Terminada.
¡Vaya bodrio!
Le he dado al avance rápido en el último episodio para no alargar la agonía.
Es caspa rancia a la española hasta decir basta. Costumbrismo fantástico en el mal sentido, pero tampoco se espera más de un Álex de la Iglesia que lleva años en caída libre. Todo lo que antes hacía bien y sorprendía precisamente por esa caspa estética con crítica social, ahora ha quedado en cliché. Lo que antes era metáfora ahora es literal.
No es El día de la bestia, no.