He leído
MD La Patrulla-X: Miedo Encarnado.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Con este volumen nos quedamos a las puertas de Cisma. También tenemos la etapa en solitario de Kieron Guillen y el final del volumen 1 de Uncanny X-Men. La verdad es que el recopilatorio me ha dejado sensaciones contradictorias. Por un lado, no puedo negar que Guillen realiza un trabajo interesante, muy ligado a la comunidad mutante y sus problemas del momento. Se puede observar por ejemplo como Cíclope sigue su evolución hacia ese hombre que tomará un camino más duro, provocando la división de los mutantes en dos facciones muy diferentes. Sin embargo, tengo que decir que a pesar de haber seguido la serie hasta el momento, me he sentido perdido en ciertos puntos. El paseo de personajes de la franquicia llega a ser abrumador, apareciendo y desapareciendo según las necesidades de la trama. También parece que hay cierta relación con algunos argumentos de la cabecera hermana, que al no leerla pues quizá también ha ayudado. Lo que está claro es que esto no es el título de un grupo como al que yo recuerdo, sino es toda una comunidad que va alternándose el protagonismo, excepto los verdaderos puntales que son Cíclope, Emma Frost, Kitty Pryde y Coloso. Personajes de peso como Logan o la bestia, incluso el Hombre Hielo, pasan por aquí, pero de manera intermitente, igual que otros muchos. Entiendo ese concepto coral, que no está mal llevado del todo, así como su integridad dentro de una franquicia, pero ha habido momentos en los que no he sentido estar leyendo una serie regular, sino episodios deslavazados que forman parte de algo más grande. Tampoco es malo per se, ya que la unificación del Universo Marvel también debe tener su peso, pero todo ello nunca ha supuesto un lastre para contar historias, aunque haya referencias a otras series. Y, en esta ocasión, el trabajo de Guillen, sí me ha parecido que no utilizaba bien el concepto para mantener un equilibrio entre la autonomía propia de una serie regular y su pertenencia al Universo de ficción cohesionado. Es curioso, porque Guillen es un guionista que ha realizado muy buenos trabajos en los últimos años, pero aquí a mí no ha terminado de convencerme del todo, sobre todo por ese aspecto que comento.
Uno de los aspectos que más llama la atención es lo poco que duran ciertas situaciones en el Universo Marvel actual, o al menos el de la última década. Empezamos con lo que parece ser un nuevo punto de arranque, en el que tenemos la inclusión de magneto dentro de la Patrulla-X, y lo que ello supone de cara a la opinión pública. Esta faceta de villano redimido no es algo nuevo, ya trabajó sobre ella el propio Claremont en los ochenta, pero entre una cosa y otra su evolución se vio frenada. Pero más allá de eso, en lo que supone apenas un año de publicación tenemos ese punto de arranque y el final del volumen 1, que viene a ser una especie de prólogo a Cisma y otro nuevo punto de inflexión, así como una reenumeración de la serie. U año no es poco tiempo para desarrollar algo, pero con este tipo de iniciativas editoriales la verdad es que todo es un constante reciclaje y una continua construcción de un punto de entrada apto para nuevos lectores. No sé si es porque se quiere captar a más gente de la que se espanta, o porque no son capaces de fidelizar lectores con este tipo de métodos . Panini y las numeraciones tienen su estigma, pero en USA es prácticamente un cachondeo.
El primer arco argumental parece ser una continuación de una historia que no sé si he leído. Explora las consecuencias del paso de los mutantes por el planeta de Breakworld, cuyos habitantes son unos guerreros que no conocen la derrota, ni otro modo de vida que no sea morir en la batalla. Ahora llegan a la Tierra y reciben asilo en Utopía. De ese modo, tenemos el conflicto entre el antiguo regente del planeta y aquel que lo derrotó, Coloso, así como la participación de la siempre ácida agente Brand, cuya relación con Cíclope y su grupo no parece ser buena, da igual el guionista que los escriba. Al final voy a tener que reconocer que Ellis sí que se documentó en el tratamiento de los personajes actuales, porque he visto muchas similitudes con lo que hace Guillen aquí. La verdad es que es un arco argumental que se me ha hecho un poco largo. Quizá lo único de gran interés es ver a Kitty solucionar su problema con sus poderes que venía arrastrando desde hace tanto tiempo y que parecía que nadie iba a solucionar nunca, o no había llegado un valiente que se decidiera. También está el dibujo del matrimonio Dodson, que generalmente me suele gustar, pero que tampoco ha conseguido transmitirme gran cosa. Siendo honestos, Guillen me ha decepcionado un poco, me esperaba algo más de él.
El resto del tomo, a nivel argumental, podría decirse que me ha gustado más. Tenemos un episodio autoconclusivo que trata la relación entre Hope y Lobezno, donde Logan explica sus motivos por los que mantiene las distancias con la joven. Creo que es más interesante todo lo que subyace de la conversación que lo que se dice. Aunque me ha dejado descolocado la apuración de varios mutantes a los que no he reconocido, o incluso diría que no conocía de nada, lo que más me ha gustado es acercamiento a Hope, con el peso que tiene que soportar, y por supuesto a Logan, alejándonos de ese frío asesino que parece amarrado a un cliché sangriento del que nadie quiere separarse. Pero no, Lobezno es mucho más que eso y aquí tenemos un pequeño ejemplo de ello. Después tenemos la inmersión en el evento/miniserie Miedo Encarnado, cuando la patrulla debe hacer frente a uno de los Dignos, encarnado en el imparable Juggernaut. Esta historia me ha gustado bastante, sobre todo por la forma en la que la aborda le guionista, y por como la resuelve. Lo que podría ser el enésimo enfrentamiento entre el villano y la Patrulla-X se convierte en algo mucho más interesante, gracias al trasfondo. El apoyo de la ciudad de San Francisco se está evaporando, sacando a la luz los miedos más primarios de la humanidad hacia los mutantes. El periodo de paz y colaboración con las autoridades comienza a presentar fisuras y no es más que el previo al cisma mutante que pronto se verá. Por otra parte, tenemos la participación de Coloso, que
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No obstante, no es un trabajo totalmente redondo. Si yo fuese un lector novato, podría echarle en cara a Guillen que habla de separación de grupo, de cisma mutante y de otros aspectos que nada tiene que ver con lo que se ve en esta serie. No sé si es que por esta época las cabeceras de la Patrulla eran una unidad o algo similar, pero lo que acaba transmitiendo es la sensación de que se saca algunos aspectos de la manga sin demasiada explicación. Un ejemplo de esa rotura de equilibrio del que hacía mención antes. Por otra parte, tenemos a Greg Land, un autor del que no soy particularmente reacio, su Emma Frost es posiblemente uno de los sueños eróticos de cualquier hombre, pero en esta ocasión eso no es suficiente, ya que el resto del trabajo del artista está muy por debajo de su perfil habitual, que no es que sea excesivamente alto, todo hay que decirlo. Parece como si se hubiese quedado sin modelos y cuando no tiene referencia se hacen aún más patente si cabe sus carencias. Yo reconozco haber disfrutado en más de una ocasión con tebeos de Land, pero este me ha parecido particularmente malo. Una pena, porque la historia merecía un dibujante mucho mejor capacitado.
Finalmente, cerramos con el capítulo final de una Patrulla que de nuevo tiene un punto de inflexión, presentando una mezcla entre homenaje a la trayectoria del grupo y un pequeño adelanto de lo que está por venir, con la comunidad mutante totalmente dividida, mostrando a un Cíclope que a mí nunca me ha terminado de convencer, aunque admito que es hacia donde lo han dirigido con un mínimo de coherencia en los últimos años. No me gusta, ni creo que nunca termine de aceptarlo del todo, pero al contrario de Bishop, Forja y otros de los personajes que hemos visto como cambiaban de la noche a la mañana sin ningún sentido, aquí sí que se ha trabajado para llevarlo a este punto. Espero que Cisma mejore sustancialmente la colección, o me planteo bajarme de una serie que, siendo sinceros, no creí que llegaría tan lejos en este formato.