He leído
El Asombroso Spiderman Nº 138.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Este mes continuamos con la publicación de la cabecera protagonizada por Spiderman y Masacre, que sigue en su línea de mediocridad. No llega a producir sopor, pero está muy cerca. Además, tenemos un baile de guionistas que tampoco parece beneficiarle demasiado al título, que lo único realmente bueno es que no continúa el mes que viene. Es curioso como dos protagonistas, autoproclamados como las dos máquinas más importantes de hacer chistes resulten tan poco graciosos en sus diálogos, llegando más bien a un punto cargante. Lo dicho, menos mal que nos tomamos un respiro de esta serie, que no me importaría en absoluto que acabara ya.
Comenzamos con el capitulo final de la saga de Slapstick, donde los dos protagonistas detienen al mafiosos cubano, con la ayuda de su mujer, y de paso se hacen cargo de Slapstick. Aunque el dibujo de Will Robson se salva más o menos, la historia no mejora con respecto al primer episodio, casi diría que empeora. No transmite nada, los chistes de Joshua Corin no hacen gracia, ni las situaciones a priori cómicas son capaces de arrancarte una sonrisa, más bien un suspiro de alivio por su conclusión.
Después tenemos otra historia en dos partes en la que Spiderman y Masacre visitan el Mundo Asesino de Arcade, ahora situado en Mandripur. El guionista Elliott Kalan hace todo lo posible por explorar esas diferencias entre los dos protagonistas, abogando a la responsabilidad de Spidey con respecto a salvar vidas inocentes, mientras Wade disfruta de una visita guiada entre bambalinas hasta que se descubren los verdaderos planes de Arcade. De nuevo el dibujo es lo único que me ha complacido plenamente, pese a sus irregularidades, creo que Todd Nauck no lo hace mal, mientras que el argumento se mantiene en esa delgada línea entre la mediocridad y el aburrimiento. Dos entregas más de la colección española con este nivel y dan unas ganas tremendas de bajarse del carro, por muy fan que sea uno de Spiderman.
Después tenemos los extras habituales, con los que no me voy a extender demasiado, para no volver a repetirme. Eso sí, por primera vez la historia de Hembeck ha estado muy simpática, resultando ser el mejor cómic de este número, ya que el autor utiliza al propio Spiderman para criticar los defectos de McFarlane, y destacar otras virtudes, relacionadas con la ligera vestimenta de Mary Jane. Me ha hecho reír un poco, lo cual no viene nada mal, después de lo discreto que ha sido el resto del número en ese aspecto. El mes que viene entramos de lleno en Marvel Legacy, a ver si por lo menos tenemos una lectura entretenida, que creo que ya toca.