He leído
Sobre la pista de los Dalton.
Comenzamos con la perfecta síntesis de
fanpiro.
En Tras pista de los Dalton Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Antes que nada quería comentar algo que me ha llamado mucho la atención de esta edición. En la primera página del tomo, tenemos una ilustración firmada por Morris y Goscinny, mientras que al pasar la página nos encontramos con la acreditación de todo el contenido de la historia a Morris. Para que veáis los errores absurdos que se cometen en estas cuestiones pese a que, una vez leído el álbum, es innegable ver la impronta de Goscinny tanto en el guión como en los diálogos.
Ya comenté que la anterior entrega no me satisfizo de todo, aunque me lo pasé muy bien. Sin embargo, esta historia me ha gustado mucho más. Es obvio que el
leitmotiv de la trama es el humor puro y duro. La parodia más descarnada del salvaje oeste está por todos los rincones del relato y eso se nota. Es prácticamente imposible no esbozar una sonrisa, o directamente una carcajada, en cada una de sus páginas. Las situaciones cómicas se suceden una tras otra y realmente sabe a muy poco. Te deja con ganas de más; de mucho más.
Si hay algo realmente destacable es el desarrollo y la evolución de los personajes. Un ejemplo perfecto son los hermanos Dalton. Joe, que siempre ha sido el jefe, se muestra tan irascible como siempre, pero se le añade cierta astucia para estar un poco a la altura de Luke. Aunque siempre se le quedará un poso de estupidez. Habría que destacar a Averell, el cual había demostrado ser el realmente estúpido del grupo. A partir de ahora, esta característica se acentúa más y se le añade un hambre canina que dará lugar a momentos muy divertidos. Además, conseguirá hacerse amigo de cierto perro que tiene una inteligencia similar a la suya. Ambos personajes serán los artífices de diferentes gags gastronómicos de lo más hilarantes.
Como bien decía
fanpiro en la sinopsis, en este tomo tenemos un hecho histórico: la entrada en escena de Ran Tan Plan. Se trata de un peculiar espécimen que representa al mejor (y más estúpido) amigo del hombre que podemos encontrar a lo largo y ancho del Far West. La llegada de este simpático personaje no solo añade más humor a las historias, sino que conlleva que los animales comiencen a “hablar”. Los pensamientos del perro y Jolly Jumper salen a flote y no tienen desperdicio. Los diálogos de Goscinny siempre han sido geniales, pero con esa voz en
off de los animales da muestras de una ingeniosa ironía y de un humor fino e inteligente. Por si fuera poco, el caballo y el perro no terminan de llevarse demasiado bien, por lo que tendrán una especia de duelo dialéctico con el que nos veremos obligados a reír en más de una ocasión.
Por otro lado, pese a que Ran Tan Plan es un sabueso de la ley, desde el principio no tendrá muy claro cuales son sus lealtades. Al fin y al cabo, una buena pata de cordero hace dudar a cualquiera. Sin embargo, pese a su rápida amistad con Averell, poco a poco irá descubriendo que la confianza mostrada por Lucky Luke es mucho cercana a sus convicciones, por lo que conseguirá aprender quién es su verdadero amigo y a quién debe vigilar para evitar su fuga; aunque se fuguen otros, claro.
A pesar de que podría parecer que el eterno duelo de los Dalton y Lucky Luke podría caer en el tedio o en la repetición de ideas, nada más lejos de la realidad. Goscinny sabe crear situaciones nuevas, dar giros inesperados y convertir cada enfrentamiento en algo diferente y divertido. Una de las principales novedades es que los Dalton ya no se molestan en robar ropa, solo armas y víveres. De ese modo, a partir de ahora los podremos ver vestidos con el característico traje de rayas propio de un presidiario. Para que cambiarse, sin van a volver pronto a su “hogar”.
En definitiva, otro divertidísimo tomo que nos hace disfrutar de uno de los grandes clásicos del humor europeo, y cada vez estoy más convencido que es una de las lecturas obligadas para cualquier aficionado al cómic.
I’m a poor lonesome cowboy, far away from home…