Pues tenéis razón ambos, es tipo europeo y se lee muy rápido para abultar lo que abulta.
Ahora, puedo decir que me ha gustado. Un tratamiento genial de personajes cotidianos (todas las anécdotas del pasado podrían ser reales, por muy exageradas que lleguen a estar algunas). A destacar algunos monólogos de Ignazio, creo que se llamaba, repleto de alegorías y dibujos simbólicos, como señala Adamvell, realmente buenos que te dejan pensando un rato; además de la secuencia en viñetas descompuestas de la vida de Hana, que da una sensación de... no sé, de vida humana, jodidamente bien lograda.