He leído
Motor girl de Terry Moore.
Motor girl, ambientada en el desierto de Nevada, cerca del Área 51, narra la vida de
Samantha, una ex-marine con síndrome postraumático y con metralla alojada en la cabeza que la hace ver a
Mike, un gorila parlante, una especie de amigo invisible.
Por más que pueda parecer una idea disparatada, todo va cobrando sentido mientras imaginación y realidad van estrechando lazos dentro de una mente que bulle con ocurrencias extravagantes. Drama, ficción, momentos hilarantes, todo vale y nada sobra para
Terry Moore, que hará que te descojones o llores como una magdalena según le venga en gana.
Pasas de reírte en alto a esconder la lagrima en cero coma pero sin sobresaltos, como en la vida misma, porque detrás de la fachada de diversión, acecha el drama.
Sam se ve envuelta en un conflicto interno cuando sus traumas amenazan con separarlo de la amistad serena que aporta
Mike. Pero no puede haber equilibrio entre realidad y fantasía, hay que enfrentarse a decisiones difíciles y a la inevitabilidad de la perdida.
Resumiendo,
Motor girl es una montaña rusa emocional que nos deja maravillados, con el corazón palpitante y la mente en ebullición, recordándonos que, a veces, las ideas más locas son las que nos hacen sentir más vivos.