He leído
Jóvenes Vengadores Vol. 2 Nº 8 - 12.
Releyendo
mi comentario del primer bloque de la colección, me doy cuenta de que Kieron Gillen mantiene el mismo tono hasta el final de la serie. De hecho, la trama continúa presentando como villano principal a Madre, en esa alegoría a la rebeldía adolescente. Además, todo se centra en el desarrollo de los personajes y sus relaciones, acorde con esa edad en la que las hormonas se encuentran en un punto de ebullición.
Por otro lado, el dibujo de McKelvie sigue apostando por las composiciones arriesgadas, las cuales encajan muy bien con el tono fresco y original de la serie. Me ha gustado mucho su trabajo y no solo por la narrativa, también por la caracterización de los personajes.
Estamos ante una serie innovadora, fresca e interesante, cuyo eje central son las relaciones humanas, por lo que no es de extrañar que la solución a todos los problemas sea un sentimiento tan mundano como el amor; a través de una relación muy tierna entre Hulking y Bobby.
También cabría destacar la evoluvción de Loki, un personaje al que el autor parece haber remodelado de forma acertada y que da un paso más en ese camino de redención, pese a que su naturaleza esté ligada a la traición y al engaño. Gillen ha construido un personaje complejo e interesante que deja listo para su próxima serie, la cual parece que por lo menos habrá que echarle un vistazo.
Personalmente, me quedo con la evolución sufrida en Bobby, la revelación que ha supuesto América, o esa relación poco estable entre Kate Bishop y Marvel Boy. Aunque me hubiese gustado que se resolviese la intriga que rodea a Patriota. Aún así, en solo doce números, tenemos una serie donde se cierra el círculo perfectamente. Solo queda esperar que Marvel no deje caer a estos personajes en el ostracismo, algo que espero que no suceda.
Pese a ser una serie diferente y arriesgada, creo que es una lectura de la más interesante y merece la pena leerla. Quizá no esté en consonancia con el volumen anterior, ni la presencia de la palabra Vengadores sea un reflejo de su interior, pero me ha parecido una de las historias más personales de Guillen en la Casa de las Ideas; uno de sus mejores trabajos en ella, que tiene cierta continuidad con Viaje al Misterio, por lo que me parece muy recomendable a aquellos que disfrutaron con dicha serie.