He leído
El Invencible Iron Man: el libro de los diez anillos.
Este tomo es la continuación de un volumen que comenté
aquí hace un tiempo.
A diferencia del recopilatorio anterior, este me ha gustado mucho. Seguimos con la recuperación de Panini de material inédito en nuestro país hasta el momento, lo que nos lleva al contenido de este volumen que recupera la etapa escrita por Mike Grell, un autor bastante olvidado en nuestra tierra, a pesar de que tiene dos obras muy importantes en DC, pero que parece que nadie quiere recuperar. También hay que decir que este tomo empieza muy fuerte y decae un poco al final, pero en líneas generales me ha parecido muy interesante, sobre todo por el trabajo que realiza el guionista para convertir al vengador dorado en algo parecido a un héroe urbano, aunque yo lo definiría más como un héroe social. El aspecto más negativo sigue siendo el apartado gráfico, mayoritariamente con un Michael Ryan demasiado noventero para mi gusto, a pesar de estar ya bien entrados en la década de los dos mil. Ni siquiera la presencia esporádica de Ivan Reis o Ryan Odagawa cambia demasiado la estética de una serie que parece que tardío bastante en cambiar su aspecto gráfico. De todas formas, también hay que reconocer que Ryan mejora sustancialmente lo que veíamos en el tomo anterior, pero sin grandes alardes, todo hay que decirlo. Por otra parte, felicitar a
fanpiro por el prólogo, no solo por lo divertido, sino por lo bien hilvanado que está el texto, uno de sus mejores prólogos que yo recuerde, aunque siempre hace un gran trabajo.
Como decía, Grell busca el tema social por encima de todo, algo que ya se deja caer desde el primer número, un especial con el doble de páginas para conmemorar el número 50 de la cabecera. No obstante, debo admitir que la historia que incluye una buena dosis de recordatorio, además de un homenaje claro a los inicios del personaje, introduciendo una trama con la segregación social bajo el antiguo Telón de Acero o la luchas internas de un pueblo dividido entre el islamismo y el comunismo, el escenario en sí mismo queda bastante confuso. Es decir, la idea principal y la lucha contra la desigualdad están muy bien planteadas, pero el escenario en sí, como en una especie de guerra fría encubierta trasladada al nuevo siglo no está del todo bien construida, con bastantes conceptos demasiado confusos. Sin embargo, la construcción de los personajes es muy buena, consiguiendo transmitir ese dramatismo en la fase final, de manera que esa sensación de sacrificio cale adecuadamente. El personaje de Ayisha es una de las aportaciones más interesantes de Grell en estos primeros compases de su etapa, la cual tendrá ramificaciones posteriores igual de dramáticas. Después esté muy bien tratado el tema de la responsabilidad de Tony que pretende dejar atrás una vida dedicada a la industria armamentística, pero que siempre acaba persiguiéndole, por mucho tiempo que pase. También tenemos un repaso respetuoso a su origen, sin necesidad de hacer grandes contribuciones ni concesiones a la actualidad como han hecho otros autores posteriores. Desde luego, Grell demuestra en un principio que no solo da la talla, sino que nos prepara el camino para una etapa bastante disfrutable y entretenida.
Después tenemos una historia en dos partes que sigue la línea social, pero introduciendo cierto tono policíaco, con una serie de asesinatos de prostitutas en los que Iron Man se verá involucrado. Grell explota muy bien uno de los aspectos más humanos de Tony, siempre dispuesto a poner su fortuna al servicio de los demás, con una fundación que ayuda a las chicas que han sufrido abusos o que han acabado en las calles por una u otra situación. De ese modo, se conectan las dos caras de la moneda cuando conocemos la identidad del asesino. Está historia me ha parecido muy buena, quizá delo mejor del tomo, y de lo más original, utilizando al héroe en facetas un tanto diferentes alas habituales. Además, ese final es desgarrador. A continuación entramos en el plato fuerte del tomo, aunque yo prefiero estas historias de corto recorrido, pero no es precisamente aquí donde para mí decae la etapa. La saga que da título al recopilatorio supone el regreso del Mandarín,
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Sinceramente, a pesar de que le concedo a Grell que se ha sacado de la manga un personaje interesante y una vuelta de tuerca fresca sobre el archienemigo de cabeza de lata, realmente lo que más me ha gustado ha sido el trasfondo y el resto de tramas que surgen a su alrededor. La inclusión de un tema como las drogas, la mafia oriental o incluso el anhelo de su amor con Pepper, arrepintiéndose de haber dejado escapar a una mujer a la que todavía ama es mucho más interesante que todo lo demás. Grell trabaja muy bien el tratamiento de los personajes, consiguiendo que transmitan emociones de diferente índole, provocando que el lector conecte con ellos en cierta forma. Incluso Viernes, esa inteligencia artificial que parece una versión socarrona del Jarvis cinematográfico es un aporte de comicidad de lo más refrescante. Además, tenemos el regreso de Ayisha, con una carga dramática brutal, que desembocará en un drama que le afecta de forma mucho más cercana, ya que
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Una vez más, Grell destaca en esos desenlaces tan brutales e impactantes como humanos y dramáticos. Sin duda alguna, lo mejor de sus guiones, que no pueden dejar indiferente a nadie.
Finalmente, tenemos una historia en tres partes que supone la autentica revolución de la etapa, con un hecho que ha marcado al personaje hasta la actualidad. Me refiero a su desenmascaramiento público, momento en el que todo el mundo conocerá que Iron Man y Tony Stark son la misma persona. Es curioso, porque a pesar de que es algo que hoy tenemos asumido, el momento y la forma de hacerlo me ha impactado un poco, no por el método empleado, ni siquiera la situación que lo origina, sino más bien por el hecho en sí, que no me lo esperaba. Desgraciadamente, esto es lo único realmente destacable de este arco argumental, que es el más flojo del tomo. Bueno, también creo que es interesante lo que este hecho conlleva, como es la desaparición de las fisuras que habían surgido entre Rumiko y Tony, retomando su relación. A su vez, tenemos el regreso de Tiberius Stone, que busca vengarse de su enemigo con una nueva versión de su mundo virtual, donde pretende implantar un futuro de hombres mitad máquinas. Después de tratar temas que abordan dramas sociales y con cierta carga crítica, aquí Grell aboga por el típico enfrentamiento del género, utilizando incluso los elementos cibernéticos propios del entorno habitual de Iron Man. Sinceramente, nada especial, ni remarcable, siendo un injusto broche final para un volumen que ha tenido cotas de calidad mucho más altas. No obstante, una vez más, Grell sorprende con un final que nos deja una escena impactante, a pesar de que ciertos temas con los superhéroes nunca son definitivos, pero esa forma de rematar los argumentos, me ha gustado especialmente. En definitiva, una lectura muy recomendable, en el que se recupera una etapa que había sido injustamente olvidada y donde el vengador dorado lucha contra las lacras de la sociedad con mano de hierro.