He leído Astro City Nº 4: El ángel caído.
Busiek sigue sin renunciar al episodio autoconclusivo del todo, pero en esta ocasión utiliza un recurso narrativo tan útil como es el contar historias dentro de otras historias. Además, sigue perseverando en la inclusión de mensajes subliminales que nos dejen una reflexión sobre algunos conceptos del género.
La historia que recopila este volumen tiene como principal protagonista a un villano llamado Acero, que tras salir de la cárcel con la condicional quiere dar un cambio radical a su vida, pero alguien con su historial y su aspecto, difícilmente puede encajar en un trabajo honrado. A su vez, en el barrio donde vive se están cometiendo varios asesinatos, por lo que los vecinos deciden contratarlo para averiguar quién es el responsable, ya que a la policía no le importa lo que suceda en la plaza Kiefer. Así comienza una investigación en la que se combinan elementos del género negro con el más puro estilo superheroico para dar como resultado una historia cargada principalmente de mucha humanidad, llevando al lector al mundo de los supervillanos utilizando una nueva perspectiva. Sin embrago, uno de los aspectos en los que esta saga triunfa es en la capacidad de hacernos dudar sobre quién es realmente el héroe de la historia.
Sinceramente, no quiero revelar más sobre el argumento, porque hay ciertos elementos ocultos que deben de ser descubiertos por el lector para no chafar la lectura. No obstante, el suspense no es el eje central de la trama ni mucho menos. Lo realmente interesante es la manera que tiene Busiek de retratar a los personajes, dotándolos de una humanidad increíble, llegando a empatizar rápidamente con el lector. El villano representa el arquetipo del malvado, pero aquí es el ejemplo del fracasado, algo que veremos en ambos bandos, el del bien y el del mal, dotando así a esta ciudad y sus habitantes de una mayor pátina de realidad. Nada es blanco o negro, hay muchas tonalidades intermedias, algo que es representado por una multitud de matices que convierten a las creaciones de Busiek en personajes muy interesantes. A pesar de que la saga está impregnada de cierto derrotismo y amargura, en ella subyace un mensaje de esperanza. Prácticamente tenemos una lección de la vida traspasada a las viñetas, que si bien es cierto que quizá el final feliz no tiene por qué encajar en la vida real, sí que funciona como mensaje aleccionador. Por cierto, uno tan sencillo como "el mal no compensa". Y es que gran parte de la magia de esta obra es utilizar elementos sencillos, pero de una manera brillante.
Estoy disfrutando mucho con la lectura de esta serie. Quizá sea in capaz de afirmar que tomo es el que tiene más calidad, algo a lo que tampoco le veo la necesidad, la verdad, pero desde luego, pocos se me antojan tan interesantes como éste. El equipo creativo de esta colección está especialmente inspirado en ella, ya que capaz de utilizar multitud de elementos del género, que a priori pueden parecer manidos y explotados hasta la saciedad, para convertirlos en algo sumamente interesante, con solo cambiar el enfoque de los conceptos. La redención de villano es todo un clásico. La reinserción social quizá sea uno de los temas más recurrentes en los inicios del Universo Marvel. Sin embargo. aquí se le da una vuelta de tuerca al tema, se nos humaniza al villano, se presentan una serie de fracasados como el Hombre o la Tortuga Burlona, dando lugar a pequeñas historias que conforman un todo y que nos ayudan a sumergirnos en un mundo deprimente. El villano es patético, digno de lástima y un auténtico desgraciado. Por supuesto, tendremos la fase final, en la que cualquier villano tiene dentro un valiente y un héroe que sale a flote ne determinadas circunstancias, aunque no sea el héroe que todos imaginamos.
Sin lugar a dudas, una lectura magnífica que ratifica mi opinión sobre la calidad media de esta serie, que alcanza cotas muy altas, principalmente pro su nivel de profundización en el género, su frescura y su capacidad de reflexión, sin grandes complejidades. Un tebeo de superhéroes muy bien realizado que sin perder de vista lo qué es, ni sus raíces, da un paso adelante con valor y arrojo, creando una ciudad por la cualquier amante del género, o de los tebeos en general, debe pasar ineludiblemente por ella en alguna ocasión.