zarano también logra escabullirse, pero los soldados logran dar muerte a Menkara.