Bueno, aunque el gran protagonista de este fin de semana es el Expocómic, me gustaría reivindicar el Salón del Cómic de Zaragoza, que no por celebrarse en las mismas fechas deja de ser relevante. De hecho, según parece, ya se ha convertido en el tercer salón más importante de España tras los de Barcelona y Madrid, ahí es nada
http://www.saloncomiczaragoza.com/Y es que sólo hay que ver el elenco de artistas que se ha conseguido reunir, superándose año tras año: Herr Seele (ganador del Premio del Patrimonio en el último Festival de Angulema), Gilbert Shelton, Max, Carlos Ezquerra (paisano que ya es parte intrínseca del Salón año tras año), además de los mejores autores nacionales y dibujantes patrios de primera fila internacional. Bueno, y nuestro querido Julián Clemente

Por desgracia no pude pasarme el viernes por las charlas del gran Carlos Ezquerra y de Herr Seele, autor al cual he conocido precisamente a raíz del Salón. Pero resulta que su obra más conocida, Cowboy Henk, fue ganadora nada más y nada menos que ganadora del Premio del Patrimonio en el último Festival de Angulema, y de hecho por Bélgica, Holanda y aquellos lares este personaje llega a rivalizar en popularidad con el mismísimo Tintín (o eso se comenta). Todo un personaje, enfundado en sombrero y traje azul paseando por los stands como si con él no fuera la cosa, y acompañado por una rubia imponente de 20 años menos

Pero ayer, sin duda, tuvimos el plato fuerte con autores como Max y, sobre todo, el grandísimo Gilbert Shelton, que junto al mítico Robert Crumb constituyen las dos grandes figuras del cómic underground estadounidense. Y la verdad es que se le ve ya un poco mayor, pero impagables algunas de las anécdotas que dejó sobre su amistad e intento de formar una banda de blues con Janis Joplin, sus opiniones sobre su colega Crumb o aquella entrevista a Bob Dylan de la cual ninguno de los dos recuerda nada, cosas de tener un buen camello...

Y de allí que me volví con un ejemplar de los Fabulosos Freak Brothers firmado y decorado con una ilustración de Fat Freddy tocando una guitarra al grito de "no se tocar el guitarro!!". ¡Qué grande!

Lo dicho: os animo a todos a que os paséis por el Salón el próximo año, porque está creciendo a un ritmo imparable (ayer mismo tuvieron que cerrarse las puertas en varias ocasiones puesto que se llegó al aforo máximo de 5.000 visitantes), y el nivel de actividades, charlas, exposiciones y stands resulta muy alto. Por no decir que el ambiente, más allá de los cosplays y la temática manga que copaba buena parte del Salón, resulta inmejorable y toda una gozada.
Además, por mi parte pude hacerme a precio de ganga con dos obras largamente pretendidas y buscadas: Balas Perdidas de Lapham, y 2020 Visions de Delano, ambas enteritas