He leído Grandes autores de Batman: Peter Milligan: Caballero Oscuro, ciudad oscura.
Este tomo recopila dos pequeñas etapas, por llamarlo de alguna forma, en las que Peter Milligan escribió durante los noventa las dos cabeceras principales del murciélago. La lectura de este volumen me ha dejado un buen sabor de boca, principalmente porque encontramos una serie de historias autoconclusivas o de corto recorrido que tienen la esencia más puro del personaje, a caballo entre el sabor clásico y la evolución del mundo del cómic tras la llegada de una serie de artistas ingleses que marcaron una época. Muchas veces leo preguntar por historias o lecturas que recomiendan para iniciarse en el personaje y la sensación general que me ha transmitido es que este recopilatorio podría ser un buen ejemplo de ello. Relatos autoconclusivos, sin demasiados apuntes a la cronología de Batman o del Universo DC, simplemente muy buenas historias que combinan fantasía, terror, suspense y género negro, poniendo de manifiesto que para realizar buenas historias sobre el protector de Gotham no hacen falta grandes sagas, ni proyectos ambiciosos, solo una mirada íntima a uno de los grandes iconos de la cultura popular y el talento suficiente para sacar provecho de la versatilidad que ofrece. Un tomo muy bueno y una lectura muy recomendable, sí señor.
El volumen comienza con una historia en tres partes en la que Batman se enfrenta al Acertijo, pero mostrando el villano una faceta más sanguinaria de lo habitual. Milligan planeta enigmas inteligentes, nos cuela referencias veladas o explícitas a obras como "A sangre fría" de Truman Capote, poemas de Byron u otras referencias similares, y construye una historia que profundiza en el nexo de unión entre Batman y Gotham con un trasfondo esotérico. La historia es magnífica, tratando al lector como alguien inteligente, tejiendo una enrevesada trama que explota muy bien la faceta detectivesca del murciélago, dejándonos con la duda de si realmente tenemos un componente sobrenatural o todo es fruto de la locura. Aunque Edward Nigma casi parece un trasunto del Joker, encaja muy bien en la versión que nos plantea Milligan, combinando locura y un misterio apropiado para su nombre de guerra. A esto habría que sumarle el dibujo de Kieron Dwyer, que a pesar de estar a principios de los noventa tiene un corte clásico muy apropiado, pero con ciertos tintes realistas. Para rematar están las portadas de Mike Mignola, muy propias para la propuesta de Milligan. Desde luego, el tomo tiene un arranque muy potente.
A continuación tenemos una serie de números consecutivos en Detective Comics escritos por Milligan, junto al dibujante Jim Aparo, que no necesita presentación, siendo quizá uno de los artistas clásicos que mejor conoce a Batman. Milligan sigue optando en un principio por la combinación entre fantasía, terror y un toque sobrenatural, presentando al Hambriento, un villano que mediante una hierba mística provoca que se repitan en ciertos lugares hechos luctuosos. De ese modo, se repiten crímenes en diverso lugares de Gotham con ciertas similitudes, mientras el hambriento acosa a la ciudad en venganza de un injusticia que sufrió hace algunos años. Después pasamos a tramas más propias del género negro con un asesino a sueldo sentenciado a muerte que es perseguido por la mafia. Un villano tan grotesco como Bitonal se combina con un hábil sicario y Batman intentando que se cumpla justicia en una historia con mucho ritmo y un desenlace de lo que podríamos llamar justicia poética. Uno de los puntos fuertes de Milligan es su prosa poética y su manera de desarrollar las tramas, uniendo el drama humano con cierto trasfondo crítico y social. También explota muy bien la voz en off a lo Philip Marlow.
Seguimos con una historia en dos partes en la que Milligan introduce un grupo de supremacistas para tratar el racismo, pero también para sacar a la palestra el sentimiento de culpa del superviviente. De ese modo, añade al cóctel un Golem sacado de la mitología , el esoterismo y la cábala judía, que cobra vida para defender la lucha racial que se desata en un barrio de Gotham, hasta que su creador pierde el control sobre él. Fantasmas del pasado y ecos de una guerra que ha marcado a generaciones son los elementos que sirven de trasfondo para una historia que tiene un giro más esperado de lo deseable, pero que añade ese tono dramático necesario para empatizar con el lector. Finalmente, junto a Tom Mandrake, Milligan escribe otra pequeña joya que plantea la posibilidad de que Bruce Wayne salga del río para descubrir que no recuerda que pasó la noche anterior. pero lo más importante es que todo rastro de Batman ha desaparecido de su vida, y nadie de su entorno lo relaciona con él. Una magnífica y opresiva historia con tintes de terror psicológico llevada al género de superhéroes, cuyo giro final me ha recordado a más de una película clásica de terror.
En definitiva, una buena recopilación de buenas historias con Peter Milligan como denominador común, que demuestran por enésima vez que el mejor Batman puede encontrarse en las distancias cortas, donde la oscuridad acecha.