Como lector (como lector) me gustan los tomos con extras selectos.
Un prólogo divulgativo, un artículo de algún escritor famoso y colega que aporte datos, algunas páginas del proceso de creación, las portadas alternativas si las hay, y alguna curiosidad que merezca la pena. Más o menos, si un tomo tiene 300 páginas, pues un 10% o así. Unas 20-30 páginas de extra.
Eso como lector.
Como parte del mundo editorial... lo que quiera el cliente. A mí hay muchas cosas que me sobran o no me interesan, pero que el cliente quiere.
Ejemplo: Me importa un comino lo del portafolio del Caballero Luna, pero aquí se armó una buena cuando no se incluyó. Para mí, innecesario. Para el cliente, claramente no.
Ejemplo: Me encantó el portafolio de Zeck en el tomo del Castigador. Me encanta que se incluya. Pero si no hubiera estado, tampoco pasaba nada.
Ejemplo: Marvels está siendo uno de los tomos más vendidos del año. De gente que ya tenía otras ediciones, y algunos que lo leen por primera vez, pero que buscaban ese aliciente de algo más que no tuvieran las 2 o 3 ediciones anteriores.
Ejemplo: Lo de Miracleman fue muy triste. Porque no había edición anterior, porque hacía décadas de su publicación, porque los anteriores tomos iban en otra línea, tamaño, y precio.
En casos como Marvels o Visión: no os calentéis la cabeza. Tenéis ediciones económicas que valen dos duros, sin extras ni nada, en formato sencillo, incluso de tapa blanda, y que aún pueden encontrarse en el mercado (yo vendí mi Visión la semana pasada). Mientras se pueda elegir, no hay crimen.
Estos tomos (Walta flipó con el de Visión, pero mucho) están enfocados a un tipo de lector que no tiene por qué encajar con vosotros (o conmigo), pero que demanda y compra este tipo de productos, que parecen funcionar más que bien. Es normal que las cosas que no vemos lógicas para nosotros nos extrañen, pero no hay mayor misterio. Simplemente hay que comprender que no somos el target de ese producto, y poco más.