De Strangers in Paradise por Terry Moore.
Iba a llegar tarde a clase por querer imprimir un trabajo de económicas cuando llamaron a la puerta. Era Dumoni. Nunca antes había venido a mi apartamento. Abro la puerta y le dejo pasar. Me dice que necesita que le deje unos pinceles. Le digo que llego tarde a clase pero que puede coger lo que necesite.
Me inclino sobre la impresora y entonces me agarra por detrás. Yo le grito "¿Qué estas haciendo? ¡Suéltame!" Y él me pone un cuchillo en la garganta y me dice que me esté quieta o me mata. No sé qué hacer, estoy como loca ¿sabes? Grito y doy patadas, esperando que alguien me oiga y venga ayudarme... Pero nadie viene.
Él es muy fuerte, me corta. No siento nada, pero me muestra la hoja con mi sangre y dice que me cortará la garganta si no hago lo que quiere. Entonces es cuando siento mucho miedo. Dejo de forcejear. Le digo que coja lo que desee, que no se lo diré a nadie, que coja lo que quiera. Él me dice que me quite la ropa. Yo empiezo a llorar.
Le ruego que no lo haga, pero se enfada y me corta la cara, aquí, en esta mejilla. Dice que me seguirá cortando si no hago lo que me ordena, así que me quito la ropa.
Luego me viola.
Cuando acaba, pasea por el cuarto, hablando consigo mismo. Recita una oración o algo en tono monótono y... Dice que soy una pecadora y que Dios lo ha enviado para castigarme. Me hizo cantar con él. Yo estaba en la cama, llorando y esperando que aquello acabara, deseando que se fuera ya. Me folló una y otra vez. Luego guardó silencio, creí que iba a irse, estaba detrás de mí, no podía verle.
Entonces sentí aquello... Aquel dolor agudo y cegador en la parte posterior de mi cabeza y... Después de aquello no recuerdo nada. Lo siguiente que recuerdo es que desperté en el hospital seis días después, con mi madre, que me tenía cogida la mano.
Me pego con un martillo once veces en la cabeza. Me partió el cráneo por dos sitios. Tuvieron que encajarme la mandíbula en su lugar. Me dio por muerta. Pasé cinco meses en el hospital y dos años de rehabilitación. Tuve que aprender de nuevo a hablar, grupos de apoyo, clases de recuperación, terapias, análisis...
Todavía veo a mi psiquiatra tres veces por semana. Sufro migrañas que me duran días.
No consigo recordar mi infancia.