He leído
Dragon Ball Nº 43-44.
Retomo la lectura de la serie tras mi
comentario.
Al final he caído y me he animado a continuar la serie con lo que parece ser el siguiente arco argumental. Por ahora, a pesar de estar en los compases iniciales, lo veo algo flojo, casi me ha hecho recordar un grupo de capítulos de relleno habituales de la serie de anime. Además, he visto a Toyoratô más flojo de lo habitual en algunas viñetas. No tengo muy buenas vibraciones con esta saga, la verdad. Por ahora me ha dejado un poco frío, y no suscita el interés de las anteriores aventuras. No sé si soy yo, o es que las ideas de los autores han perdido cierta fuerza, si es que en algún momento tuvieron alguna.
La trama comienza un tiempo después del torneo, cuando un entrenamiento de Goku y Vegeta es interrumpido por Bulma para avisarles de que Satán ha solicitado ayuda ante el rapto de Bû. La pareja de sayanos va a investigar, y acaban enrolados en la Patrulla Galáctica. Hay ciertas dosis de humor en esta asociación desde el propio Rey de la Galaxia, que ya había pasado por estas páginas, hasta los propios policías intergalácticos, incluido Jaco, un personaje que ha permanecido durante todo este tiempo en un segundo plano. La cuestión es que la Patrulla Galáctica necesita a Bû porque
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Ahora, Moro se ha escapado de su prisión, y no saben como detenerlo.
Como no podía ser de otra forma, los sayanos se ofrecen a ayudar, por lo que son nombrados nuevos miembros de la Patrulla Galáctica, la cual tiene ciertas cuestiones algo estrambóticas, que resultan más ridículas que graciosas. A mí nunca me ha molestado el humor de la serie, pero siempre creo que se ha llevado de una forma simpática y agradable. Sin embargo, creo que en esta ocasión, como en otras anteriores, los autores no consiguen que esas dosis de humor terminen de funcionar. Ya digo que no me importa que se mantenga ese aspecto de la serie, ya que formaba parte de ella en sus inicios, pero si se hace de una forma tan grotesca y absurda se acaba cayendo en el ridículo, como el baile aquel de Vegeta en una de las películas. Sin duda, el humos es mucho más difícil que el drama, por lo que si no se hace bien, pues mejor evitarlo, que es lo que deberían hacer en esta nueva etapa de la serie, visto lo visto.
Junto a Jaco se nos presenta a Merus, uno de los principales agentes de esta patrulla, sobre el que Vegeta pone toda su atención, ya que opina que está escondiendo un gran poder. De hecho, el sayano intentará por todos los medios descubrir cómo lo hace, acompañándolo incluso a una misión en la que deben detener a unos hermanos que roban minerales muy valiosos en el planeta Jung. De ese modo, veremos en acción a Jaco y Merus en un duelo a caballo entre el
western y la ciencia ficción. Para mí, la típica aventura de un capítulo de relleno. Entretenida, que sirve como presentación de los nuevos personajes y sus estatus, pero muy poco más. Bajo mi punto de vista, un inicio de saga muy tibio, cuando debería reclamar nuestra atención para el devenir de la historia.
Por otra parte, a Bû no consiguen despertarlo, pero parece que Moro está muy cerca. Goku le capta el aura y queda muy sorprendido. Continuará...