He leído
Batman: Caballero Blanco Nº 1-8.
Tengo que admitir que no sé si seré capaz de expresar lo que me ha parecido esta miniserie realizada íntegramente por Sean Murphy en calidad de autor completo. Obviamente, en el apartado gráfico pocos peros se le pueden poner a este artista, que realiza un trabajo muy bueno, en el que el dibujo está muy por encima del guion. No obstante, la historia no es mala, tampoco aburre, incluso plantea cuestiones bastante interesantes, pero también me parece algo tramposa en ciertos aspectos. Es evidente que el autor ha tenido una libertad creativa absoluta, desarrollando la trama en lo que en otros tiempos se hubiese considerado un proyecto de Otros Mundos, mostrando una realidad ligeramente diferente de la que conocemos. No se puede decir que DC haya tenido un especial cuidado con la continuidad en los últimos tiempos, pero estoy convencido que algunos hechos que ocurren en la miniserie no se hubiesen destinado a un proyecto paralelo, sino a las series regulares del personaje, pero bueno, tampoco parece que quede del todo claro, ni ECC ocupa un pequeño espacio de las múltiples páginas publicitarias de sus productos para incluir un mísero artículo que acompañe a algunas de estas grapas. Me parece realmente trágico que haya artículos para publicitar una y otra vez La Broma asesina, el tomo de Robin: Año Uno, incluso el tomo de Deadshot, o las diferentes alusiones al Salón del Cómic de Barcelona, y a nadie se le ocurra utilizar al menos una página para incluir un texto sobre el propio cómic que el hipotético lector está leyendo. Desde luego, ni siquiera el texto introductorio de la 2ª cubierta se emplea para resumir los hechos ocurridos hasta el momento ni nada similar. De verdad que no acabo de comprender este sistema de publicación.
Centrándonos en la historia, quizá lo que más ha llamado mi atención es que el verdadero protagonista sea el Joker, en lugar de Batman. Aunque realmente todo parece ser el fruto de un interesante análisis de la relación entre ambos, en un intento de apoyar la teoría de que tienen más puntos en común de lo que parece, llegando a presentar una finalidad similar: salvar a Gotham. Es curioso, porque justo un poco más arriba comentaba Batman: Europa, que en cierta manera viene a tener un leit motiv muy similar, trabajando en una hipotética colaboración entre héroe y villano, con escenas en el interior del batmóvil casi calcadas, pero con un tras fondo diferente, claro. Sin embargo, sí que hay patrones que se repiten en la propuesta de Azzarello y la de Murphy, o al menos a mí me lo ha parecido. Como iba diciendo, el título gira en torno al Joker, que tras ingerir unas pastillas durante su enfrentamiento con Batman recupera la cordura, dejando atrás la faceta de sociópata para convertirse en Jack Napier, con un alto cociente intelectual, un refinado estilo de vida y una meta dedicada a acabar con la corrupción política y policial en Gotham, proteger a las minorías sociales y en definitiva convertir la ciudad en el sueño que todo gothamita desea que se convierta en realidad. Para ello, formaliza su relación con Harley Queen, que se revierte a la psicóloga Harleen Quinzel. Juntos comenzarán una batalla legal, utilizando el sistema para convertir la figura de Batman en un villano y eliminar la existencia de los justicieros, salvo que colaboren con la policía. No obstante, una segunda Harley Quinn aparece, la cual se convierte en un auténtico peligro para la ciudad, ocupando el vacío de poder que deja el Joker, pero también en un intento de que regrese el hombre del que verdaderamente se enamoró y que ahora se oculta bajo la personalidad de Jack Napier. De ese modo, las circunstancias obligan a colaborar a Batman con Napier contra un peligro fuera de lo común que pone en peligro Gotham.
Sinceramente, hay tantos conceptos interesantes como excesivas licencias de Murphy, que obedecen principalmente a retorcerlo todo para que la trama llegue a donde él pretende. No deja de ser interesante mostrar a Batman como un peligro para los habitantes de Gotham, como alguien fuera de la ley y, por lo tanto, incontrolable, que opera bajo el amparo de Gordon. Esto también se potencia con una actuación temeraria del murciélago, lo cual en ciertas ocasiones no me termina de convencer. También es cierto que Murphy lo justifica de alguna manera,
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No obstante, la actitud cambiante de Nigthwing y Batgirl en según qué circunstancias no parece coincidir y es maleable para que obedezca a las intenciones del autor. Si realmente quiere que Batgirl sea su voz de la conciencia debe seguir así hasta el final y no mostrar cambios continuos, así como la actitud de Dick, que de pronto olvida aspectos importantes de su relación con Batman. Como digo, esta todo retorcido en bastantes aspectos, como si Murphy no se terminase de aclarar en que dirección exacta deberían ir los personajes, lo cual es uno de los motivos por los que creo que Murphy es tramposo en su argumento.
Aunque toda la confabulación contra Batman me parece un pelín excesiva, igual que el comportamiento de Bruce en el primer número, justificado o no, así como la relación de los Wayne con Mr, Frío y otros aspectos que añaden un trasfondo muy interesante, pero que a veces parece algo excesivo. Después, Napier quiere reformarse, pero aunque parece tener intenciones buenas, salvo en la fase final, me sigue pareciendo un villano manipulador, llegando a orquestar un plan tan malvado como el de su anterior encarnación, pero sin el punto de locura. De hecho, su candidatura a la consejalía nos acerca a un Joker que muestra similitudes con Luthor o villanos de esa misma índole. Tampoco parece que se aproveche demasiado su intelecto superior, aunque sí da bastantes muestras de ello. Por otra parte, que toda la historia sea una excusa para que
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me choca un poco, ya que me he acordado al instante de aquella ocasión en
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Asimismo, está el tema de la extensión. Verdaderamente a estos ocho números le sobran al menos dos entregas. Ya digo que es una lectura que ni mata ni engorda, y es más o menos amena, pero creo que Murphy ha empleado más espacio del necesario para contar su historia. Como decía al principio me cuesta establecer de un modo claro si es una buena lectura, una entretenida sin más o algo más. Yo me he entretenido y me parece que Murphy da en la tecla en muchos conceptos y plantea premisas muy interesantes, sobre todo bastante desarrolladas y profundizando muy bien en su idea, pero por otra parte hay algunas deficiencias claras en el guion, no es del todo honesto con el lector, acortando camino para llegar a donde quiere, sin mostrar un argumento sólido en ocasiones. No obstante, me parece particularmente acertado ese giro final en el que todo lo sucedido
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, lo cual me ha parecido que ha encajado muy bien con la construcción de la historia. En definitiva, sentimientos encontrados en una miniserie que quizá presentaba unas expectativas más altas por la presencia de Sean Murphy, pero que a mí me ha dejado sentimientos encontrados. Esta es la historia de un Caballero Oscuro y un Caballero Blanco, cuyo resultado parece ser un camino intermedio: el gris.