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Autor Tema: La Era Marvel de los Cómics: Un apasionante viaje tebeo a tebeo por los 60 (III)  (Leído 130108 veces)

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Oskarosa, creo que hay un error en los títulos. Donde pones «strange tales 121» en el título de la reseña, creo que deberías poner «Strange tales 122».

Corregido, gracias por el aviso.  :birra:
De nada :birra:


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Buena reseña.  :palmas:

A mí Ditko en este número me gusta bastante, realmente es lo más destacable y apunta a lo que sería la serie posteriormente.

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Buenísima reseña se ve que sabes de lo que hablas.
La historia me ha entretenido bastante pese a ser mas simple. Mucho mejor que la de la antorcha

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He tenido la desgracia ocasión de leer la primera historia de Strange Tales #122 y... bueno, creo que lo más importante es reconocer la labor de Oskarosa. No es fácil hacer una reseña tan buena y larga partiendo de un material así :alivio:

A mí números como este me hacen pensar en esos villanos algo simples y maniqueos que ya hemos visto aparecer durante este proyecto y que no serían rescatados hasta mucho tiempo después en otra publicación de la editorial. Los Hombres Sapo, Mister Muñeco, el Amo del Metal, Kala... ellos ya no repitieron nunca más durante el transcurso de la Era Marvel. Entonces, ¿por qué los tres pazguatos antagonistas de este número sí, y volverán a hacerlo dentro de poco?

Misterios de la vida editorial, supongo. Pero vamos, que el atractivo de estos personajes ya era prácticamente nulo en su debut, y aquí no hacen nada por mejorarlo. No es sólo que sean un remedo de los Forzadores, como indica el bueno de Oskar, sino que sus poderes son tan físicos, y dentro de ello tan limitados, que no hay manera de que se enfrenten de manera digna a alguien que se envuelve en fuego. De ahí todas esas filigranas argumentales con mangueras que salen de la nada.

Y la gota que colma el vaso. Un grupo en el que hay un tío cuyo único superpoder es tener un oído superagudo...


... y el que oye llegar a la Antorcha es otro :torta: :lol:

Una vez más doy gracias al no poner notas y demás en este hilo. Normalmente intento sacar cosas positivas de todas estas historias, pero de esta me resulta casi imposible. Ejemplo paradigmático de todo lo que suele fallar en este serial, al que para bien o para mal ya le va quedando poco.

Después he tenido el placer de leer la segunda historia. Y digo placer a pesar de que es una historia super simple, porque comparada con la primera es almíbar. La principal pega es, como ya ha apuntado Oskar, que aquí Extraño no tiene nada de Maestro de las Artes Místicas y se soluciona todo con una treta ingeniosa pero que descoloca un poco.


Mi secuencia favorita es sin duda esta, con Pesadilla en plan megalomaníaco total haciendo alarde de su poder y manejando a Extraño como un muñeco. Una especie de precedente de Mefisto, que simplemente se comporta así de malvadamente porque puede y lo aprovecha, aunque con un trillón de veces menos elegancia que el Señor del Infierno.

Y por último destacar el pequeño detalle de que a Extraño le pasa todo esto porque olvida lanzar el conjuro que le protege durante el sueño. Porque tiene todo el sentido del mundo que el Hechicero Supremo tenga que hacer eso antes de irse a la cama, y porque el hecho de que se le pase por alto le hace todavía más humano.

Aprende un poco, Johnny.

Desconectado Thesystemhasfailed

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Ya he leído Strange Tales #122, y la verdad es que coincido en que la historia de La Antorcha Humana es mala de solemnidad. Sin embargo, la historia del Dr. Extraño tampoco se libra de críticas. Es probablemente la más sosa que he leído hasta el momento, además de que Gulgol resulta un villano un poco ridículo. No me extraña que no volvieran a rescatarlo en sucesivas historias. Esas pegas hay que reconocerlas, aun estando a años luz en calidad de la primera historia, por supuesto.

De la primera historia, solo puedo decir que me he partido con esto:

Y la gota que colma el vaso. Un grupo en el que hay un tío cuyo único superpoder es tener un oído superagudo...

... y el que oye llegar a la Antorcha es otro :torta: :lol:


 :lol: :lol:

Lo demás, pfff... unos villanos sin carisma ninguno, una improvisación en la trama mal disimulada y una sucesión de hechos muy poco creíble (que Johnny se seque de rabia es buenísimo, como también que se ponga a echar humo sin flamearse :lol:).

Yo creo que todos nos quedamos con la magnífica reseña de oskarosa  :palmas:




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Desconectado Lask

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Pues si. Aquí a veces la reseña es mejor que el comic. Por suerte no es lo normal, la mayoría de las veces son igual de buenos  :amor:

Desconectado Hiperion

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156.1. TALES OF SUSPENSE #55 (1ª historia) (julio de 1964)



Equipo creativo

Guión: Stan Lee
Dibujo: Don Heck
Entintado: Don Heck

Sinopsis: Tras acudir al castillo del Mandarín investigando la misteriosa desaparición de varios de sus misiles creados para el ejército de Estados Unidos, Iron Man se halla atrapado ante el villano por unos cables de acero. Consciente de que el Mandarín piensa que Tony Stark y él no solo son distintas personas, sino que el playboy millonario se encuentra todavía libre por el castillo, Iron Man logra convencerle para que vaya en su búsqueda, dejándole solo. Con sus baterías ya recargadas, el vengador logra romper los cables de acero y liberarse.
Siguiendo silenciosamente a su enemigo, Iron Man llega a la cámara donde éste guarda los misiles que ha estado robando, descubriendo además que lo ha hecho mediante un rayo tractor. En ese momento, en Estados Unidos se comienza a realizar un nuevo lanzamiento, ocasión que aprovecha el Mandarín para activar su máquina e interceptar un nuevo misil. Iron Man actúa entonces y derriba a su enemigo, comenzando a destruir el rayo tractor. El Mandarín, ya incorporado, le advierte que con el rayo activado, éste sigue actuando mediante unos transmisores automáticos. Decidido a detener el trayecto del misil, Iron Man vuela hasta él y con un golpe lo desvía, quedando atrapado él mismo en el rayo, lo que le lleva de nuevo al castillo. Cuando llega a la fortificación, arranca un trozo de mampostería y lo lanza contra el generador del rayo, provocando una sobrecarga, seguida de una explosión.
El Mandarín, surgiendo de entre el humo y los escombros, clama que ya no le importan los misiles, sólo la destrucción de su enemigo. Usando uno de sus anillos, con poder desintegrador, provoca que Iron Man huya, cayendo entonces por una trampilla que se activa en el suelo.
Mientras tanto, en Long Island, en la fábrica de Tony Stark, un agobiado Happy Hogan sigue realizando las funciones de su jefe, paras las cuales demuestra no estar preparado, todo ello para regocijo de Pepper Potts, que se burla de él como es habitual.
En el castillo del Mandarín, Iron Man logra recargar sus baterías de nuevo al caer por el tubo de la trampilla, del cual acaba saliendo para evitar el foso de ácido que hay al final. Una vez fuera, hace frente a varios ataques del mandarín, como un enorme bloque de piedra disparado mediante un resorte, la imagen gigante del villano oriental creada por una serie de espejos estratégicamente colocados y múltiples imágenes idénticas del Mandarín, entre las cuales se halla el auténtico. Iron Man logra golpearle mediante el sonar de su armadura, que activa mientras cierra los ojos.
En ese momento, Iron Man decide volver a la cámara de los misiles a toda velocidad. El Mandarín le sigue, pero una vez alcanza la estancia, observa cómo el vengador ya ha empleado el rayo para devolver los misiles a suelo estadounidense y ha saboteado el panel de control. Mientras su enemigo jura venganza, Iron Man regresa a Estados Unidos, donde entrega los misiles en su identidad de Tony Stark.
En una reunión en el Pentágono, asegura que ya no existirá ningún problema con los misiles, al mismo tiempo que piensa en diseñar un contra rayo en caso de que el Mandarín vuelva a construir su dispositivo.
Finalmente y ya en Long Island, Tony se reúne con Happy y Pepper. El primero les lleva a casa en coche, pero un inesperado pinchazo provoca que tenga que parar a cambiar la rueda, mientras Tony y su secretaría observan la luna románticamente.

Edición española: Biblioteca Marvel: Iron Man #2

Datos importantes:

-En este número desaparece la franja de remaches que recorría verticalmente la parte frontal del casco de Iron Man tras el rediseño de la armadura en la entrega anterior. Al continuar la historia directamente entre un número y otro, no existe ninguna explicación para este hecho.

-En esta historia se da a conocer el poder de otro de los anillos del Mandarín, el quinto hasta la fecha. Cuenta con un rayo desintegrador.

Reseña:

Bienvenidos a un nuevo "relato de suspense". Aunque en este caso no tenemos ningún misterio sherlockiano entre manos ni nada parecido. El suspense lo he creado yo mismo al sembrar la incertidumbre al respecto de cuando aparecería de una vez esta reseña.

Ofrezco mis disculpas y nos metemos en harina enseguida con una nueva entrega del Iron Man más clásico.


Pero antes de nada tenemos que reparar en la portada. Arriba hemos comprobado que se trata de una imponente imagen del Mandarín, más amenazador que nunca y a punto de aplastar a nuestro héroe. No la destaco porque sea algo literal y, contra todo pronóstico, en este número vayamos a ver al villano hinchándose a partículas Pym.

No, lo hago porque fue otro de los casos de censura que el siempre controvertido Comics Code llevó a cabo durante la década. Él mismo que eliminará la escoba voladora del Duende Verde, debutante este mes, por otro artilugio que recuerde menos a la brujería, aquí se pone el hábito de esteticien y corta las uñas del Mandarín para hacerle menos terrorífico y monstruoso. Si esas uñas podían causar traumas en los pobres niños que compraran estos tebeos... no me quiero ni imaginar si estuvieran llenas de roña :borracho:


Centrándonos ya en la historia que nos ocupa, me voy a tomar la libertad de colocar ahora una serie de viñetas que encontramos en la página 3 y que resumen a la perfección lo acontecido en el episodio anterior.

Tony Stark era llamado al Pentágono porque una extraña fuerza estaba afectando a los misiles que construía para su país. Convencido de que no se trataba de un error de diseño sino de un ataque directo, el bueno de Tony sumó dos y dos y guiado por la zona donde caían todos sus misiles concluyó que todo no era sino un ardid de uno de sus más poderosos enemigos: el Mandarín. Ni corto ni perezoso, se metió en la boca del lobo con su identidad de playboy, puesto que aparecer como Iron Man no le habría servido para investigar lo que pasaba con los misiles. Dejándose capturar, Stark pudo actuar desde dentro de la fortaleza de su enemigo, lo que acabó desencadenando una cruenta batalla que pareció terminar en el momento en que, ya con sus transistores prácticamente agotados, unos cables de acero inmovilizaron al héroe.


Volvemos, ahora sí, al principio del número, donde debo comentar dos detalles referentes al casco de Stark.

Y es que en la primera página tenemos uno de esos comentarios que le dejan a uno descolocado para el resto del tebeo. El Mandarín afirma ver una sonrisa en el rostro de Iron Man, cosa prácticamente imposible tal y como nos dibuja Heck la armadura.

El otro detalle es que, en apenas un número y sin solución de continuidad, esos remaches tan feos que adornaban el casco del vengador tras el nuevo rediseño y de los que me quejé en la anterior reseña, han desaparecido. Podemos dar gracias a que Heck (o quien  fuera) tomara esa decisión... pero hacerlo a mitad de saga, siendo imposible para el protagonista haberse cambiado el casco, queda muy chapucero.

Sea como sea, la tensa situación con la que se inicia el número es solucionada con rapidez. Iron Man tira de ingenio y le recuerda al Mandarín que, supuestamente, Stark sigue libre por su castillo y puede estar saboteando su sistema de derribo de misiles americanos. Y el villano hace lo que haría cualquiera cuando tiene a su enemigo más peligroso a merced: Dejar los cables en modo "Retención" e irse a buscar a Stark. Ay, los 60...

Sea como sea y con sus transistores recargados durante la cháchara, Iron Man se libera con facilidad en cuestión de segundos.


Nuestro héroe entonces comienza a jugar al gato y al ratón con su enemigo, a quien sigue por el castillo sin ser descubierto gracias a que sus jets, cuando están a bajo rendimiento, son insonoros.

A pesar de que el Mandarín está todo el rato con la mosca detrás de la oreja sintiendo que le siguen, finalmente llega a la sala en la que descubrimos que almacena misiles de Stark como el que colecciona sellos. Y es que ese es el fin último que están teniendo todos sus ataques: Quedarse con las armas de sus propios enemigos para reutilizarlas él. Por fin un villano megalomaníaco que demuestra que se puede ser ahorrador al mismo tiempo.

Comprobando que Stark no se encuentra ni por asomo por esos lares, decide volver con Iron Man... justo en el momento en que un nuevo misil va a ser lanzado en terreno estadounidense.


El Mandarín pone en marcha entonces el rayo tractor que ha estado empleando para interceptar los misiles, y Iron Man, aprendiendo al fin cual es el modus operandi de su enemigo, sale de las sombras y derriba al villano y empieza a desmantelar la máquina a golpe limpio.


Pero no todo podía ser tan fácil. Y es que el Mandarín está demostrando ser un villano que parece ser, aunque sea un poquito, más espabilado que la media de malosos marvelianos. Por mucho que el vengador destruya su máquina, una vez se ha activado el rayo éste continúa su labor gracias a unos transmisores automáticos.

Nuestro héroes se lanza entonces decidido al encuentro con el misil, para desviar su trayectoria con un certero golpe con velocidad y ángulo adecuados. Su método surte efecto y el misil se aleja del castillo del Mandarín... lo cual me hace preguntarme qué será de él. La fortificación se ha mostrado siempre en un valle bastante abandonado, pero a saber dónde cae...

Sea como sea, al interponerse en el camino del rayo, Iron Man queda atrapado en él y es llevado de vuelta al castillo. No nos íbamos a quedar sin un nuevo encontronazo a golpes entre ambos enemigos, ¿no?


En su involuntaria nueva entrada al castillo, a través de una ventana, el vengador arranca un trozo de mampostería con sus propias manos y lo lanza contra el generador del rayo, destruyéndolo en el acto con una explosión debido a la sobrecarga resultante.

Llegamos entonces a la página 7, que quizá sea la más importante de este número.

Por una parte, conocemos por fin otro de los anillos del Mandarín. En su debut presencimaos el de ondas de alta frecuencia y otro paralizador. En la entrega anterior, uno con poder explosivo y otro que emite energía oscura. Aquí descubrimos que un quinto cuenta con un rayo desintegrador bastante potente. Me gusta esta presentación por entregas que nos va mostrando Lee.

Por otro lado, en una viñeta en que el villano sale de entre el humo y los escombros de su rayo, asistimos por fin al nacimiento de una enemistad eterna.

"¡Has ido demasiado lejos! ¡Ya no me importan los misiles, ni conquistar el mundo! ¡Ni nada! Sólo tengo un pensamiento en mente, una ambición ardiente... ¡Y es verte completamente destruido ante mis ojos!".

Señoras, señores... el Mandarín ya no es el enemigo más peligroso al que se ha enfrentado el vengador dorado hasta ahora, pero con una agenda propia. Ahora es algo más. El prometido Doctor Muerte de la cabecera ha llegado. El archienemigo de Iron Man acaba de nacer.


Tras esta impactante escena, y mientras nuestro héroe esquiva el poder del nuevo anillo y cae por una trampilla del castillo, la acción se traslada a Long Island. Concretamente a la fábrica de armas de Stark. En el número anterior, y en un arrebato de celos debido a las atenciones de Happy Hogan hacia Pepper, Tony dejó al cargo de la empresa a su chófer.

Una temeridad que puede costarle caro. Porque gracias a las directrices de Happy, quien está hasta el gorro de firmar formularios, el departamento de desarrollo no para de diseñar abominaciones tecnológicas como la que vemos en la imagen.


Concluido el breve interludio con tintes humorísticos, regresamos al castillo del Mandarín, donde enseguida se da paso a la acción, algo en lo que ya es sabido que no me detengo mucho, salvo para destacar detalles importantes o curiosos.

En este caso, la palma se la lleva un momento digno de Wile E. Coyote, el sufrido personaje de los Looney Tunes (que en estos años estaban en una forma envidiable). Tras recargarse a lo largo del tobogán al que conducía la trampilla, y evitando el foso de ácido del fondo, Iron Man vuelve a caminar libremente por el castillo. Pero el Mandarín tiene uno y mil trucos, y uno de ellos es un enorme bloque de piedra que cae a toda velocidad por medio de un resorte.

La verdad es que a Iron Man no le afecta del todo gracias a su armadura, pero para un invasor cualquiera de la fortificación es una auténtica animlada. La cuestión es que, como podemos observar, nuestro héroe deja en el techo un agujero con su forma... algo muy "cartooniano".


Y si algo nos ha quedado claro en sus apariciones hasta ahora, es que el Mandarín es un tipo polivalente y que se debe haber dejado un auténtico dineral en chapuzas hechas en su castillo, evitando en la mayoría de lo posible el combate directo.

Iron Man se enfrenta a la imagen gigante del villano, generada por una serie de espejos estratégicamente colocados, y cuyos cristales suponen un arma más al romperse en pedazos.


Y a continuación llega el viejo truco del enemigo múltiple. Lo cierto es que ahora mismo no recuerdo si es un recurso novedoso o ya lo hemos visto con anterioridad en las puiblicaciones de Marvel. Pero el funcionamiento es simple: el héroe no sabe quién es el verdadero y quién la copia, y mientras da palos de ciego el villano se pone las botas a repartir tortas... o golpes de kárate, como nos tiene acostumbrados el Mandarín en este caso.

La solución llega cuando Iron Man cierra los ojos y se deja llevar hasta el original mediante su sonar incorporado. La armadura de Stark a veces parece una navaja suiza.


Pero, más centrado en solucionar el tema de los misiles por el que ha acudido que por detener a su enemigo, Iron Man aprovecha el momento para irse volando (literalmente) a la cámara de almacenamiento de los misiles.

La cosa es que quedan dos páginas de historia y el conflicto debe terminar de alguna manera, pero la resolución es, como mínimo, discutible. Primero porque al Mandarín, que ha demostrado poder moverse por su castillo como pez en el agua, le cuesta esta vez muchísimo llegar a la cámara. Y en segundo lugar, porque a Iron Man le da tiempo a volver a redirigir todos los misiles hacia Estados Unidos usando el propio rayo tractor, dejando incluso una notita burlona para el villano a la par que el panel de control destrozado.

Todo esto no sería del todo extraño si, páginas atrás, no se hubiese hecho tanto hincapié en que el vengador había destruido el generador y reventado a golpes la maquinaria. De verdad, a mí que me lo expliquen.


Con el Mandarín más enfadado y vengativo que nunca, y Iron Man regresando a casa a bordo de uno de los propios misiles, la historia toca a su fin.

Tony Stark se persona en el Pentágono y afirma que no habrá nunca más problemas con los misiles, mientras un globo de pensamiento nos indica que construirá un contra rayo en caso de que al Mandarín se le vuelva a ocurrir realizar el mismo plan. Algo que, conociéndole, yo no me plantearía, pero nunca está de más ser precavido.


Finalmente, en su regreso a Long Island, Tony se reencuentra con sus fieles Pepper y Happy. Una alegre de ver a su amado sano y salvo, y el otro aliviado al librarse de las responsabilidades que se le habían asignado.

De vuelta a casa, el pobre Hogan tiene que soportar ver a jefe y empleada acaramelados, primero en el coche y después en el campo observando la luna mientras él tiene que arreglar un pinchazo.

Que no os engañen. En esta serie, el consabido héroe trágico con pies de barro al que le pasa de todo y marca de la casa, no es el que pone en la cabecera. Sino el pobre cambiaruedas de la gorra.

Valoración: Segunda parte de una historia que prometía un épico desenlace lleno de acción, pero que finalmente ha quedado en nada. Si bien la primera entrega no era un dechado de virtudes, sí se construía una tensión a lo largo del número, con una trama simple pero efectiva, que parecía presagiar algo mejor para este número.
Pero en este caso el guión hace aguas por momentos, con resoluciones pírricas o que no hay por dónde cogerlas.
Hay mucha acción, pero en la mayoría de casos es de relleno o extraña, estrafalaria... el Mandarín parecía mucho más amenazante en su debut. Conocemos otro de sus anillos y poco más.
No obstante, el villano sale muy favorecido de la historia, siendo uno de sus puntos fuertes. A partir de ahora se acabó el personaje como lo conocíamos hasta ahora, y la total destrucción de Iron Man pasará a centrar su atención.
Otro punto a favor es la casi ausencia de Pepper y Hogan, dos vértices de un triángulo amoroso que siempre deja buenos momentos cómicos pero del que no está de más descansar un poco de vez en cuando.
En cuanto al apartado artístico, alguien debió decirle a Don Heck que entintarse a sí mismo no era una buena idea. Por lo demás, a su nivel cumplidor de siempre.
« última modificación: 06 Septiembre, 2018, 11:48:29 am por Hiperion »

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156.2. TALES OF SUSPENSE #55 (2ª historia) (julio de 1964)



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Sinopsis: -

Edición española: Biblioteca Marvel: Iron Man #2

Datos importantes: -

Reseña:

Durante los últimos meses, este título contaba con una historia principal protagonizada por Iron Man, y a continuación una más corta que nos mostraba un relato del Vigilante. En este número y como caso excepcional, la cosa cambia, y la historia que nos cuenta el bueno de Uatu pasa a ser la tercera en discordia.

Como segunda "historia", porque realmente no es tal, tenemos una especie de bonus que nos permite conocer un poco más sobre el vengador dorado.

La primera página no tiene mucha enjundia, al tratarse de un retrato del héroe con la plana mayor de los enemigos que hemos visto hasta ahora. Una galería un tanto pobre en la que aún tienen que utilizar a Gargantus o Mister Muñeco como relleno. Vendrán tiempos mejores.


Ya en la segunda entramos más en materia. Y el propio Stark, como si de un protagonista de teletienda se tratase, nos explica cómo se pone la "ropa de faena" para salir a batallar a los malosos. Primero nos cuenta que siempre llevaba su armadura en su maletín, protegido por un cierre que sólo él puede abrir, y camuflada siempre bajo una camisa de señuelo. A continuación, cómo se coloca mangas, guantes, perneras y botas, todo ello mediante unos imanes que ponen todo en su sitio en cuestión de segundos.

Toda esta información sería ciertamente relevante, si no la hubiéramos visto gracias al lápiz de Ditko en la entrega #48, vaya.


Después, y esto sí que es nuevo, nos explica todo lo concerniente a su cinturón, que es flexible y en la hebilla central cuenta con todos sus dispositivos minaturizados. Ya sabéis, todo lo que de repente se saca de la manga en un número y no habíamos visto hasta entonces, lo lleva ahí.

Los transistores adicionales los lleva en los costados. En... bueno, en las cosas esas con forma de disco que siempre ha tenido su armadura en la cintura y que nadie sabe cómo se llaman.


Tras conocer cómo se la pone, se nos dan más especificaciones de la armadura. No sé vosotros, pero yo por momentos me siento leyendo un catálogo promocional.

Además de explicarnos que su fuerza depende de sus transistores, y que cuanta mayor es antes se gastan (cosa lógica y normal), se nos indica que cuenta con elementos tales como una antena telescópica de radio integrada, un giroscopio en la bota izquierda que estabiliza su vuelo, un equipo de primeros auxilios en la otra bota o una linterna regulable en el pecho.

Ah, y también se aclara una vez más que Tony nunca podrá tener una relación seria con nadie porque sabe que vive de prestado... pero mirad, ahí sigue el hombre 50 y pico años después.


Y la "historia" se cierra con dos nuevos detalles.

Por un lado, que la armadura no es sino una cota de malla como la de los caballeros medievales, pero a lo bestia. Si es que está todo inventado...

Y por otro, se nos intenta dar respuesta a por qué el bueno de Happy nunca sonríe. Pero hay misterios que jamás sabremos...


Finalmente, tenemos una oda a la superficialidad. Un pin up lleno de desproporciones dedicado a Pepper Potts, en el que se nos cuenta cuanto pesa y mide, se dice que su figura es "Espectacular", y se recuerda por enésima vez que ya no es la secretaria pecosa que conocimos en las primeras entregas porque acudió a salones de belleza para impresionar a su jefe.

¡Larga vida a los 60!

Valoración: Creo que mi opinión ha quedado clara en todo momento :lol:
« última modificación: 06 Septiembre, 2018, 11:49:13 am por Hiperion »

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A mí la historia de Mandarín, con sus cosas, no me disgusta. Sin duda lo mejor es el paso adelante de Mandarin como némesis principal del protagonista.

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A leer y ya comento :roll:


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Re:La Era Marvel de los Cómics: Un apasionante viaje tebeo a tebeo por los 60 (III)
« Respuesta #552 en: 01 Agosto, 2018, 21:22:03 pm »
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Guión: Stan Lee y Larry Lieber
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Sinopsis: Mientras Uatu se encuentra observando la Tierra y a sus habitantes desde su hogar en la Luna, una nave espacial aterriza junto a él. De su interior desciende un alienígena que solicita ayuda para reparar su giroestabilizador y poder regresar a su planeta. Uatu le cuenta que está atado a su juramento de no-intervención y no puede proporcionarle ayuda. Entonces, el alienígena desvela que realmente su nave no está estropeada, sino que era una estratagema para comprobar si era cierto que Uatu no podía impedirle realizar su plan.
Intrigado por el mencionado plan, el Vigilante le pregunta cuál es su propósito. El extraterrestre se presenta como Xakku y le cuenta que, en su sistema solar natal, el sol se está apagando poco a poco y su mundo se está convirtiendo en un erial glaciar. Los científicos de su planeta han decidido que la mejor solución es trasladar el sol de otro sistema solar hasta allí, mediante una máquina magnetogravitatoria que han ideado, y Xakku es el encargado de encontrar el astro que mejor se adecue a sus necesidades.
Uatu continúa haciendo preguntas sobre su plan y los dispositivos con los que llevarlo a cabo. Xakku advierte que el Vigilante está tratando de retrasar su misión, pero convencido de que eso no alterará su éxito, accede a resolver sus dudas.
Finalmente, ya harto de responder cuestiones, Xakku se dispone a empezar su protocolo de acción. Pero entonces ve para su sorpresa que su nave ha estado todo este tiempo que él ha estado distraido hundiéndose en unas arenas movedizas de la superficie lunar. Desesperado al comprender que no sólo ha perdido la forma de regresar o comunicarse con su mundo, implora a Uatu que le ayude antes de que el oxígeno de su traje espacial se agote. El Vigilante, por su parte, se reitera en que él no puede intervenir de ninguna manera.

Edición española: Marvel Gold: Los 4 Fantásticos #1

Datos importantes:

-Primera y única aparición de Xakku. También es el debut de la raza alienígena Guna, a la que pertenece, aunque no reciben nombre en este número.

Reseña:

Nueva entrega de los Relatos del Vigilante, que recordemos que desde hace un par de meses están siendo protagonizados por el propio Uatu, en vez de tratarse de historias aisladas e impersonales que nos narraba cual cuentacuentos cósmico.

En las dos entregas anteriores nos centramos en el pasado, descubriendo por qué la raza de los Vigilantes está condenada a hacer lo que hace, y cómo todo ello afectó a Uatu, conociendo la primera ocasión en que tuvo que ser fiel a su juramento de no-intervención.


Pero en esta ocasión, la acción se traslada al presente.

Uatu (recordar una vez más que en este momento no se nos ha dicho nunca su nombre, pero yo lo empleo para hacer la lectura más fácil) pasa un día cualquier en su base en la Luna, observando la Tierra y a todos sus habitantes. Dos cosas me llaman la atención. La primera es que se hace mención a que Uatu vive en la luna "sin aire"... ¿ya han olvidado los hermanos Lieber la gran peculiaridad de esa zona del satélite que descubrimos en Fantastic Four #13?

La otra es que el Vigilante se enorgullece de observar a unos seres que luchan tanto por la paz mundial. Teniendo en cuenta que este cómic se enmarca en plena Guerra Fría, con dos facciones tan claras enfrentadas y buscando de todo menos eso... suena un poco a algodón de azúcar y arco iris.


Sea como sea, justo en ese momento llega un intrigante platillo volante a la Luna, del cual desciende un alienígena de no muy original diseño, que pide ayuda a Uatu para reparar su giroestabilizador y poder seguir su camino. Nuestro amigo el Vigilante enseguida le deja claro su juramento y que muy a su pesar no puede mover un dedo en su ayuda.

Pero ay, parece que la reputación de Uatu le precede, y lo de la avería no era más que una excusa del verdoso extraterrestre para cerciorarse de que era cierta. Ahora que sabe que no será detenido, puede llevar a cabo su plan.


Intrigado por dicho plan, Uatu le pide qué al menos le explique de qué se trata. El alienígena, que aprovecha para presentarse como Xakku, le cuenta entonces el enorme problema que afronta toda su raza en su planea natal: Su sol se está apagando, y con ello su mundo se está sumiendo en una era glacial permanente que supondrá la desaparición de toda la vida.

No entiendo mucho de astronomía, pero por lo poco que sé, el proceso de "apagado" de un sol ni puede ser tan rápido como para que sea apreciado por una misma generación de seres vivos, ni tendría sólamente como consecuencia un descenso de las temperaturas. Pero ey, sabemos de sobra que los hermanos Lieber tampoco lo son y además esto es el universo Marvel, así que a mí me vale.

Este argumento, por cierto, me recuerda poderosamente al que supondrá la base para un personaje que debutará en más de media década: Arkón el Magnífico.


Pero volviendo a la historia, tras muchas investigaciones por parte de los científicos más importantes de su mundo, el pueblo de Xakku tomó una decisión: Si no pueden salvar a su sol, robarán otro similar. Con ese fin, han construido una máquina magneto-gravitatoria capaz de mover cuerpos celestiales sin despeinarse. Y ahí es donde entra nuestro verdoso amigo. Xakku ha sido enviado a recorrer el universo en busca del sol más adecuado para que todo siga en orden... y lo ha encontrado: el de la Tierra.

Uatu, que parece que sí controla un poco más de astronomía, se da cuenta enseguida de lo que esto supondría. Más allá de una glaciación, se trata de que no habría ni calor, ni luz ni energía para sustentar el sistema solar. Toda la vida desaparecería.


Viendo que razonar con su visitante no va a servir de nada, y que por mucho aprecio que le tenga a los terrestres debe seguir atado a su juramento, Uatu hace lo que se esperaría de un tipo solitario como él al que por fin alguien se pasa a saludar: Hacerle preguntas a cascoporro.

Así, descubrimos que la tarea de Xakku todavía llevará un rato. Debe anotar las coordenadas de posición del Sol, analizar su composición interna y... "determinar su posición en el espacio y tiempo cósmicos" (¿?). Y una vez hecho todo eso, colocar estratégicamente por la Luna varios instrumentos con el fin de enviar la información por radio a su planeta, desde donde se activará la máquina enviando tal cantidad de energía que el Sol quedará magnetizado y surcará el universo hasta el punto en que beneficie a su raza.


Xakku decide que ya es hora de dejarse de cháchara y ponerse manos a la obra... pero Uatu, cual crío de tres años que no para de preguntar "¿Y por qué?", le lanza una nueva cuestión, preguntándole por la fuente de energía de sus aparatos.

El alienígena se da cuenta rápidamente de qué va la cosa, y advierte al Vigilante que por muchas preguntas que le haga, no puede retrasarle en su misión indefinidamente. Y, para regodearse en su superioridad, accede a contestar a todo a sabiendas que más tarde o más temprano llegará el fatídico momento. Que digo yo que podría hacer las dos cosas a la vez, montar los cacharros y contestar a las preguntas. Pero el ego de algunos extraterrestres no conoce límites, vaya.


Con la tontería, descubrimos un montón de datos sobre la máquina ideada por el pueblo de Xakku, que hace gala de toda esa loca ciencia ficción sin base ninguna y de la que probablemente nunca jamás volveremos a oír. Funciona alimentada por energía estelar, a 400 billones de voltios por microsegundo, con un alcance que llega a todo el universo, y cuando la energía que dispara llega a barreras espaciotemporales se convierte en anti-energía y las trapasa.

Wow.


Ahora sí que sí, un poco hasta las narices del interrogatorio, Xakku se dispone a poner en marcha su protocolo, no sin antes regodearse y alegar sentir lástima por el Vigilante, por un ser tan sumamente poderoso que se ve obligado a no hacer nada por un juramento. No ha visto nada tan patético en su vida, declara.

Pero en cuanto se gira, lo comprende todo. Mientras Uatu le soltaba la chapa cual reportero de la prensa rosa en la boda de una folclórica, su nave se hundía más y más en una suerte de arenas movedizas lunares. No voy a entrar en la plausibilidad o no de este hecho, ya estoy un poco hasta el gorro de astronomía a estas alturas, pero sabiendo lo grande que es el satélite, haber alunizado justo en un punto así me hace plantearme cambiar la idea de la famosa "suerte Parker" por "suerte Xakku".


Pero eso no es todo. Ya que con el hundimiento de su nave, Xakku no sólo pierde su equipo y la posibilidad de comunicarse con su planeta. Llevando como lleva un traje espacial, es cuestión de tiempo que su suministro de oxígeno se agote y perezca. Totalmente aterrado por la idea, su soberbia se transforma en súplica e implora a Uatu que le salve. Pero el Vigilante, una vez más, aclara que está atado a su juramento y no puede hacer nada más que observar sin intervenir.

Un final terriblemente oscuro que convierte una vez más a Uatu en un personaje de una moralidad no ya dudosa, sino reprobable. Mucho amar a los terrestres, pero no parece temblarle el pulso a la hora de condenar no sólo a Xakku, sino a todo su planeta por extensión. Nuevamente no ha intervenido... pero en realidad sí, puesto que sin sus constantes preguntas el desenlace habría sido otro. El eterno dilema que siempre envuelve a este personaje.

Claro que yo prefiero pensar que Uatu tan solo se está tomando una pequeña revancha y acabará diciéndole a Xakku que en los alrededores de su casa hay oxígeno para aburrir. Aunque visto lo visto en un cajetín de texto al principio de la historia, ya no sé qué pensar.

Yo meramente me dedico a leer y registrar estos cómics que incluyen esos hechos. Pues ese es el destino de mi gente... ¡Los Reseñadores!

Valoración: Creo que la última parte de la reseña lo resume muy bien. Un nuevo Relato del Vigilante lleno de toques oscuros y que pone en bandeja debatir sobre la dudosa moralidad que es santo y seña del personaje. La historia, aunque corta, es bastante densa para tratarse de cinco páginas, y tiene un buen desarrollo y un montón de ciencia ficción loca. Bastante mejor que todas las demás historias genéricas en las que consistía el serial anteriormente.
« última modificación: 06 Septiembre, 2018, 11:49:40 am por Hiperion »

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Re:La Era Marvel de los Cómics: Un apasionante viaje tebeo a tebeo por los 60 (III)
« Respuesta #553 en: 01 Agosto, 2018, 23:25:20 pm »
Muy buena reseña.
Cuanto mide ese cuervo verde espacial? Porque es de la misma altura o parecida a Uatu y Uatu siempre ha sido un gigante para los humanos; me ha llamado la atencion.
Un Integral debe llevar extras, si no, solo es un recopilatorio

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Re:La Era Marvel de los Cómics: Un apasionante viaje tebeo a tebeo por los 60 (III)
« Respuesta #554 en: 01 Agosto, 2018, 23:37:16 pm »
Buena reseña.  :palmas:

Pues oye, no me disgusta la historia. Me recuerda mucho a las de Amazing Fantasy.

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