He leído Batman el Caballero Oscuro: Barro.
En este tomo tenemos una nueva tanda de episodios publicados originalmente en la serie Batman: The Dark Knight, concretamente la última saga independiente antes de su cancelación. En solo cuatro números, Greg Hurwitz vuelve a demostrar cuan cómodo se siente escribiendo a Batman, pero sobre todo cuanto le gusta centrarse en algún miembro de la galería de villanos del personaje. En esta ocasión, el protagonista es Basil Karlo, más conocido como Clayface, la encarnación original creada por el legendario Bob Kane.
La historia es tan sencilla como enfrentar al héroe contra el villano, pero el trasfondo que encierra dista mucho de la sencillez, ya que cada protagonista de esta saga está perfectamente caracterizado y da forma a una historia compleja, plagada de dramatismo. El actor principal es, obviamente, Basil Karlo, que queda retratado como un tipo marcado desde su niñez; como alguien ignorado por aquellos que le rodean. Esto dará pie a que su mayor anhelo sea salir de esa ignota oscuridad y darse a conocer. De ese modo, la profesión que escoge es la de actor, en la cual no consigue triunfar hasta que hace un trato con el Pingüino. A partir de ese momento comenzará una etapa de gloria y riqueza, satisfaciendo su ego y sus necesidades narcisitos. Es increíble ver como el guionista parte de conceptos originales y sin desviarse un ápice de la esencia los actualiza. Este nuevo origen es perfecto para devolver la atención de los focos sobre el villano, sin necesidad de corromper la idea de Bob Kane. Además, el ambiente sigue destilando ese género negro y la ambientación tan propias de la Gotham arquetípica; la ciudad del pecado del Universo DC por excelencia.
Por otro lado, tenemos al Batman detectivesco y superheroico, que mantiene una estrecha relación con el Comisario Gordon y con su sarcástico mayordomo, los cuales juegan su papel de manera certera y en el momento exacto. La sensación es la de que la construcción de los personajes da vida a una historia y no al revés. Al fin y al cabo, la saga en sí no es especialmente relevante, es la caracterización y desarrollo de los personajes lo que consigue conformar una trama con tintes de tragedia. La forma y el momento en que se nos relata el origen del villano, el modo en el que Gordon maldice la ciudad que ha jurado proteger o tantos otros momentos que definen a los protagonistas y su entorno son los momentos claves de una historia escrita con mucho oficio, dando como resultado un producto con el sello característico de Hurwitz, cuyas obras con el murciélago comienzan a perfilarse como lecturas obligatorias.
Pero si el guión es una de esas pequeñas maravillas en pequeñas dosis a las que nos tiene acostumbrado el escritor, en esta ocasión, viene acompañado de un dibujante perfecto para la ambientación de la trama: Alex Maleev. Sin duda, un autor nacido para dibujar ambientes sórdidos y oscuros en los que se palpa el drama en el ambiente. Se trata del complemento gráfico perfecto para un tomo que merece mucho la pena.