He leído
Libro Grandes Sagas Marvel Daredevil Nº 1: La caída de Kingpin.
Hay veces que un tebeo tiene todos los elementos para ser un buen tebeo pero, sin embargo, a la hora de la verdad no lo es. Esto es lo que pasa básicamente en este tomo que recopila la primera historia de la etapa de D. G. Chinchester al frente de la cabecera del héroe invidente por antonomasia del Universo Marvel. Hasta el propio prólogo, firmado por Trajano Bermúdez, es pretencioso en ese aspecto y presenta la saga como la secuela de Born Again, la venganza de Matt Murdock. Y, de hecho, se podría decir que es así. Tanto que la etapa de Nocenti es sutilmente olvidada salvo por un par de detalles. El guionista pone toda la carne en el asador e intenta convertirse en el sucesor de Frank Miller, pero carece de su talento y fracasa estrepitosamente. Su acercamiento al género negro se basa en explotar la voz en off en tediosos cuadros de textos que lastran la narrativa de Lee Weeks, que posiblemente sea lo mejor que tiene esta etapa, el dibujo. Su prosa es demasiado rimbombante y pesada, llegando a aburrir en muchos momentos.
Por otro lado, aunque el objetivo principal es hacer pasar a Fisk por un calvario similar al que pasó Murdock, la trama se estira en exceso, desviándonos en un principio con una trama que involucra a la Mano, el Supervisor y Lápida y, además, cuenta con invitados típicos de la época como el Castigador y el Motorista Fantasma. Los argumentos avanzan a trompicones, la lectura pierde interés y aunque después todo tiene un sentido más o menos lógico, no ha conseguido captar la atención suficiente como para que realmente importe. De hecho, la posterior implicación de SHIELD, parece un giro de última hora, alargando aún más tramas y subtramas que nos hacer seguir perdiendo el interés por la lectura. Como decía la principio, todos los ingredientes para realizar un buen producto están aquí. Tenemos la motivación de Matt de vengarse, además de recuperar su licencia para ejercer de abogado, algo que tiene repercusiones morales sobre su conciencia, porque es consciente que para derrotar a Kingpin va a jugar sucio, como finalmente vemos que así es. También tenemos un intento por devolver a Karen Page a la vida de Murdock, a la que aún considera el amor de su vida. De manera simultánea, vemos como Fisk continúa ampliando sus negocios a través de los medios de comunicación, pero no sabe que sus asociaciones financieras serán parte de su caída, ya que se está asociando con
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Los hechos están ahí. La progresión de los acontecimientos es lógica y está bien establecida. Incluso podríamos decir que la forma en la que se desarrollan varias tramas de manera simultánea no está mal del todo. No obstante, la experiencia lectora no es especialmente disfrutable. Los conceptos dejan de ser interesantes y la manera pausada y recargada de desarrollarlos se convierte en una historia mediocre, que no explota todo su potencial. Hasta el propio desenlace no me acaba de convencer, devolviendo al villano al papel de tener que ensuciarse sus manos, por mucho sentido que tenga todo para aumentar el dramatismo de la situación. Bajo mi punto de vista, el enfrentamiento final entre ambos antagonistas sobraba bastante. Es posiblemente el ejemplo más claro de no saber donde dejar la historia y querer incluir un epílogo que alarga aún más si cabe una historia que bien se podía haber contado en la mitad de espacio. Supongo que esto es lo que pasa cuando alguien quiere imitar a Miller, en lugar de crear sus propias historias.
Por último, destacar que me ha parecido ver un pequeño cameo de Lois y Clark, que debería estar en la 3ª página de Daredevil Vol. #292. Igual no son ellos, pero hay un parecido razonable.