He leído
El rayo U de Edgar Pierre Jacobs
En lo más puramente emocional:Al más puro estilo hollywoodiense, este es un comic que me hubiera encantado que mi padre me leyera por las noches, ideal para pedirle que leyera más y más páginas mientras cierro los ojos no para dormir sino para recuperar de la memoria todas esas viñetas de naves fantásticas, ciudades subterráneas, dinosaurios amenazantes y mortíferos pulpos gigantes.
No es un comic inteligente ni sesudo, ni tampoco lo pretende, al contrario, es superficial y de una conmovedora inocencia que lo hace tremendamente entrañable. Se le coge el mismo cariño que a tu rotulador preferido o al camión de los bomberos aunque no le funcione ya la sirena. Y es que este tebeo, a pesar de su aparente simplismo y superficialidad, ha logrado conectar emocionalmente conmigo a través de su inocencia y encanto.
Lectura ligera y ágil en la que no encontrarás capas en siguientes relecturas pero que volverás a ojear y devorar con la avidez de aquel que intenta recuperar esos tiempos en que los mayores peligros eran un temible espía llamado Dagon o enormes dinosaurios ávidos por hincarte el diente y no las ponzoñosas trampas que te va poniendo la vida con el devenir de los años.
Desde el punto de vista racional:Recopilando info de distintas fuentes de internet, podría decir que, en 1943, año en que se publicó "El rayo U", Europa intentaba continuar (súper)viviendo durante la ocupación nazi. La censura de fascistas y nazis hacía imposible que obras estadounidenses llegaran al viejo continente, así que se intentaban hacer obras parecidas. Este rayo U no deja de ser un encargo para hacer algo parecido al prohibido
Flash Gordon de Alex Raymond, de tal forma que el comandante Walton es Flash, el profesor Marduk es Zarkov etc. etc.
Por supuesto este tomo no pasó la censura nazi y la serie fue cancelada, pero quedó como precursora de la obra posterior de Edgar P. Jacobs, la archifamosa
Blake y Mortimer.
Otra cosa a destacar es que la primera edición, la de 1943, no llevaba bocadillos, no había diálogos, tan solo cuadros de texto que nos iban describiendo el desarrollo de la acción, algo característico de aquella época, y que la edición que ha llegado a nosotros es la aparecida en los años 70 en la revista Tintín con viñetas retocadas para añadirles los bocadillos de diálogos y hacerla más "moderna"
Resumiendo:Una obra primeriza, con algún defectillo que otro, pero que a mí al menos me ha atrapado desde el principio con esa simplicidad de la aventura sencilla que te hace viajar a los veranos de tu niñez y que te mira del mismo modo que los ojos tiernos de un gato, obligándote a darle un poquito del jamón york de tu bocadillo.