He leído
Universo Sandman: Lucifer #3 La cacería salvaje Con este tomo iniciamos un nuevo arco argumental, dejando atrás la historia de
Sycorax y
Caliban que tan bien cerró el guionista
Dan Watters en el anterior volumen
Lucifer #2 La divina tragedia, y nos adentramos en una
caceria salvaje.
Pero antes un poco de mitologia (europea)- La cacería salvaje es un mito del folclore europeo donde una horda fantasmal liderada por un ser mitológico, comandan una persecución a caballo con perros y demás parafernalia de caza en busca de una presa. El líder por antonomasia de estas cacerías es Odín, el dios escandinavo, aunque dependiendo de la regíon europea puede ir variando, siendo el Rey arturo en Britania (ciñéndonos a los comics lo vimos en "La cacería salvaje" de Hellboy), el rey Valdemar en Dinamarca, el Krampus austríaco (llamado Krampusnacht en Hellboy) o el mismísimo Lucifer. Dicha cacería recibe distintos nombres dependiendo de las regiones europeas donde se ubique, siendo las más conocidas la de Wild hunt en Inglaterra, Argardsreia en Noruega o Santa Compaña en Galicia
Y otro poco de mitología (griega) y profecías varias- Hablemos un poco de Aquiles y una vida marcada por la profecía. Hijo de una ninfa, Thetis, y de un mortal, el Rey Peleo. Antes de casarse, Thetis fue cortejada por Zeus y Poseidón, pero una profecía que vaticinaba que Thetis tendría un hijo más poderoso que su padre, hizo que ambos dioses se retiraran por temor al poder que podría nacer de su unión con Thetis. Es por ello que Aquiles nunca sería inmortal por mucho que lo intentara su madre, ya fuera sumergiéndolo en el Río de los Muertos sosteniéndolo por el talón, tal y como cuentan algunas historias, o suprimiendo todo rasgo de mortalidad arrojándolo al fuego (aunque su talón salió lastimado) como cuentan otras. Sea como fuere, otra profecía auguraba que Troya solo sería conquistada si contaba con Aquiles entre las filas griegas, lo que lo llevó a luchar contra los troyanos. Y una última profecía, ésta en palabras de Hector, que le vaticinó su muerte a manos de Paris.
- Hablemos también un poco de Casandra, hija de los reyes de Troya. Hizo un pacto con Apolo: A cambio de follársela, obtendría el don de la profecía, pero Cassandra no cumplió el trato por lo que Apolo la maldijo haciendo que nadie creyera sus profecías, así nadie la creyó cuando vaticinó la caída de Troya con la engañifa del "caballo de Troya", la muerte de Agamenón, etc. etc. con lo cual y a pesar de saberlo, nunca pudo evitar esas tragedias.
Sabiendo esto, ya nos podemos infiltrar cuidadosamente en el inframundo griego con
Casandra y
Aquiles como acompañantes y argüir que es de necios no creer en las profecías. Sólo
Lucifer osará tentarlas y retar lo preestablecido al creer el augurio de
Casandra: Deberá proteger a la presa (el dios perseguido) en la cacería salvaje. Si no, volverá a ser el rey del Infierno. Tranquilos, que no es spoiler, son las primeras páginas del tomo.
A partir de ahí y con apariciones estelares de por ejemplo
John Constantine, el guionista
Dan Watters nos irá diseccionando algunos personajes un tanto insulsos (Ansia, Honor, Temor y algún otro que
Watters se empeña en presentarnos tal como lo hizo
Gaiman con
Los Eternos y claro, tropieza sobremanera) y otros muy buenos y aprovechables, como la caracterización de
Odín, tan oscura y violenta como debe ser, o la personalidad del
dios perseguido, muy lograda, y que puede dar mucho juego si le dejan vivir lo suficiente con ese corazón prestado.
La aparición de
Mazikeen, con menos dislexia que de costumbre gracias a una lengua de plata, siempre es motivo de alegría para mí, y si la acompaña un piano maldito que acaba con la vida de todo aquel que lo toca o lo escucha, no puedo pedir más. Qué gozada ver lo que ocurre cuando
Mazikeen toca unas notas en presencia de
Lucifer.
Todo ello lo hace una lectura muy recomendable para fans de este universo. Puede que en algunos momentos la trama tropiece, pero tiene dos poderosas razones que la hacen muy potente. La primera es la paradójica cuestión de que sea
Lucifer, Señor de las Mentiras, el único en creer a
Casandra, a la que por la maldición que la atrapa, nadie puede creer.
La segunda y más importante, es que Lucifer, el ángel caído que libró una guerra con dios por el libre albedrío y por tanto por la libertad de elegir, se vea obligado por una profecía a no poder hacerlo. Eligió abandonar el infierno. Pero una profecía puede volver a traerlo. Inteligente e impredecible argumento que bien vale una lectura.