Lo que todos tenemos que ver de una maldita vez es que Madman o, yo qué se, Thorgal son productos de calidad que en un momento dado justifican su edición en superlux giliflauta format e incluso pagar un sobrecoste. Pero 60 o 70 euros (o 30, qué coño) por los Defensores de D.A. Kraft es un despropósito de cojones. Y ojo, que a mi esos tebeos me parecen disfrutables.