He leído One Piece: Heroinas.
Me llama mucho la atención lo desapercibidas que pasan por este hilo las novelas de la serie, ya pasó con la anterior, escrita por el propio Oda, y diría que ha vuelto a suceder con esta. En esta ocasión, Oda parece no participar, más allá de poner la idea original, pero ni siquiera realiza las ilustraciones. La escritora a cargo de este grupo de relatos es Jon Esaka, de la que tampoco puedo aportar mucho, salvo que no escribe nada mal y ha sabido captar muy bien el tono habitual del manga y la caracterización de los personajes. A mí me ha parecido una lectura entretenida, bastante ligerita, pero también con algunos apuntes interesantes, en cuanto a lo que pretende transmitir la autora, que podría resumirse en la validez de la mujer dentro de la sociedad y, sobre todo, en la lucha contra la discriminación y la libertad feminista. No obstante, que nadie piense que son pastiches feministas, no es nada de eso, sino que son historias más o menos bien enfocadas, algunas quizá dirigidas más a un público femenino que masculino, las cuales tiene se mensaje subliminal innegable, unas veces más visible que otras.
La edición es un poco extraña, porque Planeta incluye el índice de las historias con los títulos, pero los mantiene en inglés, sin que haya una traducción por ningún lado. Obviamente, los relatos están en español, pero también hay cierta terminología del manga que se suele traducir en el cómic, pero aquí se ha dejado en el japonés original, como el título de los grandes piratas, o los nombres de la isla donde reside Perona, por poner algunos ejemplos. Incluso el propio título de la novela permanece en inglés en la portada y el lomo, así como en el interior. Para rematar, ninguna de las historias tiene el título, ni en inglés ni en español, encabezando el comienzo del relato. Yo entiendo que esto es una edición calcada de la original, pero lo lógico es que se tradujese al completo, y no solo en los textos interiores. Está claro que se han debido querer ahorrar la rotulación. Lo dicho, una edición de lo más rara que he visto en ningún libro publicado.
La novela consta de cuatro relatos y un extra. La primera de ellas está protagonizada por Nami, que acude a un famoso fabricante de zapatos de tacón para cambiar un par porque no puede correr con ellos, tal y como indica la publicidad de la prestigiosa marca. Este será el punto de partida de un relato en el que la chica acabará ejerciendo de modelo de zapatos, y que estará centrado en una crítica al mundo de la moda y a la sociedad superficial. Nuestra protagonista servirá de ejemplo para una brillante zapatera que ha dejado olvidado su sueño por las trivialidades de la sociedad. Tengo que admitir que al principio me sentía un poco extraño, leyendo algo que es evidente que iba dirigido a un público que no soy yo. Sin embargo, esa transmisión de valores me ha parecido muy interesante, sobre todo en un intento de educar a las jóvenes japonesas en un movimiento de liberación que bien nos recuerdo aspectos de la sociedad de los años setenta. Curiosa, cuanto menos.
La segunda historia está protagonizada por Nico Robin, y transcurre durante el periodo en el que viajó con el Ejército de Liberación, forjando una interesante relación con Sabo, que tendrá un papel importante como secundario. Curiosamente, Robin tampoco es la gran protagonista, porque yo diría que esa responsabilidad recae en Koala, empeñada en descifrar un idioma de una tabla de arcilla. De ese modo tendremos una temática cercana a la arqueología, sin profundizar demasiado, eso sí, acercándonos a algunos de los pueblos antiguos de este universo de ficción. Pero podríamos decir que le tema central es la tenacidad de Koala, así como la relación entre todos los protagonistas, donde se aprecia que han surgido lazos muy interesantes. Dentro de la continuidad destacaría la conversación de Sabo con Robin, en la que le pide que cuide de Luffy, y se explica un poco los motivos por los que no se reúne con él, pese a que tiene muchas ganas de hacerlo. Todo esto, mucho antes de los acontecimientos de la isla de Dressrosa, como todos recordaremos.
La tercera historia es quizá la más ñoña, por decirlo de algún modo, ya que tiene como protagonista a Vivi, sin que realmente aparezca mucho tiempo. Por el contrario, serán otros personajes de Arabasta los que lleven el peso de la trama, como son Kohza y el niño Fata. Este último confesará su amor por la princesa escribiendo una carta que armará cierto revuelo al caer en pleno centro de la ciudad. Aunque la inocencia del chaval está muy bien representada, así como el carácter generoso y bondadoso de Vivi, la verdad es que la historia me ha parecido muy plana en cuanto a contenido. Quizá lo más interesante sea la ubicación cronológica, que la sitúa justo antes de que la princesa asista al Congreso Mundial, que vimos no hace mucho en algunas escenas del manga, dentro de su edición española.
La cuarta historia nos devuelve a Perona, que tendrá como coprotagonistas a Zoro y Mihawk. El relato se sitúa durante el tiempo que Zoro estuvo entrenando para conseguir el haki, para lo que Ojos de Halcón le entrenó duramente y le prohibió la ingesta de alcohol. En esta ocasión, la historia gira en torno a las necesidades golosas de Perona, que tendrá que conformarse con una botellas de vino que llegan a la isla en un barril. Sin embargo, el increíble sabor de este licor la llevará a un estado de éxtasis de tal calibre que no dudará ni un momento en enfrentarse a Mihawk con tal de arrebatarle la última de las botellas, contando además, con la alianza de Zoro. Si hay algo que me ha gustado particularmente es la forma de describir todo lo referente al vino y las sensaciones que experimenta la protagonista, que diría que son una mezcla de embriaguez y sustancias psicotrópicas. Pero quizá lo más interesante de todo sea la relación tan extraña y atípica que surge entre los tres habitantes de la isla, que sin ser del todo camaradas acaban forjando unos lazos mucho más intensos de los que ellos mismos creen. Algo que quizá se refleje en algún momento del futuro en el propio cómic, cuando se vuelvan a cruzar sus caminos.
La novela culmina con un extra en el que Nami vuelve a tener cierto protagonismo, aunque yo no diría que tiene el papel principal en la historia ni mucho menos. El relato es muy cortito y tiene un esquema típico de otras historias en las que el escritor utiliza la primera persona para que pienses que el narrador es alguien concreto, para finalmente dar un giro final que nos desvele la realidad. Yo recuerdo haber leído una historia muy similar de Rafael Marín en cierta antología. La verdad es que no está del todo mal, aunque es bastante previsible y uno se empieza a oler muy pronto por donde val la escritora. Pero, de todas formas, tiene su mérito y no está mal escrita. Además, tiene un doble mensaje de libertad, que se puede interpretar de distintas formas, ya sea por la liberación de la mujer, o simplemente por la libertad en general, sin importar género, raza o cualquier tipo de diferencia. Una bonita forma de cerrar una novela que no ha estado mal, de lectura ligera y entretenida, pero con ciertos aspectos interesantes. Quizá sea incapaz de recomendarla abiertamente, pero creo que no es mal complemento a los cómics, aunque tampoco es imprescindible.