De todas formas, quiero recordar que el concepto que planta aquí Thomas se repetirá en alguna ocasión en el futuro. Es un poco como lo que sucede con ben Grimm, quiere dejar de ser la Cosa, pero cuando lo consigue siempre hay algo que le hace querer a su volver a su estado rocoso. No deja de ser una forma de mostrar un avance en una trama que se prolonga durante décadas, pero que al fin y al cabo como lector sabes que nunca va a llegar a un desenlace, porque ne muchos casos sería el fin de la serie y el protagonista, algo que en aquella época estaba lejos de producirse. Ahora hay muchos más cambios en ese aspecto, supongo que porque las ventas no se resienten y porque tienen aceptación por lo lectores, pero en aquella época, si desaparece Hulk, a saber como de incendiarios serían en la sección del correo de lo lectores.
Por otro lado, no recuerdo si fue Aaron o el propio Duggan, quien ya planteo que después de tanto tiempo buscando una cura, en su interior, los poderes que obtiene de Hulk, y con los que ayuda de vez en cuando, le son útiles. Por no mencionar que cuando una persona centra toda su vida en algo, cuando la consigue se siente vacío y se da cuenta que todo aquello que anhelaba no le dejaba apreciar lo que tenía. En fin, un rollo psicológico interesante que plantea múltiples facetas de un personaje mucho más complejo de lo que pueda parecer. Thomas quizá lo plasma aquí de forma un poco sucinta, o no muy bien desarrollado, pero es la semilla en cierta forma del futuro, en el que otros artistas exploraran con un mejor acierto esa fragmentada psique del personaje.