Por fin he podido catar el juego de mesa de Juego de Tronos y lento no es, es lentísimo. La forma de jugar, la estrategia y todo lo demás me parece sencillamente soberbia, pero cuenta con un defecto bastante grave en mi opinión: las tropas enemigas cuesta un montón eliminarlas. Aunque ganes la batalla, a menos que el otro no saque buenas cartas de defensa apenas podrás quitarle un batallón o dos, y el resto se retirará y (nuevamente a menos que lo haga muy mal) en el siguiente turno dispondrá de casi todo el ejército otra vez.
Llega un punto en el que todos los ejércitos atacan a todas partes sin parar porque confían en no perder apenas tropas, y la partida se vuelve demasiado caótica. En Risk no puedes ir por ahí haciendo el tonto porque enseguida te quedas sin hombres, pero aquí ese problema no existe, y es lo que echa a perder en gran parte la experiencia.
Quitando eso me ha gustado bastante.