Sinopsis:Tras la derrota del Buitre a manos de Spiderman, el villano está recluido en la cárcel, donde consigue un trabajo en el taller por buena conducta. Allí, se fabrica un dispositivo para volar y escapar de prisión. Mientras Peter Parker juega con sus compañeros, escuchan por la radio la noticia de la fuga. Así, decide ir en busca del Buitre para detenerlo de nuevo. Mientras, el villano se pone su disfraz y mejora el dispositivo de vuelo para comenzar una oleada de robos. Que se desplace por el aire, resulta un incordio para la policía, por lo que la llegada de Spiderman supone un gran alivio para los transeúntes. Spiderman se enfrenta a él, utilizando el mismo aparato con el que lo derrotó en el anterior enfrentamiento, pero solo consigue sacarle una foto, ya que el villano ha mejorado su sistema de vuelo para evitar ser derrotado de la misma forma. En la pelea, Spiderman cae desde gran altura y todos creen que ha muerto, sin embargo, consigue superar la situación con solo un brazo roto. Esto lo convierte en el centro de las burlas de sus compañeros de instituto.
Más tarde, cuando intenta vender a J. Jonah Jameson las fotos del Buitre, el villano piensa en asaltar el Daily Bugle con la intención de apoderarse del sueldo de los muchos trabajadores del periódico. Peter se escabulle para transformarse en Spiderman, para posteriormente enfrentarse al Buitre por todas las instalaciones del periódico. Una vez fuera, Spiderman se deja atrapar para inutilizar las alas y de esa forma derrotar al Buitre una vez más.
Tras cambiarse de ropa de nuevo, Peter entabla una conversación con Betty Brant, la secretaria de Jameson, en la que establecen una relación más amistosa.
Edición española:BoME Spiderman de Stan Lee y Steve DitkoDatos importantes:-El regreso del Buitre
-Acercamiento de Peter a Betty Brant
Reseña:Por fin tengo el placer de reseñar un número de esta etapa, aunque quizá no era el que tenía más ganas de releer. De todas formas, espero repetir pronto…
Lo primero que llama mi atención es a pesar de ser un número bastante entretenido, se le nota que todavía no habían cogido el pulso a las historias de 21 páginas. Tenemos muchas páginas donde la trama se deja en suspenso o simplemente se centran en cuestiones menos interesantes. Todavía tenemos por desarrollar la vida privada de Peter y el elenco de secundarios tiene un papel meramente testimonial. De esa forma, tenemos a Flash Thompson como el eterno pesado del instituto, que emplea todo su esfuerzo en mofarse de nuestro protagonista. A Tía May se le muestra su constante preocupación por la salud de su sobrino, sobre todo si se rompe un brazo jugando al balonvolea. Y, finalmente, tenemos a Betty Brant, una especie de compañera del trabajo con la que poco a poco va entablando una relación, que posteriormente le llevará a un breve noviazgo. El primero de todos los que vendrán con el tiempo. Curiosamente, en la parte final del número veremos como esa relación tiene su germen en las últimas páginas de este número.
Todos estos conceptos, serán el caldo de cultivo para el éxito de la serie, sin embargo, aquí están un poco deslavazados. Sirven muy bien para situarnos en esa desastrosa vida privada del personaje, pero es algo que de momento no funciona plenamente y, en ocasiones, parece ser más un estorbo que otra cosa para la fluidez de la historia. Pero me parece importante destacar que a pesar de todo, tiene mucho valor todo el entramado secundario que generan números como este. No es más que una fórmula en construcción que mejorará con el paso del tiempo.
Tengo que reconocer, que me ha sorprendido releer esta especie de declaración, un poco torpe, en la que Peter da muestras de mirar con otros ojos a Betty. Siempre pensé, por culpa de Ditko, que era una mujer mucho mayor que Peter, por lo que nunca fue una relación que me llegara a convencer demasiado. Además, como se verá posteriormente, una de las pocas cosas en común entre ambos es su “odio” hacia el déspota del jefe. Un tipo tan huraño, que es capaz de negociar con el Buitre con tal de no perder el dinero de su negocio. Una escena que sintetiza muy bien la personalidad del controvertido editor. La petición formal de la cita la contará Kurt Busiek en
Untold Tales of Spider-Man Vol.1 #3, una serie destinada a cubrir todos los huecos posibles en los primeros años del personaje.
Pero volvamos al principio, que me acabo enrollando demasiado.
Lo primero que destaca Stan en el inicio de la historia es el regreso de un villano, que parecía ser demandado por los lectores. O al menos eso nos quiere hacer creer el jovial guionista. Sea como sea, tenemos el regreso de un villano al que ya se enfrentó anteriormente Spiderman, el Buitre.
Por si en el texto inicial no quedaba del todo claro, y como la serie mantenía su cadencia bimestral, tenemos un flashback que nos remonta al anterior encuentro. Lo más importante de todo es mostrarnos el inversor antimagnético, el arma inventada por Peter para derrotar anteriormente al villano volador de la tercera edad. Desde luego, Stan no es precisamente muy sutil al dejarnos una pista sobre la que va a girar este nuevo enfrentamiento…
Como ya ocurriera con otros villanos, podemos ver como la buena conducta del Buitre le conduce a trabajar en el taller de la cárcel, donde podrá construirse un nuevo dispositivo de vuelo para posteriormente fugarse. ¿En serio? ¿Nadie se da cuenta de que este recurso ya fue utilizado con el Mago? ¿Nadie se da cuenta de que un tipo capaz de inventar un sistema de vuelo personalizado debe estar lejos de las herramientas? Me quedo sin palabras.
Lo peor es que hace las pruebas en su celda. Esto deja al sistema penitenciario de los Estados Unidos a la altura del betún.
La fuga se anuncia en la radio y la historia va cobrando forma.
Estaremos de acuerdo en que hay que seguirle el juego a Stan en esta historia, porque si no te acabas desternillando de risa. Un tipo escuchando la radio mientras juegan en el instituto, y una jaqueca que le permite a Peter salir del instituto son los elementos que propician la participación de Spiderman en el enfrentamiento con el Buitre. Vistos desde mi experiencia personal, son opciones algo forzadas, pero, como digo, le seguimos el juego a Stan.
El problema reside cuando Spiderman pretende derrotar al villano con la misma táctica del anterior enfrentamiento. Vaya por delante que se piensa que Peter es alguien listo, y su enemigo también. Lo lógico es penar que su contrincante va a estar preparado para no caer otra vez en la misma trampa. Desde luego, Peter muestra una excesiva candidez ante su antagonista. Pero la cosa roza el absurdo cuando ayudado de su sentido arácnido decide salir de su casa sin que le vea nadie. Sin embargo, en la viñeta siguiente un niño grita: ¡Acabo de ver a Spiderman!
Stan se está quedando con nosotros, fiel lector.
Pero exprimiendo un poco más esta viñeta, hablaremos de la historia del niño que grita esas palabras, cuyo nombre es Bobby. Bobby es un chico afincado en Forrest Hills, el barrio en el que se establece la residencia de Peter Parker en este número. Poco a poco vamos conociendo más detalles de los personajes del Universo Marvel. La cuestión es que Bobby tiene aquí su segunda aparición. Para ver la primera nos tenemos que retrotraer a Avengers #1, donde le vemos siendo atendido por el Dr. Donald Blake. Una de esas curiosidades que cohesionan el Universo Marvel sin la necesidad de extenuantes crossovers. Buen trabajo Stan.
Finalmente, el esperado encuentro se produce, teniendo lugar la inevitable derrota.
Más allá de la ingenuidad de Peter, cabe destacar como los transeúntes (policía incluida) parecen estar predispuestos a animar a Spiderman. Todavía no ha llegado su mala fama a las cotas de próximos números, lo que muestra a gente preocupada por la salud del trepamuros. Algo que ha llamado poderosamente mi atención, junto a que todos presuponen que muere en la caída, cuando es incapaz de alcanzar con sus redes a un edificio. La gente no conoce bien las capacidades de sus poderes. Es curioso, porque al final del mismo número veremos como es capaz de tejer un paracaídas, mientras que aquí se rompe el brazo. A esto le sumamos que nuestro amistoso arácnido es incapaz de identificar el aviso de su sentido arácnido, nos da como resultado un superhéroe inexperto que no termina de conocer la extensión de sus poderes a la perfección. Y es que mientras que Stan cojea en las tramas, podemos ver que el desarrollo de personajes comienza a ser su fuerte. Aquí tenemos un buen ejemplo de ello, junto a lo que comenté al principio de esta reseña.
Con el brazo roto y el ego por los suelos, Peter no tiene más remedio que aguantar todo lo que se le viene encima con sus “amigos” del instituto, incluso con tía May siempre preocupada por su salud. Todo un clásico en esta colección.
Una vez solventado el intermedio, nos acercamos al final de la historia: el siguiente enfrentamiento con el Buitre.
Todo nace de esa viñeta. El anciano villano planea dar un gran golpe y para ello decide asaltar el Daily Bugle. Nada de grandes bancos. No, lo mejor es un periódico.
No voy a decir que su razonamiento sea del todo una locura, pero así a bote pronto que coincida con el día de pago y todo lo demás… Bueno, que la cosa es un poco forzada. Pero de todos modos, el fin justifica los medios, ya que podemos disfrutar de una loca pelea en el interior de las oficinas del Bugle, algo que se extenderá por todo el edificio, imprentas incluidas. Hay que darle puntos extra a Ditko, ya que consigue sacar partido de los enfrentamientos entre ambos personajes. Hay mucho dinamismo en esas escenas, lo que posiblemente sea de lo mejorcito del número.
Tras la loca persecución por el edificio. Spiderman sale fuera. En esta ocasión, por fin, el sentido arácnido le sirve de algo, dejándose atrapar para efectuar su plan. Es curioso, porque durante toda la historia se viene haciendo hincapié en la ventaja que tiene el Buitre debido a su vuelo. Algo que nuestro trepamuros lo convierte en su punto débil, inutilizando las alas con su fluido arácnido. Una solución mucho más sencilla que la del anterior enfrentamiento, ya lo creo que sí. Pero igual de efectiva.
Para terminar, como todavía quedaba algo de espacio, Spiderman hace algo que forjará una gran amistad entre Jameson y el trepamuros, taparle la boca con la red. Otro clásico.
Y la escena romántica la dejamos para la página final, pero creo que de eso ya hemos hablado antes…
Valoración: Un número tremendamente entretenido, aunque presente esos pequeños defectos que he resaltado a lo largo de la reseña. Por un lado tenemos un buen dibujo de Ditko, que sabe potenciar las escenas de peleas, un buen desarrollo de personajes y una base sobre la que ir desarrollando un elenco de secundarios bastante grande. En contra tenemos tramas pocos consistentes y escenas de relleno descarado, lo que contribuye a que la historia no tenga la fluidez adecuada. La verdad es que me parece un poco flojo en líneas generales, pero poniéndolo en contexto con el resto de números de la época, sí que lo veo un poco por encima de ellos. Lo que sí está claro es que es una serie en construcción, y que apunta maneras. Hay que aguantar un poco más para disfrutar por completo de una de las grandes etapas del personaje.
Aunque lo dejo para el final, siempre lo he tenido presente. Y es que llegados a este punto alcanzamos el centenar de reseñas, algo que en los inicios de este proyecto parecía un poco lejano. Lo curioso de todo esto es que apenas hemos llegado a vislumbrar las grandes historias clásicas de los personajes, ni siquiera hemos llegado a la década de los 70. No obstante, hemos descubierto un montón de cosas de historias inéditas, o hemos releído tebeos que teníamos olvidados. Hemos redescubierto los inicios de un universo de ficción que nos apasiona. Esto es solo un punto seguido en una loca aventura que espero os esté gustando tanto como a nosotros, y en la que espero llegar a las doscientas reseñas si el cuerpo aguanta.
¡A mí dadme clásicos! ¡A mí dadme Marvel!