He leído Sandman Obertura Nº 1 - 6.
Tenía muchas ganas de leer esta miniserie, pero entre la cadencia de publicación y que esperaba una lectura bastante densa, he intentado buscar un momento en el que la leyera pausadamente, sin ninguna prisa para intentar asimilar el máximo posible de las ideas de Gaiman. El autor creo que no ha defraudado, a pesar de que la obra ya me parecía perfectamente cerrada y no necesitaba de un "añadido", pero teniendo en cuenta el resultado, tampoco creo que estorbe. Mi impresión general es que ha sido una historia muy compleja, quizá una de las más complejas que yo haya leído en un cómic, que ha supuesto un esfuerzo enorme para enterarme de algunas cosas, porque me parece casi imposible pillar todo en una sola lectura. Bajo mi punto de vista es una auténtica joya, con un dibujo muy elaborado que se combina a la perfección con el argumento, siendo muy importante detenerse a mirar cada rincón de la viñeta o la página para no perderse ni un solo detalle de una obra que explota el metalenguaje y la simbología como pocos, o casi ningún cómic. No me extraña que J. H. Williams haya necesitado tomarse su tiempo, porque dibujar esta miniserie no ha tenido que ser fácil. En su momento ya critiqué que Sandman fuera una serie que parecía tener su punto débil en la parte gráfica, algo que en esta nueva historia se ha enmendado con creces, no solo por el magnífico trabajo del dibujante, sino porque se ha cuidado mantener una coherencia gráfica a lo largo de toda la historia, manteniendo al mismo autor hasta el final. Y el resultado es espectacular.
Tengo que reconocer que me hubiese gustado leer cada entrega en su momento de publicación para ir comparando notas con los compañeros del foro, pero creo que hubiese ido en detrimento de la experiencia lectora. También hubiese estado bien hacer una relectura de las grapas poco a poco, pero mi pila de lecturas me atosiga demasiado para ese tipo de prácticas, desgraciadamente. Como decía antes, esta miniserie es una delicia. Hoy día no se hacen cómics así. Es decir, no se busca la implicación del lector, ni se explota demasiado los diferentes niveles de lectura, ni siquiera se suelen crear argumentos tan elaborados y complejos. También debo decir que esa excesiva complejidad es quizá una rémora, porque vivimos en el mundo que todos conocemos y se puede alabar o criticar algo sin realmente haber comprendido el mensaje oculto, o quizá podríamos decir que los mensajes, porque la convierte en algo no demasiado accesible. Lo realmente increíble es el aluvión de conceptos que se introducen, al igual que la cantidad de referencias culturales, que esas son un poco más complejas y se me escapan muchas, pero diría que ha superado con creces a Moore en su "Liga". Además, la historia tiene un hándicap añadido, ya que realmente se pueden extraer diferentes impresiones de la historia. Creo que incluso escribir una simple sinopsis de la trama sería algo más complejo de lo que puede parecer en un principio.
Yo mismo he admitido no comprender del todo la extensión del mensaje de Gaiman, pero de lo que sí estoy seguro es que el autor nos lleva por una interesante reflexión existencialista, abriendo una serie de bifurcaciones muy interesantes. Aunque todo se reduce a la misión que realiza Sueño para salvar la existencia, en una especie de viaje iniciático que le lleva a romper la cuarta pared haciendo referencias a los creadores de historias, no creo que sea casualidad el parecido de su padre con Alan Moore, y a su vez profundicemos en los progenitores del protagonista, ampliando el espectro de la familia aún más. Por otro lado, me parece evidente ver como un fin del mundo se asocia a uno en el que ya no se sueña, por lo que de alguna forma se ha perdido la creatividad, de ahí que si nos fijamos bien, todos aquellos que salvan son seres del universo, pero hay cierto parecido sospechoso con creaciones culturales. De hecho, si os fijáis bien podréis encontrar a la Cosa de los 4 Fantásticos o a cierto personaje del planeta Ysmault, creación de Moore, entre otros. Otro detalle interesante es que su compañera de viajes sea alguien que se llama precisamente Esperanza. Algo que en diálogo posterior ofrece una critica a la sociedad actual, que no solo ha dejado de soñar, sino que ha perdido la esperanza, algo que este mundo necesita más que otra cosa. Hay que hilar muy fino, pero por este tipo de detalles es por los que me gusta esta obra, que necesita de manera forzosa que el lector colabore, o acabará perdido en un mundo de fantasía muy increíble visualmente, pero cargado de contenidos muy profundos y de una honda reflexión. Quizá lo realmente curioso es que se ofrece dos perspectivas muy diferentes, pero igualmente válidas. Es decir, uno puede ver una crítica a la sociedad actual, ensimismada en el materialismo y olvidando el poder de la imaginación, o podemos ver un crítica al propio medio que ha perdido la conexión con el lector y con la magia de la creación de la fantasía y sus múltiples posibilidades. Bajo mi punto de vista, no creo que solo haya una interpretación posible, lo que hace aún más valiosa la construcción de esta obra, que no está al alcance de muchos autores.
Está claro que Obertura es una obra para leer varias veces y conseguir así asimilar esa compleja amalgama de conceptos que quiere transmitir Gaiman de una forma muy densa, al menos la mayor parte ellos. Quizá lo más complicado sea conseguir pillar todas las referencias que hace el autor o desentrañar esa narrativa que puede parecer una locura en ocasiones, pero que siempre obedece a ese carácter simbólico que nunca se pierde de vista en esta obra. Para estas cuestiones, se hubiese agradecido algún tipo de extra al final. Yo me alegro de que esto se publique en grapa y a ese precio económico, pero da la sensación que ECC se guarda en la manga algo para una posterior edición de lujo, que añada algo más Ni un triste artículo introductorio, ni un epílogo. Nada, absolutamente los cómics pelados y una serie de cubiertas alternativas al final. Sinceramente, normalmente no creo que sea necesario incluir nada que no sea la historia de un cómic, pero siempre se agradecen algún artículo o algo que te ponga en situación. Quizá es que estamos muy mal acostumbrados aquí; francamente no lo sé. Bueno, a lo que iba, esta miniserie tiene un alto componente referencial. Esto es algo que Alan Moore explota mucho en su obras, cada día son más elaboradas convirtiendo sus obras en productos un poco elitistas en ese aspecto. Aquí sucede un poco parecido, ya que Gaiman cuela autoreferencias a la serie original, simbología de todo tipo y referencias culturales muy amplias. Me ha parecido llegar a ver a Morbius y todo. La verdad es que explicarlo todo puede perder su gracia, pero me parece importante por aquello de aprender un poco y conocer esa tramoya de los conceptos, que en una obra de estas características es dificil de captar y siempre se escapan cosas.
En definitiva, una estupenda miniserie, que dista mucho de ser para todos los públicos, pero que encierra una interesante lectura, manteniendo a Sandman en ese Olimpo de las obras de ficción del que parece dificil que nadie lo pueda bajar. Un cómic construido con literatura gráfica; sin lugar a dudas la poesía onírica que todos deben leer. Felices sueños.