Solo veo tres portadas, ¿a alguien más le pasa?
Pues me voy a marcar un Querubo y voy a comentar los tres primeros números del tirón, que los tengo leídos del fin de semana, y este arquito es mejor comentarlo en su conjunto
Así pues...
Leído Y: el último hombre #18-20 (“Palabra de seguridad”).Pues, efectivamente, el nivel de la serie se eleva en este breve arco argumental de tres números, y diría que con seguridad es lo mejor que llevamos leído hasta ahora… aunque sigo sin encontrar la POM que muchos aficionados perciben. Pero es un muy buen cómic, lo cual es más que suficiente.
La primera secuencia del
#18, un flashback de la adolescencia de Yorick, ya te deja con el culo torcido. Parece una visita rutinaria al abuelo en el asilo, hasta que el abuelo, hablándole de lo mal que se vive rodeado exclusivamente de mujeres, le espeta ese «Algún día lo entenderás» que abre un sinfín de posibilidades y teorías para el lector. ¿Fue una frase casual, o el abuelo sabía lo que iba a pasar 15 años después? En su día sospechamos que la madre de Yorick pudiera estar metida en el ajo, pero este es el abuelo paterno. Dudo que hayan metido este flashback solo para despistar, así que habrá que dejarlo en barbecho. Muy bueno este comienzo.
El resto del capítulo también planea a gran altura. La persecución de la cuadrilla de mujeres armadas por el bosque aporta la dosis de acción recurrente en la trama, que se solventa de la forma esperable (el personaje escondido, en este caso Yorick, aparece por detrás y obliga a las mujeres a deponer las armas); con referencia cinéfila (al clásico de Coppola por antonomasia) incluida. Lo de Vaughan metiendo guiños culturales constantemente en el guion es casi obsesivo, y coincido con Grapa en que a veces resultan un poco forzados (aunque las referencias artísticas, sobre todo a literatura y cine, son más esperables: recordemos que Yorick es filólogo, y ya sabéis que los filólogos son gente muy sabia y muy culta
). Llegado el momento, 355 habla de una vieja amiga de la Red Culper, a quien confiará el cuidado del último hombre. El chiste que hace Yorick sobre su número de agente («Espera, ¿en serio su nombre en clave es 711? ¿Cuántos tíos le preguntaron si estaba abierta toda la noche?») es difícil de entender en nuestro país, porque aquí (hasta donde yo sé) no existe la cadena de tiendas 24 horas a la que hace referencia, el 7-Eleven. Cuando por fin llegan a su cabaña, parece un lugar de ensueño: acogedor, seguro, ¡y con una amplia biblioteca para alegría de nuestro protagonista! Pero no es oro todo lo que reluce, y una vez abandonado Yorick a merced de la exagente, veremos cómo lo droga y lo deja maniatado. La
splash page que cierra el capítulo es bastante… sugestiva
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
El
#19 se inicia con una fantasía de Yorick a lo Mago de Oz, pero se centra en el interrogatorio que, bajo pena de sodomización si miente o calla, le realiza 711 a Yorick. La exagente está empeñada en que nuestro hombre es gay, sencillamente porque ha leído los diarios de 355 y ha visto que, en todo el tiempo que llevan juntos, no se ha acostado con ni una sola mujer. ¡Con lo que cuesta mantenerse fiel, y así se lo pagan! La tesitura sirve para conocer una experiencia traumática del pasado de Yorick, en el que, mientras estaba atado a un árbol, sufrió abuso sexual por parte de un niño llamado Lefter. Cuando Yorick ve las intenciones del amigo, lo llama «asqueroso» y «gilipollas», a lo que aquel le responde que «los tacos han de castigarse». Como el castigo transcurre fuera de campo (bueno, así se dice en el ámbito del cine; en cómic sería… ¿fuera de viñeta?), no sabemos exactamente si el castigo se limita a una felación o si además le inflige algún tipo de daño físico, pero para el caso es lo mismo: una experiencia traumática que derivó en consultas al psicólogo. Tras este incidente, Yorick relata ahora su primera experiencia con una mujer, que no llegó… ¡hasta segundo de carrera! Entendemos que con 19 años. Un poco tardío, este Yorick. Pero lo realmente sorprendente es que su primera experiencia fue con Beth. Es decir: su novia actual ha sido la única mujer que ha catado en su vida. Razón de más para que esta historia no pueda acabar sin que Yorick le sea infiel en algún momento, ¿o pretende morirse sin haber conocido a más mujeres? Si no puede comparar, nunca sabrá si ella era realmente su chica ideal
Pero nos desviamos. Tras la escena de los insectos devorando el semen de Yorick en el pañuelo, que le supone otra experiencia traumática, parece que 711 se dispone a violar al chico administrándole Viagra, pero no llega la sangre al río. Una vez convence a Yorick de que su deber como último hombre de la Tierra es salvar a la Humanidad a base de follar mucho, 711 ceja en su empeño. El capítulo acaba con Yorick diciendo «Te deseo». Imagino que en inglés las palabras serán «I want you».
Cuando, al comienzo del
#20, 711 le pregunta qué ha dicho, Yorick elige otras palabras que generan un matiz bien distinto: «Quiero que me folles». Pero en inglés, imagino, no se trata de un cambio en las palabras, como ocurre en español, sino de una adición a lo dicho al final del capítulo anterior: «I want you… to fuck me». Es decir, añadiendo las tres últimas palabras, la frase se vuelve bastante más lasciva. Querubo, esta vez te toca a ti sacarme de dudas sobre la traducción.
Cuando parecía que el plan de 711 era desquiciado, aún nos tienen reservada la traca final. Ahora ya no quiere acostarse con Yorick (solo quería hacerle saber que no siempre controlará él la situación), sino que se propone someterlo a la clásica tortura de sumergirle la cabeza bajo el agua durante largos intervalos para doblegar su voluntad. Lo que quiere sonsacarle, en realidad, es que desde que empezó su aventura ha tenido una actitud poco menos que suicida, arriesgándose en muchas situaciones (con las republicanas, con las Amazonas, con las vagabundas del tren…) a que lo borraran del mapa. Yorick confiesa que la idea de matarse a sí mismo ha pasado por su cabeza en más de una ocasión, particularmente a raíz de ver el cadáver de una policía (ojo: de aspecto tan parecido a su hermana que llegó a confundirlo con ella… ¿cobra importancia la teoría de los clones?) que se suicidó tras desencadenarse la plaga. También hace mención, por cierto, al final de la obra de teatro que vimos en el arco anterior; ese final en el que el último hombre vivo se suicidaba para dejar que las mujeres se salvaran solas… una idea que se le ha quedado grabada. Parece que esté pidiendo a gritos que acabe con su vida, cuando Yorick tiene una epifanía y decide que no quiere morir. Es entonces cuando 711 le revela que todo se trataba de una «intervención suicida», en francés «le précedé d’enfer», es decir, una terapia de aversión basada en que su sexualidad y su mortalidad son elementos indisolubles (nada nuevo bajo el sol: en psicoanálisis, Eros y Tánatos son pulsiones opuestas que siempre han ido de la mano). Entiendo, por tanto, que el propósito de esta intervención es precisamente separar ambos elementos, y que Yorick pueda vivir su sexualidad sin que ello implique su muerte. No sé a vosotros, pero a mí me dejó un poco frío esta explicación del porqué de la actitud de 711, la verdad. No es que le vea demasiado sentido a todo este teatrillo si su único propósito era devolverle las ganas de vivir. A propósito, nos quedamos sin saber cuál ha sido la visión reveladora de Yorick, pues, según 711, eso es algo que debe mantenerse en secreto, pero que el muchacho debe recordar siempre (imagino que en algún momento futuro de la serie descubriremos qué es lo que le ha hecho querer vivir).
Poco después, asistimos al regreso de 355 y de la Dra. Mann, que han conseguido salvar al monete en el hospital. Y el capítulo termina con un nuevo giro de guion: llegan a la cabaña tres mujeres vestidas con burka que dicen ser «La red Setauket», que vienen preguntando por el amuleto de Helene. Cuando ven que 711 echa mano de la pistola, la acribillan a balazos. Qué poco ha durado este personaje, con el potencial que tenía… una pena.
En definitiva, un arco muy absorbente, que se devora con avidez, en el que el cómic adquiere un tono decididamente más adulto (por su exploración de la sexualidad y la muerte, por mostrar situaciones crudas de abusos sexuales y parafilias, por tratar el tema del suicidio, por mostrar cuerpos semidesnudos...), aunque no llega a la crudeza que podría esperarse de un escenario postapocalíptico como este. Veremos si la serie consigue mantener el nivel o si da bajón en el próximo arco.
Por cierto, estaré espeso, pero no me queda claro cuál es la palabra de seguridad a la que hace alusión el título del arco.