He leído
Los Vengadores Infinitos.
Sin duda, un buen ejercicio de continuidad, al menos en líneas generales, y una buena lectura para aquellos que echen de menos a los Vengadores clásicos.
Por fin saco un hueco para comentar el tomo de Los Vengadores Infinitos, que leí hace dos semanas. La primera miniserie, que da nombre al tomo, tiene a Roger Stern a los mandos, con un grupo bastante heterogéneo de Vengadores Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Resulta parecido a lo que hizo Hickman con Los Constructores, pero sin aburrir en cada página y prestando atención a la caracterización de los personajes.
Siempre da gusto leer algo escrito por Roger Stern y esta miniserie de cuatro números no es una excepción. A pesar de elegir un escenario puramente cósmico y unos variopintos personajes para enfrentarse a una amenaza de estas características, me ha gustado especialmente como el autor bebe tanto de su época pasada con el grupo como del trabajo que realizaba Kurt Busiek en la serie regular de los Héroes más Poderosos de la Tierra en aquellos momentos. Prácticamente podríamos decir que es un producto complementario del Vol. 3 de los Vengadores, así como una forma de sacarse la espina clavada del autor sobre el destino de Mónica Rambeau, uno de sus personajes fetiche. No obstante, Stern mantiene en todo momento la mirada en la continuidad de los personajes, así como en sus caracterizaciones, de manera que tenemos una lectura densa, repleta de contenidos, y con un tono clásico a pesar de haberse publicado en el año 2000. También cabe destacar la presencia de Tigra, en un equipo puramente cósmico, pero que solo un autor como Stern es capaz de integrarla en una historia de estas características galácticas y con un marcado tono épico.
Coincido con
fanpiro que el tema de los Infinitos recuerda mucho a la etapa de Hickman, pero sin la necesidad de alargar la trama en exceso, dotándolos de un gran nivel de amenaza en relativamente poco espacio. Lo realmente curios es que siempre hemos mirado esta etapa moderna como un Crisis en Tierras Infinitas de Marvel, pero cada vez me encuentro con una mayor influencia en otras obras de la casa de las Ideas, algunas incluso relacionadas con los Vengadores.
En definitiva, una buena historia de los Vengadores, que no termino de entender por qué quedó inédita en nuestro país durante tanto tiempo. Afortunadamente, Panini puso remedio a esa circunstancia.
En la segunda miniserie tenemos a Steve Englehart recurriendo a su personaje fetiche, Mantis, Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Resulta bastante sorprendente Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Es curioso que, en cierta forma, Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
, como si renegara de ellas.
La verdad es que agrupar estas dos miniseries en un mismo tomo no parecía una idea demasiado acertada a priori, al menos con ese título. Si bien es cierto que en la primera tenemos como protagonistas a la formación que acabaría obteniendo el nombre de Vengadores Infinitos, la segunda es más una historia de Mantis, como bien comenta
fanpiro, el personaje fetiche de Englehart. No obstante, por el tono cósmico de ambas, por la participación de dos autores de gran relevancia en la trayectoria de los Héroes más Poderosos de la Tierra y porque al fin y al cabo no dejan de ser dos historias que suponen una continuación a tramas de etapas más clásicas del grupo, su reunión en un solo volumen no me parece tan desacertada tras su lectura.
La miniserie de 8 números titulada "Celestial Quest" es prácticamente una continuación de la etapa de Englehart al frente de la cabecera
The Avengers. Aunque también me ha llamado la atención que intente suprimir de la continuidad la aparición del personaje en otras colecciones posteriores, a pesar de haberlos escrito él mismo. No sé si renegará de esos trabajos, pero me ha parecido un golpe de efecto algo innecesario, ya que la historia encaja igual de bien tanto si los suprimes como si no.
Una vez más, estamos ante otro producto complementario del Vol. 3 de los Vengadores, con la presencia de Garra Plateada, un personaje que adquiere cierto protagonismo, igual que lo tuvo en las manos de Busiek durante su etapa. Englehart vuelve a explotar uno de sus puntos fuertes, el desarrollo y la caracterización de los personajes, explorando algunas situaciones que en su momento no fueron posibles. La relación entre la Visión y Mantis es uno de ellos, devolviéndonos a uno de los clásicos imperecederos de la colección: el triángulo amoroso.
Por otro lado, tenemos la continuación y desenlace del destino de la Madonna Celestial y el hijo que tuvo con un miembro de la raza cotati, el mesías que está predestinado a salvar al Universo. Englehart toma prestado a Thanos y su amada para introducirlos en una trama que nos lleva a los confines del mundo, en una batalla en la que se decide el destino de todo el Universo. Aunque podemos decir que Englehart está lejos de su mejor momento, fusiona muy bien su estilo habitual con las cuestiones de carácter filosófico que rodean a la creación de Starlin, que inevitablemente deben estar unidas en cada una de sus apariciones. también es capaz de dotar al argumento de los mimbres épicos esperables y de ese tono clásico que de alguna forma sobrevuela por todos los contenidos de este recopilatorio.
En líneas generales me ha parecido una lectura muy entretenida; una que hará las delicias de los seguidores del grupo de toda la vida. Aunque también debo reconocer que en algunos momentos me ha parecido que la trama se ha alargado un poco y que la actitud de la Muerte en el desenlace sorprende hasta a los propios personajes. No obstante, me ha gustado y me alegro que se haya decidido recuperar del fondo de los inéditos, convirtiéndose en un complemento perfecto para la recuperación de la etapa clásica de los Vengadores que lleva realizando la editorial italiana desde hace unos años en su línea Marvel Gold. A los que hayan disfrutado con ella, estoy seguro que les gustará leer la recuperación de conceptos que se pueden ver aquí.
En el apartado gráfico tenemos por un lado a Sean Chen, un dibujante asociado con Busiek en los primeros compases de este siglo en la Casa de las Ideas y que, a pesar de su estilo moderno, encaja muy bien con ese tono clásico que imprime Roger Stern. Por otro lado, tenemos a Jorge Santamaría, que no lo hace nada mal, pero es demasiado irregular para mi gusto. Además, en un número podemos ver lo que nos hubiese ofrecido Joe Staton y, sinceramente, me gusta más. No obstante, tenemos un trabajo solvente, que no nos impide disfrutar de la historia, en la cual, a pesar de lo que diga el título, la gran protagonista es Mantis, convirtiéndose en una secuela en toda regla de la clásica saga de "La Madonna Celestial", una de las grandes historias de Englehart en los setenta. Eso de segundas partes nunca fueron buenos, quizá no sea del todo cierto...