El problema es que la definición de Ferran es inexacta y también selectiva.
En realidad, para quien sepa algo de narración, la cosa va así:
La narración y composición de página son cosa del dibujante. El guionista detalla las situaciones, se encarga casi por completo de las caracterizaciones, y debería entregar un argumento más o menos detallado que el dibujante desarrolle. Evidentemente, no todo el mundo en esta industria es Gaiman o Morrison, que escriben novelas en lugar de guiones, y son detallistas hasta la extenuación (para mí, el mejor tipo de guionista, aunque claro, luego se dirá, que a veces no dejan espacio al dibujante para la creación o su aportación).
Por tanto, ni la narración ni el argumento pueden ser cosa exclusiva del guionista; es un trabajo mixto, ya que el resultado final que el lector percibe es el del dibujante. No es distinto al cine, en realidad. Grandes guionistas de cine escriben un guion que llega "adulterado" por la visión del director, que es la que realmente llega al espectador.
Luego está el asunto de los diálogos, pero aquí Ferran vuelve a ser inexacto. Stan Lee, incluso en los trabajos que no argumentaba gran cosa o se involucraba en el plot, no simplemente dialogaba. Y no solo por la tarea de edición (que mal que bien, es de sobra conocida y se sabe que alteraba constantemente los trabajos finales al repasarlos, de manera continuada), sino porque el texto escrito de un cómic no es solo diálogo. Ferran seguramente lo sepa, pero se ha olvidado.
Existe el "caption" que en los 60 prácticamente acompañaba cada "panel". Especialmente en cada "splash". Esto, que es mucho más que rellenar los "balloons", supone una narración paralela a la narración visual que vemos, y es lo que hace del cómic un medio mixto con un gran componente literario. Si no traduzco los términos, es porque estoy seguro de que Ferran los conoce de sobra.
En el caso de Lee, los "captions" inundan cada cómic. Y no es baladí, porque un dibujante, sea Kirby, Ditko o Miguel Ángel, jamás podrá hacer una transición en la que nos revele mediante su dibujo los pensamientos del protagonista. Si Ditko hace que Spider-Man se balancee taciturno durante dos páginas, no es el rostro inane de una máscara roja lo que nos dice que Peter Parker se siente confundido, hastiado, que quiere dejar los estudios, que le preocupa Tía May, que ayer se pasó media hora peleando con Betty Brant, o que no tiene ni idea de dónde puede estar el Doctor Octopus, y que si habiendo sido derrotado por él, merece la pena seguir siendo un superhéroe. En los años sesenta, era un método narrativo habitual, y aunque no sea imprescindible, se ha seguido usando todas estas décadas.
No es lo mismo una "caption" escrita por Lee, que por Thomas, que por Moench, que por Claremont. En muchas ocasiones, contienen más contenido narrativo y de situación para el lector, que el propio dibujo (solo tenéis que pensar en un cómic tipo de Claremont, para daros cuenta que pasáis más tiempo sumergidos en las palabras de la narración de Chris que en el dibujo de sus colegas).
En cualquier caso, me hace preguntarme si Ferran piensa que hacer esto es sencillo:
La he cogido a boleo, una cualquiera de un cómic cualquiera de Amazing (me ha salido el #47).
No es que los cómics de Lee tuvieran precisamente poco diálogo, poco texto, poca narración paralela.
Imagino que el problema final, por lo que Ferran es tan... desdeñoso o despectivo hacia la labor real de Lee, es porque realmente no conoce, o elige no conocer, este oficio. O al menos, en lo respectivo a los guionistas, considerando un trabajo menor la parte no visual, que pese a ser inherente a veces a la narración, sostiene un peso enorme en el funcionamiento de una historia.
Es como si el entintado dijera que el trabajo del rotulista es una estupidez, y que tanto da un buen o mal rotulista. Que al fin y al cabo, el que hace que luzcan las páginas, es él.
Me parece una apreciación pobre e inexacta en cualquier caso, y es no aceptar que el cómic es un medio colaborativo en el que todas las partes son necesarias.
Lo que traducido a Lee, significa que con todas sus sombras y tejemanejes, su trabajo sigue hablando por él, sigue siendo superlativo en términos de cantidad, de calidad (dentro del género), de producción, y de constancia.
Ferran parece pensar que escribir 220 páginas al mes como la que he mostrado es algo menor. Algo sencillo o poco meritorio que roba el trabajo de los verdaderos artistas, los dibujantes. Porque Stan Lee no hacía todos los argumentos (y pongamos si él quiere, que no hiciera el 75% de los argumentos, para él la perra gorda...) Lee seguiría escribiendo el 100% de unas doscientas páginas al mes, editando el 100% de esos cómics, y encima elaborando los plots del 25%. Uau.
Yo, que sé lo que es tener que escribir textos de ficción con plazo de entrega y ganarme la vida juntando letras, digo que es una auténtica barbaridad. Algo fuera de serie, como para querer tirarse de un puente, y que no cualquier mente creativa resiste sin mandar a tomar vientos bien la calidad o bien la producción al segundo mes. Lee estuvo haciéndolo casi una década a ese ritmo.