Los Vengadores Vol. 3 (16ª Parte)Marvel Deluxe Los Vengadores: DesunidosLlegamos al final de la colección con una saga que supuso un cambio radical para la franquicia. Aterriza en la cabecera Brian Michael Bendis, junto al dibujante David Finch, para narrar la línea argumental que se acabaría convirtiendo en el prólogo de una nueva era tan plagada de éxitos comerciales como de polémica por parte de los más acérrimos seguidores del grupo Se trata nada más y nada menos que del día en que los Vengadores se separaron, aparentemente, para siempre tras más de cuarenta años de historias a sus espaldas.
Antes de nada, por si aún hay alguien que no ha leído esta historia, debo advertir que mi comentario puede incluir spoilers. Normalmente, suelo evitarlos pero, en esta ocasión, creo que va a ser inevitable incidir en algunos hechos que destriparían partes importantes de la trama, por lo que si alguien no ha leído esta saga y tiene intención de hacerlo llegando virgen, que no siga leyendo este comentario. Gracias y disculpen las molestias.
Yo tengo que reconocer que cuando leí esta historia por primera vez, me pareció bastante entretenida. No era una obra maestra y se notaba que abusaba del efectismo, pero se leía rápido y no me pareció el horror que muchos afirmaban que era. Hoy, en mi relectura, con mucho más bagaje a mis espaldas, situándola dentro de un marco temporal concreto y tras leer previamente todo el volumen USA, me ha gustado mucho menos. Tampoco voy a crucificar a Bendis, incluso diría que hay conceptos que no están mal planteados, pero simplemente debo decir que me ha parecido que el paso del tiempo no le ha sentado demasiado bien, perdiendo gran parte de la fuerza y el dramatismo que pudo tener en su día. Quizá por el hecho de conocer todo lo que viene después y como se desarrollan muchos personajes. La cuestión es que un tebeo que tiene poco más de una década ya no se ve con los mismos ojos. No quiero ni pensar que sucederá dentro de otros diez años.
Esto me hace reflexionar sobre cuál pudo ser la clave del éxito. Cómo muchos compañeros han comentado un poco antes que yo, tras la nefasta etapa de Austen, cualquiera que hubiese presentado una historia minimamente interesante se hubiese llevado el gato al agua. Pero es que Bendis arrasó en ventas según los datos ofrecidos por la distribuidora Diamond, situándose en el top ten de ventas con una tirada obscena en cuanto a números de ejemplares vendidos. Es más que probable que la novedad y la sensación de tebeo contemporáneo iniciasen una fiebre por el autor y los Vengadores. Quién sabe. Pero la realidad es que Bendis sabe vender el producto y sus conceptos son a priori atractivos. Otra cuestión es ver como los desarrolla y como los concluye. Pero de entrada, todo pinta muy bien. Yo mismo compré los primeros números de los Nuevos Vengadores con ganas e ilusión, aunque la fuera perdiendo con el paso del tiempo. Sea como sea, lo cierto y verdad es que tras esta saga, llegaría el éxito meteórico del grupo, que acabaría convirtiéndose en el centro neurálgico del Universo Marvel, para permanecer en él durante muchos años. Y todo gracias a un autor que tuvo toda la libertad del mundo para hacer y deshacer a su antojo, convirtiéndose en el niño bonito de Tom Brevoort, uno de los grandes culpables de que se perpetrarán ciertos despropósitos, siendo incluso capaz de justificarlos públicamente tratando al lector como un auténtico gilipollas. Porque al fin y al cabo, lo que importa es que la compañía seguía enriqueciéndose, sin importar que tal o cual personaje no se parezca realmente a aquel que muchos llevan leyendo durante décadas. La prostitución del arte en estado puro y sin ambages.
Una de las principales peticiones de Bendis a Marvel era que tenía que tener total libertad sobre su historia. Y ya lo creo que la tuvo. Si Austen se pasó por el forro el trabajo de Johns, Bendis hizo lo propio con el de Austen. La situación de muchos personajes volvía a cambiar. Anteriormente hablábamos de Pym volviendo a ser Chaqueta Amarilla, pero hay otros cambios más sutiles como la aparición y desaparición de otros miembros del grupo, de forma que los hechos afecten a aquellos para los que Bendis tiene preparado un destino muy peculiar. En el primer número no escatima en explosiones y asesinatos, algunos perpetrados de manera bastante absurda. Deshace la muerte honorable de Sota de Corazones, para enfatizar aún más el inicio de un espectáculo que a medida que avanza se cobra víctimas de una forma poco creíble. El episodio inicial rezuma por todos lados el arquetipo de un blockbuster veraniego, donde el guión importa poco, en detrimento de la destrucción y la muerte, o la aparición de elementos tan inesperados como Ultrones o un batallón de naves kree. Incluso la transformación de Hulka, perdiendo el control de sus poderes no tiene el mayor sentido. Y en medio de todo este caos, Clint se preocupa de que tiene que ir por flechas. Bochornoso.
Y es que uno de los peores aspectos de esta historia es el tratamiento de los personajes. Los diálogos son ridículos en multitud de ocasiones. La manera de deshacer la relación de Clint y Janet, llega casi de rebote y encima para señalar de pasada una conversación que podría ser el detonante de todo. El Capitán América permanece impertérrito, mientras, el resto de compañeros dice estupideces de todo tipo. El Halcón habla de los Vengadores como si no perteneciese al grupo, en plan invitado ocasional. Parece haber olvidado todo lo que ha vivido con ellos. Después hablan de la Visión refiriéndose a él como el robot. Vamos, que lejos de haber sido su compañero durante años, por el que han sentido afecto, es poco más que un electrodoméstico de la mansión. De ese modo, vemos un desprecio constante por el pasado que los protagonistas han vivido juntos, cuando en un momento de necesidad, todos parecen estar deseando escurrir el bulto como si nada. Y Tony hablando de que económicamente el grupo no es sostenible, dando la sensación de que es el motivo principal de la separación. Bajo mi punto de vista, esto no tiene ni pies ni cabeza. Entiendo que se le quiera dar un tono de proximidad con la realidad, pero es que estamos ante el desprecio total por la larga trayectoria de los personajes, mientras el propio Bendis dice que los ama y le tiene un cariño especial, porque los ha leído durante mucho tiempo. Pues yo no sé que Vengadores ha leído, pero mi sensación es que son otros diferentes a los que hemos leído el resto, porque a muchos personajes no los reconozco. Me parece muy bien que intente dar a los diálogos un toque de humor y tal, pero es que hay conversaciones de vergüenza ajena, como la de Clint hablando de las villanas que se calzaría mientras desayunan. Yo todavía estoy buscándole la gracia al tema.
Bajo mi punto de vista, la raíz del problema de Bendis es que para construir algo, necesita destruir lo anterior. De hecho, esa es la idea que tiene en mente. Pero es que ni siquiera el hecho dramático de la separación transmite nada, cuando sabes que justo al mes siguiente aparece una colección en la que se vuelven a reunir, aunque no vivan en la mansión. Y encima es una idea que surge de Seteve y Tony, los mismos que aquí opinan que ha llegado el fin del grupo. Incongruencias como esa están por todos y cada uno de los rincones de estos tebeos, que no soportan un mínimo análisis sobre narrativa y estructura de la historia, lo que sumado al nefasto tratamiento de los personajes da como resultado un superventas de una calidad mediocre. Además de que se resiente en las relecturas, porque a mí me ha costado un poco terminar el tomo. Avengers Finale me parece el homenaje más burdo y aburrido que he leído jamás.
Quizá el único planteamiento que podría encajar es el descontrol del poder de Wanda, cuyo planteamiento tiene una buena base, incluso se podría apoyar en algunas historias clásicas del personaje, o el mismo inicio de este volumen con Busiek en los guiones. El problema no es la idea en sí, sino la forma de desarrollarla y el desenlace que tiene. Bendis hace trampas en muchas situaciones, de manera que busca el giro dramático en todo momento. Si bien es cierto que el comportamiento de la Bruja Escarlata podría tener un poco de sentido, el desencadenante me parece algo pobre. Y ya no digamos afirmar de esa manera, en boca del propio Stephen Extraño, que la magia del Caos no existe. De un solo plumazo se eliminan multitud de conceptos ligados a Wundagore y a la vertiente mágica del Universo Marvel como si tal cosa. Y no digamos las explicaciones posteriores en la que cualquier cosa se explica con la magia de Wanda. Que estaba Mercurio en tal escena, magia. Que Agatha Harkness aparece muerta, pues ha vivido no se cuantos años mágicamente. Y así sucesivamente. Aunque lo de Hulka sigo sin verle la explicación plausible, pero bueno.
En el apartado artístico tenemos a David Finch, el cual no recordaba que era tan malo. A mí es un autor que no me ha desagradado nunca, pero no sé si es por el coloreado tan oscuro, por esa narrativa tan confusa o por que todas las caras parecen iguales. Sea como sea, la verdad es que me ha sacado de la lectura en algunos momentos, dejándome hastiado. Vaya horror. No entiendo que vio Bendis en él para solicitarlo expresamente para la saga. ¿Nadie se acuerda de Alan Davis para este tipo de cosas o qué?
En definitiva, un auténtico bodrio de tebeo que resulta ser una lectura ligerita, que el paso del tiempo no le ha sentado muy bien, dejándome un sabor amargo tras todo lo que he disfrutado de esta colección durante la primera mitad.
Con esto termino mis comentarios sobre el volumen 3 de los Vengadores. Mi más sincero agradecimiento a los que hayan conseguido leer hasta aquí. Se han quedado en el tintero algunas cosas que me hubiese gustado comentar, pero el tiempo manda y las cuatro pilas de lectura pendiente me miran con los ojos vidriosos. Otra vez será.
Hemos llegado a nuestro destino. Espero que hayáis disfrutado del viaje, nos vemos en el foro.